Aborto y Libertad en un Estado laico (II)

El Universal
27de julio de 2009
Rosaura Ruiz y Juan Manuel Rodríguez

Como parte de una cultura científica es nuestro derecho y obligación comprender el significado de la naturaleza humana bajo los diversos ámbitos culturales, entre ellos el ámbito biológico. En la actualidad, una cultura científica es una herramienta necesaria para vivir y decidir con libertad, un valor esencial para la construcción de una sociedad laica que garantice el desarrollo de un Estado moderno, plural y democrático donde se respeten la libertad de creencia y la equidad de género.

Como recordarán, en la entrega anterior se señalaba que parte del debate gira entorno de qué es la naturaleza humana y en qué momento de los procesos biológicos se constituye: ¿En la fecundación?, ¿En el desarrollo embrionario?, ¿En el desarrollo fetal? Las respuestas a estas preguntas dependerán de los distintos supuestos culturales que determinan visiones estáticas o dinámicas del mundo natural; nuestra reflexión siguiente será sobre una visión dinámica e histórica de los procesos biológicos y en ese sentido defendemos que el ser humano es una entidad evolutiva histórica resultado de procesos complejos, tanto en su historia como especie, como en la historia particular de cada ser humano.

Como parte de las especies con vértebras, nuestro desarrollo embrionario tiene muchas similitudes con otras especies, en ese sentido, el proceso de formación de un ser humano comienza con la fecundación, sigue con el desarrollo embrionario y continúa con el desarrollo fetal. Desde el punto de vista biológico no se asume que en el momento de la fecundación se pueda hablar de un ser humano, debido a dos aspectos fundamentales: uno, considerar que desde ese momento hay un ser humano en esencia es asumir una visión reduccionista de la biología y es aceptar que en la secuencia de ADN del Homo sapiens se encuentra en sí la naturaleza humana; dos, es rechazar la naturaleza histórica del ser humano que resulta en de conjunto de procesos complejos que determinan el desarrollo embrionario, el cual tiene una duración en promedio de tres meses. En términos evolutivos, estas primeras 12 semanas son cruciales tanto para la formación embrionaria como para los procesos de selección natural, ya que en este periodo se registra el mayor índice de abortos naturales (en promedio 40%), pero nadie criminaliza a la naturaleza. Desde el punto de vista biológico y médico no se puede equiparar a un humano con un conjunto de células; se considera que hay un embrión humano cuando empieza la actividad neuronal, situación que se da entre las 20 y 24 semanas de gestación. En varios países se permite el aborto hasta las 16 semanas de gestación y en el nuestro, las legislaciones vigentes lo han aprobado hasta las 12 semanas.

No podemos perder de vista que el aborto es siempre la última opción para una mujer, por la que se opta cuando las alternativas de anticoncepción han fallado. Por ésto y todo lo anterior, resulta impermisible que a la mujer se le criminalice cuando decide abortar por causas como la violación, el riesgo de muerte o la posibilidad de graves daños genéticos en el embrión y resulta condenable que no se le permita decidir el aborto por cualquier otra causa, es decir que se viole el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo y su proyecto de vida en donde se obvia el número de hijos que quiera tener.


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