Reforma
12 de noviembre de 2009
Margarita Vega
Las reformas a las constituciones locales en 17 estados del País para penalizar el aborto son «un atraco» a la libertad de las mujeres y un salto para atrás en materia legal, aseguró el jurista Diego Valadés.
El académico del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM afirmó que ese tipo de legislaciones son producto del fanatismo, impulsado por una vertiente sectaria.
Explicó que al dar al embrión los mismos derechos que un recién nacido, la pena por el aborto sería de hasta 50 años de prisión, lo cual constituye una sanción nunca antes vista a nivel mundial.
«Entre otras cosas, los legisladores que han perpetrado semejante atraco contra la libertad lo hacen porque saben que todo es de a mentiritas y las leyes no se aplican y sólo lo hicieron para quedar bien con la curia.
«Es un proyecto político, no jurídico, y eso representa mayores estragos para el Estado de Derecho porque los legisladores crean normas que no van a ser aplicadas», subrayó el jurista durante la presentación del libro «Constitucionalidad de la ley sobre aborto en la Ciudad de México», editado por el Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE).
A propósito de las reformas que recientemente se han aprobado en 17 entidades con el argumento de proteger la vida desde la concepción, Valadés consideró necesario que el Congreso de la Unión impulse una serie de modificaciones a la Constitución en donde se garantice la libertad de las personas.
La primera de estas reformas, detalló, sería al artículo cuarto constitucional para «introducir expresamente el derecho a la libertad sexual y reproductiva»; la segunda al artículo 24 para que se asiente el derecho no sólo a la libertad religiosa, sino a la libertad filosófica para aquellos que hayan decidido no seguir ninguna religión.
En tanto, la tercera reforma sería al artículo 40 para que, donde se define que el País es una República federal, democrática y representativa, también se establezca que debe ser laica.
Finalmente, se pronunció porque el Distrito Federal abra clínicas en donde pueda atender a las mujeres de esos 17 estados que deseen abortar y no pueden hacerlo en sus entidades de origen.
En el evento, la presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias, Rosaura Ruiz indicó que no hay ningún argumento científico cuando se asegura que un embrión es un ser humano, por lo que acusó a estas legislaciones de estar inspiradas por una ideología religiosa.
Ruiz advirtió que estas legislaciones no sólo limitan la capacidad de las mujeres de interrumpir voluntariamente su embarazo, sino que también obstaculizan la investigación con células madre embrionarias.
Según la investigadora, cada año se practican en México un millón de abortos clandestinos, lo que pone en riesgo la salud de las mujeres.