Urge cultura de aprecio por la naturaleza

La Jornada en la Ciencia
6 de abril de 2009

AMC. «Me preocupa el desprecio que el mexicano tiene por la naturaleza, » afirmó en entrevista María de los Ángeles Valdés Ramírez, investigadora integrante de la Academia Mexicana de Ciencias galardonada con el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2008, en el área de tecnología y diseño.

La catedrática de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN, dijo que, en su opinión, el aprecio por los recursos naturales es un asunto de educación y cultura, por lo que advirtió que es muy importante que a los niños se les inculque desde pequeños respeto y amor por la naturaleza.

Consideró que si se supera lo que llamó “cultura del destrozo”, se podrían cuidar y aprovechar racionalmente los recursos naturales con los que cuenta nuestro país, como los bosques, de los cuales se obtienen hasta 10 mil productos y que a la vez son indicadores del cambio climático.

Al referirse al área de su especialidad, la doctora Valdés dijo que la naturaleza siempre proporciona alternativas y citó el caso de las bacterias que se asocian con plantas para fijar el nitrógeno, elemento que todos los seres vivos necesitan en grandes cantidades para su existencia.

Explicó que, paradójicamente, las reservas de nitrógeno del planeta se encuentran en la atmósfera y no en el suelo. Las plantas tienen que tomar el nitrógeno del suelo, donde es escaso, y además se encuentra de forma tal que no pueden aprovecharlo, anotó.

Es por eso, dijo, que las plantas se asocian con microorganismos que mineralizan los desechos orgánicos del suelo para que puedan ser aprovechados. Esto lo hacen formando nódulos en sus raíces, los cuales dan cabida a bacterias que convierten el nitrógeno en asimilable.

Por el contrario, indicó, los fertilizantes nitrogenados no pueden ser aprovechados en su totalidad por las plantas, que usan únicamente el 40 por ciento del nitrógeno que contienen, el restante va a contaminar el suelo y la atmósfera.

La investigadora, que durante más de 20 años se ha dedicado al estudio de la interacción entre plantas y microorganismos, señaló que el uso de bacterias fijadoras de nitrógeno ayuda a la nutrición natural de la planta, porque esta puede aprovechar el 100 por ciento del nitrógeno que los microorganismos le proveen.

Agregó que además de su trabajo con bacterias fijadoras del nitrógeno como rizobia y frankia, trabaja con hongos micorrízicos que proporcionan a la planta otros elementos para que su nutrición sea completa

Con base en lo anterior, la experta en fijación del nitrógeno destacó que las plantas “no son dependientes de los fertilizantes, pero sí de los microorganismos que les proveen todo”.

La galardonada subrayó la importancia de que los agricultores que no tienen recursos para el empleo de fertilizantes nitrogenados, puedan utilizar las alternativas con las que ella ha trabajado a lo largo de su carrera.

María Valdez Ramírez, quien a su vez es asesora científica de la International Foundation for Science, indicó que sus investigaciones han permitido el desarrollo de una tecnología para la producción de pinos y casuarinas en viveros, y consideró que esto es una muestra de que la investigación básica siempre está enfocada a las aplicaciones en beneficio de la sociedad.

Sobre dichas especies de árboles, apuntó que las casuarinas son los árboles que mejor se adaptan a las condiciones actuales de la Ciudad de México, donde deben resistir altos niveles de contaminación, entre otras agresiones humanas, y resaltó que la razón de que sobrevivan es que se asocian con hongos micorrízicos y que fijan nitrógeno.

Recomendó el uso de esta especie de árboles en los programas de reforestación urbana, ya que a pesar de ser especies introducidas y no corresponder a la vegetación original, tienen un crecimiento rápido (mucho más rápido que los pinos) y son las que mejor se adaptan a las condiciones ambientales.

De igual manera, basándose en sus investigaciones con árboles de crecimiento rápido, opinó que para la recuperación de suelos, lo más recomendable es el uso de especies que sean de crecimiento rápido y que fijen el nitrógeno.

Sobre el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2008, que le fue entregado recientemente por el titular del Ejecutivo Federal, dijo que es un gran orgullo y que se lo debe todo a sus estudiantes, quienes, dijo, “fueron mis ojos y mis manos”.

Entre las contribuciones de María de los Ángeles Valdés a la ciencia, destaca el descubrimiento y caracterización genética de una bacteria fijadora de nitrógeno, junto con su colega Ann Hirsch, miembro correspondiente de la Academia Mexicana de Ciencias y profesora de la Universidad de California en Los Ángeles.

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