Milenio
9 de diciembre de 2009
Jesús Rangel
Estira y afloja
Carlos Romero Deschamps, dirigente del sindicato petrolero, ya está en negociaciones con los directivos de Pemex sobre el tema de la eliminación de plazas y, por consecuencia, la liquidación de sindicalistas. Las pláticas no han terminado pero el líder ya logró que de los 10 mil que serán despedidos de aquí a marzo, los del sindicato sean los menos.
Francisco Campos, trabajador de Pemex Exploración y Producción en Villahermosa con 15 años de antigüedad, está en espera de su liquidación. Le avisaron el 27 de noviembre y tendrá que presentarse por último día el domingo próximo para firmar su finiquito. “Ignoro cuáles fueron las razones para que me incluyeran en la lista, en mi área hay al menos 15 personas que tienen menos antigüedad y experiencia que yo. Mi percepción es que es una revancha porque nunca he tenido algún conflicto en la empresa, menos una investigación o problema personal con alguien; mi calificación en la empresa a través de un programa llamado ED-PRO ha sido buena; he participado en dos de los más importantes proyectos de Pemex Exploración y Producción: el Proyecto Cantarell y el Proyecto SIMES; recientemente nuestro subdirector de Administración y Finanzas me calificó como ‘experto funcional’”.
Al igual que otros trabajadores o ex trabajadores que me pidieron no citar sus nombres, me señala que de un día para otro “les dicen que ya no son útiles”, y que el jefe inmediato con menos años de permanencia “quiere acomodar a la gente de su agrado”.
Campos afirma que en el área de Recursos Humanos de Pemex “utilizan criterios equivocados y que en efecto se contrata a personal que no tiene ni idea de cómo se maneja Pemex; están liquidando gente de base y dejando a eventuales que no saben; es una gran incongruencia lo que está pasando”.
Recupero las palabras del doctor Ernesto Marcos, presidente y director general de Marcos y Asociados, quien ante integrantes de la Academia Mexicana de Ciencias dijo: “La reforma (de Pemex) adopta las principales recomendaciones de la OCDE para el gobierno corporativo de empresas estatales. Un gran avance. Sin embargo, la instrumentación de estas nuevas disposiciones más bien refleja una lucha por el poder al interior del organismo y una confusión grave de los funcionarios”.
jesus.rangel@milenio.com