La Jornada
9 de octubre de 2009
Emir Olivares Alonso
Instan universitarias a incluir la perspectiva de género en legislación
En México los hombres tienen “un monopolio del conocimiento”, pues la participación de las mujeres en varias de las áreas científicas es muy baja, destacaron universitarias.
Durante el congreso Pensar en Español, organizado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Ministerio de Cultura de España, informaron que del total de investigadores en el país, sólo 30 por ciento son mujeres.
Norma Blázquez Graf, directora del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la universidad, dijo que el sector femenino representa sólo 33 por ciento de los 15 mil integrantes del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y 41 por ciento de los más de 34 mil académicos y académicas en la UNAM.
Las universitarias aseguraron que hay gran disparidad en la presencia de mujeres en las distintas áreas de investigación. Mientras en las ciencias sociales, de la salud, educación y humanidades existe un mayor número de ellas, en las ciencias exactas, naturales, agropecuarias, ingenierías y tecnología, su participación es incipiente.
Piden acercamiento desde la niñez
Hicieron un llamado para que se desarrollen programas que acerquen a las mujeres a esas áreas de conocimiento desde la infancia y la adolescencia. “Desde niñas se les orienta a otras áreas y tienden a elegir aquellas carreras que resultan ser una prolongación de las actividades que han desempeñado sus predecesoras.”
También demandaron que la perspectiva de género se incluya en la Ley de Ciencia y Tecnología.
Rosaura Ruiz Gutiérrez, presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias, en nombre de todas las participantes en el panel, instó al Senado de la República a discutir y aprobar la inclusión de la perspectiva de género en dicha normatividad, con el propósito de que se pueda mejorar el desempeño de las mujeres en todas las áreas científicas.
Llamó, además, a revisar y reformar los procedimientos de evaluación académica entre pares, que llevan a la adjudicación de puestos importantes relacionados con la academia y la ciencia, pues “aun en este siglo las mujeres han sido relegadas.
“Es imperativo concebir y aplicar programas que permitan complementar la vida familiar y académica, pues para las jóvenes resulta problemático, en virtud de que no hay suficientes guarderías para que estudiantes y profesoras tengan a sus hijos en sitios seguros.”
Judith Zubieta, integrante del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, sostuvo que no se puede hablar de mujer y ciencia sin hablar de discriminación e inequidad.
La investigadora resaltó que tanto en México como en otras partes del orbe hay “un monopolio histórico del saber”, que sólo está en manos de los hombres. Agregó que el conocimiento no es para todos, sino para una clase social dominante que necesita reproducirse asegurando su permanencia en el poder. Además de que existe discriminación geográfica en lo referente a la educación de calidad, que se ubica sólo en lugares dominados por las economías hegemónicas.
“La historia de la educación en América Latina ha sido una para los hombres y otra para las mujeres. En México, apenas a mediados del siglo XX la mujer tuvo acceso al sistema educativo. Apenas en los pasados 50 años la población universitaria femenina se ha incrementado más aceleradamente que la de los hombres.” Sin embargo, lamentó que persistan desequilibros en diversas áreas y zonas geográficas, sobre todo en las más marginadas.