Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/175/09
México, D. F., 12 de diciembre de 2009.
- Más de 60 mil jóvenes de clases populares participan en todas las actividades, señaló el investigador
- Iniciado en 1987, tiene como objetivo desarrollar la integración de valores y la reconstrucción del tejido social entre los diferentes sectores
- El proyecto ha recibido reconocimientos internacionales
- El Cine Francisco Villa, que estuvo abandonado por más de 10 años, es la sede de este Centro Cultural El Circo Volador.
Foto: AMC
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Con la participación de más de 60 mil jóvenes de clases populares en actividades como cursos de verano, obras de teatro, maratones de cine, servicio de Libro Club, más de 400 conciertos y presentaciones musicales y 460 programas de radio con temáticas en torno a la juventud, el Centro Cultural El Circo Volador es un modelo de investigación aplicada que une a la sociedad “integrada” con la “marginada”, afirmó Héctor Castillo Berthier, responsable de este proyecto.
En entrevista, el investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) señaló que desde 1987, este centro busca desarrollar la integración de valores y la reconstrucción del tejido social, a través del fortalecimiento de las identidades juveniles vía la revaloración de habilidades, potencialidades y el fortalecimiento de la autoestima.
A más de 20 años de su creación, indicó que El Circo Volador: Juventud y Cultura Popular en la Ciudad de México ha puesto en marcha 105 talleres gratuitos de capacitación en dibujo, pintura, danza contemporánea, teatro, fotografía, capoeira, danza aérea, serigrafía, diseño gráfico básico, asistente de negocios en Microsoft, reparación de computadoras, diseño y creación de páginas Web, entre otros, beneficiando anualmente a 500 alumnos.
Castillo Berthier relató que, desde febrero de 1995, el Cine Francisco Villa, que estuvo abandonado por más de 10 años, es la sede de este Centro, después de haber firmado un Convenio de Comodato con el Gobierno de la Ciudad de México y de realizar trabajos de limpieza y rehabilitación con la participación de los jóvenes y sus familias.
La integración de la comunidad en la remodelación del lugar, la limpieza y el acondicionamiento, buscó arraigar el espacio en su vida cotidiana, lo cual permitió obtener un nivel de confianza, reflejado en la participación activa y constante de la población, lo que beneficia a los actores participantes con un espacio alternativo de expresión que ellos mismos construyeron, indicó el doctor en sociología.
Añadió que han sido muchos los beneficios tangibles que el Centro Cultural ha producido, como el Estudio de Grabación Circo Volador: “Una memoria para la cultura juvenil alternativa”, donde se han manufacturado más de 500 discos compactos a 25 artistas jóvenes de escasos recursos.
Héctor Castillo dio a conocer que, en el aspecto académico, este proyecto ha nutrido a cinco proyectos de investigación aplicada; 20 publicaciones académicas y 5 tesis profesionales; la creación de la Unidad de Estudios Sobre la Juventud en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y en la publicación del libro Juventud, Cultura y Política Social, en el cual se explica en detalle el modelo de investigación aplicada.
Estos más de 20 años de experiencia les han permitido establecer vínculos a nivel internacional, donde el aprendizaje generado por El Circo Volador se ha hecho extensivo en El Salvador, donde se tiene contacto con el grupo “Homies Unidos” para la integración social de ex pandilleros que participaban en las “Maras”; y en Venezuela, con el Instituto de Urbanismo, Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela, a través de una investigación sobre seguridad en zonas urbanas.
Héctor Castillo Berthier destacó que los esfuerzos del grupo que dirige ha obtenido diversos reconocimientos: en 2004, por la Organización de las Naciones Unidas como una de las 12 Mejores Prácticas Sociales del Mundo, así como el segundo lugar del Premio Visionaris al Emprendedor Social que otorgan UBS y ASHOKA (organización mundial de emprendedores sociales líderes con sede en Washington, D. C.).
El Circo Volador también ha sido doblemente distinguido con el Premio Jóvenes por un México sin Pobreza en las categorías de Proyectos Innovadores y Pequeñas Donaciones al Proyecto Graffitiarte.org, organizado por el Banco Mundial en 2005.
Además, en 2005 recibió el Certificado del Foro Iberoamericano y del Caribe de la Fundación Hábitat Colombia y la Alcaldía de Medellín, como una de las Mejores Prácticas Sociales en el Premio a la Transferencia de Buenas Prácticas en Medellín.
A la fecha, mantienen convenios de colaboración con organizaciones de Suiza, Holanda, Estados Unidos y el Banco Mundial.
Castillo Berthier detalló que los recursos financieros se obtienen hoy, en un promedio del 35 por ciento, a través de convenios de coinversión con diferentes asociados, con los cuales se definen los objetivos de trabajo basados en un Programa Operativo Anual de actividades.
El 65 por ciento restante se logra organizando conciertos, funciones de cine o teatro, afirmó, con lo que se cierra el círculo de participación, debido a que los jóvenes que asisten a estos eventos -generalmente con mejores condiciones económicas- con su aportación sostienen el espacio y sus actividades para apoyar a los que no cuentan con dichos recursos.
A lo largo de más de 20 años de existencia, El Circo Volador también ha recibido a destacados personajes como el grupo musical inglés U2 con su vocalista Bono, además del ex embajador Tony Garza, quienes visitaron el proyecto para conocer los talleres y charlar con los jóvenes que asisten al Circo Volador.
El proyecto ha definido estrategias a corto y largo plazo, como la cristalización de un Observatorio de la Juventud, que permite la incidencia en el diseño de la política pública, con una visión multidisciplinaria y transdisciplinaria.
Se han establecido acercamientos con algunos gobiernos delegacionales y estatales para la formulación de planes y estrategias de desarrollo social para la juventud, agregó el investigador, pero es una ardua labor que debe tener continuidad y que día a día se va fortaleciendo, concluyó.