Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/139/09
México, D. F., 15 de octubre de 2009.
- Como resultado de la depresión del sector rural y la falta de empleo, los hombres siguen migrando, dejando a las mujeres a cargo de la parcela, indicó la investigadora del COLPOS
- Las mujeres rurales son discriminadas en la relación comercial con intermediarios, al no ser dueñas de la tierra que trabajan
- Hoy se celebra el Día Internacional de las Mujeres Rurales
- Emma María Zapata Martelo, investigadora del COLPOS y miembro de la AMC, comentó que actualmente ya se reconoce el importante aporte de las mujeres a la economía rural.
Foto: AMC
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El papel de la mujer en la economía del sector rural es fundamental, pues son ellas las que se encargan de la parcela, labranza, recolección y venta del producto, además de las tareas del hogar y crianza de los hijos, debido a que los hombres siguen migrando, principalmente a Estados Unidos y Canadá, como resultado de la depresión del sector rural y la falta de empleo, afirmó Emma María Zapata Martelo, investigadora del Colegio de Postgraduados (COLPOS).
En entrevista realizada en el marco del Día Internacional de las Mujeres Rurales, la también miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) explicó que las mujeres rurales son discriminadas en la relación con los intermediarios comerciales durante la venta de sus productos, pues éstos últimos toman ventaja de ellas.
Puso como ejemplo que en el estado de Tlaxcala, donde las mujeres tienen que entregar la cebada que cosechan a la impulsora, encargada de colectar el producto para las empresas cerveceras, se les impone un precio que no está sujeto a negociación, aunque el grano sea de excelente calidad, indicó.
Zapata Martelo detalló que otro aspecto muy grave de la situación que viven las mujeres rurales en nuestro país es que la mayoría de ellas no son propietarias de la parcela que trabajan y precisó que, a nivel nacional, únicamente alrededor de 15 por ciento de las féminas son ejidatarias.
La especialista en estudios de género comentó que, obligados por la crisis económica, los campesinos dejan los certificados de propiedad como garantía en manos de “agiotistas” o personas que tienen posibilidad de prestarles dinero, pero si la persona que emigra no consigue trabajo, pierde los títulos que dejó empeñados al no saldar su deuda.
La tierra se está concentrando de nuevo, lamentó Zapata Martelo, quien indicó que existen casos de personas que son dueños de más de cien hectáreas adquiridas de esta manera, situación que antes no se presentaba. Y si de por sí la mujer ha estado inhibida de recibir tierras, con estas condiciones es peor: si el marido hipoteca las tierras, ella no va a heredar nada, ni sus hijas, lo que plantea un grave panorama, aseveró.
La doctora en Sociología por la Universidad de Texas, Estados Unidos, y fundadora del Programa de Investigación, Género y Mujer Rural en el COLPOS, expresó que los programas de desarrollo social implementados por el Gobierno Federal deben crear empleos en este sector, “porque dando migajas no se solucionan los problemas”, sentenció.
Estos programas tienen muchos problemas en el sector rural, comentó, ejemplo de esto es el caso del Programa de Apoyos Directos al Campo (PROCAMPO), debido a que son muy pocas las mujeres que tienen acceso a la tenencia de la tierra, por lo que no son beneficiadas.
Asimismo, puntualizó que los programas sociales lo único que hacen es paliar pero no solucionan la situación, que es muy grave. Otro ejemplo de esto, dijo, es el Programa Oportunidades, que proporciona dinero a los menores para que estudien, pero luego no hay trabajo: “Lo que estamos haciendo es mandar niños o jóvenes mejor preparados a Estados Unidos o Canadá, porque no hay empleo en el país, y lo más grave es que estamos perdiendo una generación de jóvenes que en la edad más productiva están migrando”.
Por otra parte, el programa de adultos mayores tampoco es suficiente, comentó la especialista, porque no le asigna el apoyo económico a quien lo necesita y sí a gente que tiene poder o a sus amigos, aseguró. Abundó que estás situaciones se repiten en los estados de Veracruz, Tlaxcala y Puebla, entre otros.
Como resultado de la migración, añadió, se desencadenan problemas sociales de índole familiar, debido a que los niños que son abandonados por ambos padres se quedan al cuidado de las abuelas, quienes por su edad avanzada no pueden controlarlos, lo que provoca aumento en la deserción escolar, rebeldía y violencia, asociadas al consumo de drogas.
La autora del libro Microfinanciamiento y Empoderamiento de Mujeres Rurales, entre otros, comenta que otro fenómeno que era casi exclusivo de la población urbana, como la depresión, ahora también aqueja a las mujeres rurales, debido a la ausencia del marido.
Añadió que en el Día Internacional de las Mujeres Rurales lo que se puede festejar es que las mujeres rurales ya son vistas, y cada vez más los estudios muestran su enorme contribución a la economía, lo que antes no se percibía. Se hacen más estudios de la participación de mujeres en proyectos productivos, como el cuidado del bosque, lo que representa un aporte importante, consideró.
Actualmente se reconoce el aporte económico de las mujeres como jefas de familia, eso es lo que hay que festejar, subrayó, a nivel de academia se esta reconociendo a la mujer y se les está dando el valor que representa su contribución, lo que les puede servir para valorarse ellas mismas y empoderarse, saberse importantes, concluyó.
Emma María Zapata Martelo ha trabajado durante más de 27 años en estudios del desarrollo rural. Ha recibido varias distinciones, entre ellas el Premio Internacional de Investigación en Países en Desarrollo, otorgado por la Universidad Justus-Liebig, en Giessen, Alemania; en 2006 obtuvo el Premio Nacional María Lavalle Urbina, otorgado por la Alianza de Mujeres de México, el cual se entrega cada año a mujeres mexicanas que hayan realizado una tarea importante en algún áreas específicas del escenario nacional.