Alfonso L. Herrera: evolucionista mexicano

El Universal
23 de marzo de 2009
Rosaura Ruiz*
cultura@eluniversal.com.mx

Evolución

El primer esfuerzo sistemático para introducir el darwinismo en México lo realizó Alfonso L. Herrera (1868–1942) en la última década del siglo XIX. Fue un evolucionista convencido, plasmogenista, ateo y masón. Fue el más destacado de los naturalistas mexicanos de finales del siglo XIX y principios del XX, y se cuenta entre los fundadores de la biología en nuestro país.

Es también el único de los científicos nacionales conscientes del momento que viven las ciencias naturales, esto es, el momento de transición entre la historia natural y una ciencia con un objeto único: la vida.

Postula que entonces se deja de describir lo vivo para tratar de explicarlo y es uno de los pocos biólogos en México que tienen una concepción filosófica clara y consciente.

Herrera publicó su primer artículo científico, en el que expone y discute tesis evolucionistas, en 1890, cuando contaba con 22 años y puede decirse que entre 1890 y 1904 desarrolló la mayor parte de sus ideas evolucionistas y escribió la casi totalidad de sus artículos relativos a este tema.

Posteriormente, incluyó el darwinismo en diferentes secciones de cuatro libros, que hacían parte de un conjunto dedicado a la enseñanza y que dio a la imprenta entre 1924 y 1925. Herrera es el introductor del evolucionismo darwiniano en México, sin embargo, no realizó investigaciones con el propósito específico de comprobar o ampliar alguna de las tesis evolucionistas, probablemente porque consideró al darwinismo una teoría terminada y completa, y mantuvo opiniones ligadas a las tesis de Lamarck y de Haeckel, ya que rechaza la existencia de contradicciones entre las teorías de Lamarck y Darwin, y se plantea el evolucionismo como la suma mecánica de ambas. Para Herrera, al igual que para muchos evolucionistas de la época, no hay ninguna contradicción significativa entre Darwin y Lamarck.

Alfonso Herrera elaboró una versión propia del evolucionismo, que muestra una gran influencia de las ideas de Lamarck, Haeckel y Darwin, en ese orden de importancia.

Herrera, con todo y su sesgo lamarckiano, es un introductor del darwinismo en la biología, con lo cual establece una ruptura con la historia natural, disciplina a la que también contribuyó y enriqueció enormemente. En este sentido, es interesante conocer que Herrera planteó, sin embargo, que cada disciplina debía tener su sitio y su espacio, que no debía favorecerse una en lugar de la otra, es decir, que no debíamos “matar a la historia natural en nombre de la biología”. Debe agregarse que al inicio del siglo, entre 1900 y 1929, Herrera dedicó grandes esfuerzos a la biología aplicada y a la creación y administración de instituciones científicas, así como a la enseñanza en la Escuela Nacional Preparatoria y en la Escuela Normal para Maestros, entre otras, y fue en esa etapa en la que escribió los libros dedicados a la enseñanza media y a la divulgación.

(* En colaboración con Arturo Argueta y Ricardo Noguera)

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