Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/036/09
México, D. F., 12 de marzo de 2009
- Así lo dio a conocer Rosaura Ruiz en el Primer Foro Regional sobre Políticas de Ciencia, Tecnología e Innovación en América Latina y el Caribe
- La presidenta de la AMC solicitó al CONACYT que los recursos que no se hayan dedicado a empresas en 2008, se otorguen a las instituciones de enseñanza e investigación para investigación básica
- Persisten deficientes políticas científicas en México y en diversos países de América Latina, consideró
- A nombre de la Academia Mexicana de Ciencias, Rosaura Ruiz pidió al director general de CONACYT invertir en ciencia básica los recursos que no se hayan dedicado a empresas el año pasado.
Foto: AMC
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La Academia Mexicana de Ciencias solicitará un presupuesto de emergencia de 800 millones de dólares, en virtud de que el presupuesto vigente se ha deteriorado por la grave devaluación de la moneda nacional, que en los últimos meses ha llegado a ser del cincuenta por ciento, informó Rosaura Ruiz Gutiérrez, presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
Lo anterior, en virtud de que en el año 2006 se gastaron en el país 2 mil 563 millones de dólares en importaciones, de manera que, si se mantiene esa proporción, se requeriría de 800 millones de dólares para compensar la pérdida por la devaluación en ámbitos científicos que tienen que ver con la inversión en moneda norteamericana, consideró.
Al participar en la mesa de apertura del Primer Foro Regional sobre Políticas de Ciencia, Tecnología e Innovación en América Latina y el Caribe: Hacia un Nuevo Contrato Social de la Ciencia, Ruiz Gutiérrez manifestó que dicho presupuesto, será empleado para las becas de posgrado en el extranjero, así como para la compra de equipo y otros materiales necesarios para infraestructura e investigación.
En el foro, organizado por la Oficina Regional de Ciencia de la UNESCO para América Latina y el Caribe, y el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, reiteró la exigencia de la AMC de que se revisen los programas federales de promoción al desarrollo científico y tecnológico, y propuso que a final de año, los recursos que no se hayan otorgado a las empresas se regresen a las universidades para su inversión en proyectos de ciencia básica.
Al hacer una crítica en relación al conjunto de Programas Federales de Estímulo a la Investigación, el Desarrollo y la Innovación Tecnológica, que sustituyen al fallido Programa de Estímulos Fiscales, argumentó que las nuevas medidas parecen dar continuidad a una política científica que procura favorecer a las empresas, más que instrumentar una estrategia que enfrente y resuelva de raíz los rezagos generados por el modelo anterior.
Como muestra, Ruiz Gutiérrez señaló que con el nuevo paquete de programas, persistirá la discrecionalidad en la selección de proyectos y asignación de recursos, además de que la presencia de investigadores es casi inexistente y los órganos de coordinación son de dominio burocrático.
Además, llamó la atención de que en dichos programas no se contemple la participación de organismos como el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, la Asociación Mexicana de Directivos de la Investigación Aplicada y el Desarrollo Tecnológico y la Academia Mexicana de Ciencias.
Ante este panorama, dijo, es de suma importancia que quienes toman las decisiones y operan la política en esta materia, atiendan a los llamados preventivos y a la crítica que sobre ellos formula la comunidad científica.
La presidenta de la AMC insistió en la necesidad de entablar un diálogo fructífero y razonado, que tome el lugar de la descalificación sin fundamento y permita la redefinición de un modelo de política científica que apoye la generación de conocimientos y se oriente a la consecución de resultados positivos.
Insistió en que en México el financiamiento a la ciencia y a la tecnología sigue siendo inferior al que se considera mínimamente satisfactorio. Al respecto, recordó que la inversión en el rubro incluso disminuyó de .34 por ciento del Producto Interno Bruto en 2008, a .33 por ciento el presente año.
En ese sentido, puntualizó que a 8 años del Programa de Estímulos Fiscales para impulsar la participación privada en la investigación y desarrollo tecnológico, los resultados han sido desalentadores, pues el coeficiente de inventiva es de apenas 0.5 por ciento, además de haber caído en competitividad del lugar 38 que tenía México en el año 2000, al lugar 60 en el que se encuentra hoy.
Agregó que la ciencia y la política constituyen un binomio indisoluble, que cuando se ha puesto al servicio de la humanidad, se ha hablado de sociedades justas, igualitarias, equitativas y democráticas.
A la par del combate frontal a las deficientes políticas científicas que, como en México, persisten en muchos países de América Latina, los científicos “tenemos la responsabilidad de atender con seriedad y rigor problemas que enfrenta el mundo, como el cambio climático, la salud pública, los recursos energéticos y el desarrollo sustentable entre otros”, declaró la también secretaria de Desarrollo Institucional de la UNAM.
A la mesa de apertura del Primer Foro Regional sobre Políticas de Ciencia, Tecnología e Innovación en América Latina y el Caribe: Hacia un Nuevo Contrato Social de la Ciencia, también asistieron Juan Pedro Laclette, coordinador general del Foro Consultivo Científico y Tecnológico, y Jorge Grandi, director de la Oficina Regional de Ciencia de la UNESCO para América Latina y el Caribe, quienes coincidieron en que el encuentro es una oportunidad para evaluar las fortalezas y debilidades de Latinoamérica en cuanto a políticas científicas.
Asimismo, estuvieron presentes Juan Carlos Romero Hicks, director general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, y José Antonio de la Peña, coordinador del Comité Científico para América Latina y el Caribe.