Criterios
14 de enero de 2006
Redacción
Luis Ernesto Marín y su equipo del Instituto de Geofísica de la UNAM detectaron estos compuestos en los veneros de Tlamacazapa, Guerrero
México- Investigadores del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM han generado una serie de propuestas a los pobladores de Tlamacazapa, Guerrero, luego de que sus estudios detectaron altas concentraciones de arsénico y plomo en los veneros del lugar.
Al respecto, Luis Ernesto Marín Stillman, quien encabeza el equipo de trabajo en la zona, explicó que la única fuente que abastece a esta gente son los mantos subterráneos, en los que se ha encontrado una presencia temporal de estos elementos, por lo que hay pozos contaminados.
Es probable que ¡provengan de las venas de los minerales que se extraen de regiones cercanas, de plata y otros minerales!. No hay una empresa o alguien que contamine en específico, esta situación se da por un simple proceso de transformación química de las rocas en suelo o intemperismo, reconoció.
Además, su consumo ha provocado acumulación de esos compuestos en la piel, pues incluso se pueden ingerir e inhalar, pues la gente no se lava las manos y las casas tienen pisos sin recubrimiento, donde los niños andan descalzos, reveló.
Refirió que el poblado cuenta con algunos pozos, pero dañados por dichos elementos químicos, y a escasos dos kilómetros se localiza el Valle de Los Sabinos, desde donde podrían abastecerse.
Se indaga si dicho Valle ¡cuenta con capacidad suficiente para abastecer a los 6 mil 400 habitantes de origen náhuatl de Tlamacazapa, cuya principal actividad económica es recoger la palma, tejerla y teñirla!; aunque muchos de los habitantes salen para vender los productos, adelantó.
Los Sabinos es un acuífero somero, tiene cerca de 15 metros de espesor. En época de lluvia se presentan encharcamientos. Es como una tina que se llena, y posteriormente, en temporada de estiaje, se vacía rápido, por lo que el líquido se desperdicia, precisó.
Se analizan formas de intervenir para que esta salida no sea abrupta, sino que se pueda retardar el drenado y que en lugar de que se cuente con agua cuatro meses, se tenga durante seis o siete, lo cual ayudaría a toda la población. En cuanto a cantidad, la posibilidad es construir presas subterráneas, sugirió.
Asimismo, añadió Marín Stillman, una de las propuestas sería instalar una barrera reactiva permeable; es decir, cavar una zanja, poner fierro y que el arsénico sea absorbido. Así, el agua contaminada circula, fluye a través del metal, se pega el contaminante y el líquido sale limpio.
Refirió que la Comisión Nacional del Agua (CNA) ha analizado diversas opciones, que complementan los trabajos de investigación realizada en colaboración con instancias como la Red del Agua de la Academia Mexicana de Ciencias, de la cual es también coordinador.
Si bien en el corto plazo su plan puede ser una opción para este problema, en el largo se tendría un residuo concentrado de arsénico. No obstante, dijo, la CNA estudia tratar el líquido in situ, o en las casas, y analiza la posibilidad técnica y económica más viable.
Luis Ernesto Marín destacó que hasta el momento no han contemplado la forma de remover el plomo. Habrá que revisar propuestas, determinar su costo, si es viable, qué cantidad de personal especializado se requiere. Porque no sólo se trata de limpiarlo, sino cómo mantenerlo.
Admitió que es un problema serio. ¡No se trata nada más de establecer o construir una planta potabilizadora, el problema va más allá de una simple respuesta como ésta!.
Señaló que la propuesta del equipo de trabajo del IGf a esa Comisión es el modelo triálogo, que consta de tres actores: gobierno, sociedad y ciencia, quienes trabajan de manera conjunta. Para ello se requiere de una buena interfase entre la ciencia y las organizaciones sociales, así como con las autoridades.
Luis Marín informó que el caso de Tlamacazapa ha sido expuesto ante la comunidad científica internacional. Además, en diciembre de 2003 se llevó a cabo la reunión de la Inter Academy Panel (federación de academias de ciencia del mundo) en la ciudad de México. «Ahí no quedó la menor duda de que el agua está contaminada por arsénico y plomo».
El caso también ha sido presentado en la Academia Nacional de Ciencias de Washington, en un congreso de la Organización de las Naciones Unidas en El Cairo, Egipto, y en Pretoria, Sudáfrica.