En los pasillos

Campus Milenio
19 de noviembre de 2009
Jorge Medina Viedas
jmv452003@prodigy.net.mx
jorge.medina@milenio.com

Humo color cobre en la Cámara

A la UNAM y al IPN reducciones menores

La batalla de Narro

Vencedores y vencidos

Fernández Fassnacht, nuevo rector de la UAM

Reconocimiento a Villa Rivera

Malas noticias para la academia occidental

Humo color cobre en la Cámara. Con el reloj virtual de la Cámara de Diputados, determinado por cronos político de Porfirio Muñoz Ledo, el 16, y no el 15 de noviembre de 2009, como lo establece la Ley, fue aprobado el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2010.

Pero no importa, la Cámara tiene facultades para legislar, aun en contra de la Constitución. Sic de jurista novel. En lo que atañe a la determinación cuantitativa de la Cámara en materia de gasto para la educación superior, el resultado no es tan crítico como se temió por momentos, sobre todo tomando en cuenta el tacaño proyecto presupuestal presentado por el gobierno de Felipe Calderón. De los 14 mil millones solicitados por la ANUIES para recuperar los fondos disminuidos por el Ejecutivo, los legisladores fueron decorosamente sensibles y terminaron asignándoles 9 mil 331 millones de pesos. Nada mal si se toman en cuenta las condiciones del país, y las difíciles circunstancias que se tuvieron que sortear en razón de los intereses encontrados de las fuerzas políticas.

Por ello se puede considerar que el monto, en general, es bastante mejor de lo esperado.

A la UNAM y el IPN reducciones menores. No obstante, en lo particular no se cumplieron todas las expectativas. Por ejemplo, las deseables cantidades solicitadas para 2010 por parte de la UNAM y del IPN y otras instituciones, por desgracia, no alcanzaron a concretarse.

No fueron exactamente reducciones sino que no se les asignó lo que solicitaban. La UNAM que había solicitado 715 millones, le aprobaron 630, esto es 85 millones de pesos por debajo de sus necesidades.
Por su parte, el IPN obtuvo 447 millones adicionales; la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, 100 millones; el Cinvestav, 90 millones; la UAM, 67 millones; la UPN, 10 millones, y el Colegio de México, 9 millones de pesos más.

Ya verán estas grandes instituciones cómo resolver los faltantes y aplicar, al mismo tiempo, con austeridad y cuidado sus recursos.

La batalla de Narro. Pero hay algo que debe comentarse. Y no es que los rectores no hayan dado la batalla como lo hizo el rector de la UNAM, José Narro Robles. Constan los esfuerzos olímpicos de la ANUIES, encabezada por Rafael López Castañares; las largas jornadas de cabildeo de los dirigentes de la Asociación y de varios rectores en lo particular; quedarán consignadas las formulaciones ante las fracciones parlamentarias por conseguir un presupuesto digno de parte de los miembros del Consejo Nacional; pero los riegos, la permanente lucha abierta que dio el rector de la UNAM, encarando los ataques que le lanzaron la SEP y la secretaría de Hacienda, no se pueden soslayar.

Vencedores y vencidos. Y hay que decir que el presupuesto aprobado por la Cámara para las instituciones públicas estatales, al final de la jornada anual de lucha por el subsidio federal, en buena medida se le debe al rector de la máxima casa de estudios del país.

Y si se hablará de vencedores y vencidos en esta justa, los grandes derrotados fueron Alfonso Lujambio, los serviles del Coneval y la Secretaría de Hacienda. Los grandes vencedores, José Narro, el Consejo de la ANUIES y la Comisión de Educación y Servicios Educativos, que hizo bien su tarea con Trinidad Padilla López en su debut y Josefina Vázquez Mota, coordinadora del PAN. Ah, y una derrotada honoris causa, la panista de apellido Ortuño, la que dijo de último momento lo que Lujambio había declarado hace unas semanas en la inauguración del Centro de Capacitación de la ANUIES, en Valle de Bravo, cuando se lanzó indirectamente contra Narro, en aquello de que había que “abrocharse el cinturón”, y cosas parecidas que llevaban el veneno del repudio a lo público. No me digan que no.

Fernández Fassnacht, nuevo rector de la UAM. El doctor Enrique Fernández Fassnacht tomará posesión de la rectoría general de la Universidad Autónoma Metropolitana el próximo 1 de diciembre. Quienes lo conocen como académico, funcionario y persona avalan ampliamente su trayectoria, la cual incluye una remota responsabilidad en la Secretaría Académica de la institución. Llega a la UAM luego de que la Junta Directiva sopesó la polarización que los aspirantes habían generado con sus pugnas aceradas. El caso de Adrián de Garay fue la gota que derramó el vaso y la Junta optó por lo correcto. Nombró a un rector libre de toda sospecha y sin conflictos con algún grupo interno, aunque tenga vínculos con alguno de ellos. Sustituye a José Lema Labadie, quien deja una obra perecedera que merece ser revisada y, sobre todo reconocida por la comunidad universitaria nacional.

Reconocimiento a Villa Rivera. El doctor Enrique Villa Rivera fue objeto de un merecido reconocimiento de parte de la Academia Mexicana de Ciencias, por su notable labor realizada al frente del Instituto Politécnico Nacional. El acto tuvo lugar el martes pasado en el Palacio de Minería y Villa Rivera estuvo acompañado por Rosaura Ruiz, presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias, por Rafael López Castañares, secretario de la ANUIES, por Juan Carlos Romero Hicks, director general del Conacyt, y por miembros de la comunidad científica politécnica nacional. El sinaloense hizo uso de la palabra y agradeció con palabras emotivas el reconocimiento. Este jueves, hoy, Villa Rivera rendirá el último informe de su gestión. Y estamos en lo dicho.

Malas noticias para la academia occidental. Murieron el antropólogo francés Claude Levi-Strauss y el sociólogo estadunidense Burton Clark. Éste, profesor emérito de la Universidad de California, UCLA, fue uno de los sociólogos con más influencia intelectual en el estudio de la educación superior. Entre sus obras más destacadas se encuentran El sistema de educación superior y Las universidades modernas: espacios de investigación y docencia. Buen número de especialistas mexicanos se nutrieron de sus teorías y de sus estudios empíricos notables. Una pérdida lamentable.

Ha muerto, también, Claude Lévi-Strauss, el antropólogo social francés que más influyó sobre generaciones de intelectuales con sus ideas sobre la cultura y su metodología estructuralista. Mostró cómo los hombres no sólo piensan en mitos sino cómo los mitos operan en la mente de los hombres. Se dedicó durante décadas a examinar la conducta de las tribus en el Amazonas y otras tribus americanas. Escribió Antropología estructural, El pensamiento salvaje y Les Mythologiques, que es su obra maestra. Un sociólogo mexicano de la UNAM y profesor histórico de la Facultad de Ciencias Políticas, Iván Zavala Echavarría, dedicó buena parte de su vida al estudio de su obra. No sé si lo siga estudiando ahora, pero recuerdo que su tesis doctoral en la Universidad de París, fue acerca de la obra del gran antropólogo. Convivió años con Levi-Strauss y lo admiraba hasta la veneración. Se puede decir que es uno de sus discípulos. Así lo recuerdo.


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