Las máquinas y robots moleculares darían alternativas revolucionarias en medicina, medio ambiente y tecnología


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Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/022/09
México, D. F., 16 de febrero de 2009

  • Así lo afirmó Salvador Cruz Jiménez, investigador de la UAM Iztapalapa, al participar en “Domingos en la Ciencia” de la AMC
  • Con el nacimiento de la ingeniería molecular o nano-ingeniería, es sólo cuestión de tiempo poder desarrollar máquinas y robots moleculares
  • En medicina, ya se trabaja con nano-micelas o moléculas orgánicas a las que se les incorpora el medicamento activo y se dirigen a lugares específicos
El físico de la UAM explicó que hace 10 años no era posible manipular átomos individualmente y ahora esto se puede lograr gracias al Microscopio de Fuerza Atómica.
El físico de la UAM explicó que hace 10 años no era posible manipular átomos individualmente y ahora esto se puede lograr gracias al Microscopio de Fuerza Atómica.
Foto: AMC
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La nanotecnología es un tema de actualidad en el presente siglo y formará parte de la vida cotidiana en los próximos años, afirmó Salvador Cruz Jiménez, integrante de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), quien aseguró que con el nacimiento de la ingeniería molecular o nano-ingeniería como actividad interdisciplinaria entre la biología, la física, la química y la computación, es sólo cuestión de tiempo poder desarrollar máquinas y robots moleculares.

Al dictar su conferencia “Explorando el nano-mundo y sus maravillas” ante niños, jóvenes y padres de familia que ayer asistieron a la charla organizada por la AMC a través de su programa “Domingos en la Ciencia”, el físico explicó que un nanómetro es la milésima parte de una micra, que a su vez es la milésima parte de un milímetro, por lo que hablar del nano-mundo, es referirse a lo más pequeñito, donde se puede ver a los átomos comportarse de manera individual.

A partir de la nano-ingeniería, aseguró el científico, es posible crear máquinas moleculares que revolucionarían, por ejemplo, a la medicina, para atacar enfermedades como cáncer y diabetes.

Señaló que en la naturaleza ocurren patrones de autoorganización molecular como los virus, los cuales constituyen una organización de átomos y moléculas que puede considerarse una máquina molecular.

La ciencia actual, indicó el investigador del departamento de Física de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa (UAM-I), ha llegado al punto de la manipulación de átomos individuales, lo cual hace factible la construcción futura de arreglos más complejos con funciones específicas, lo que representaría un mundo nuevo de posibilidades en los campos de la medicina, el medio ambiente y diferentes tipos de tecnologías.

Lo anterior, muestra la posibilidad de manipular átomos para fabricar algo equivalente a un virus, pero que en lugar de enfermar, cure, lo que actualmente desarrolla la denominada nano-medicina, explicó Cruz Jiménez en el Auditorio del Museo Tecnológico (MUTEC) de la Comisión Federal de Electricidad.

Dio a conocer que actualmente bioquímicos mexicanos de la UAM, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN), están trabajando en cómo manejar sistemas denominados nano-micelas, es decir, moléculas orgánicas a las que se les incorpora el medicamento activo y se dirigen a lugares específicos.

Hace 10 años no se podía hacer esto, “era como meter un hilo en el ojal de una aguja usando guantes de box”, indicó Salvador Cruz, co-director de dicho programa.

El investigador agregó que, hasta el momento, la manipulación de átomos se realiza con el Microscopio de Fuerza Atómica, que al rastrear una muestra es capaz de registrar continuamente su topografía mediante una sonda o punta afilada de forma piramidal y también puede extraer átomos de la superficie para formar el patrón deseado.

Esto es lo que permite crear nuevas tecnologías y materiales como nano-tubos, nano-alambres, nano-chips y hasta nano-motores, finalizó.

Domingos en la Ciencia es un programa de la AMC que inició en diciembre de 1982, con el propósito de difundir la ciencia de una manera divertida y amena entre la niñez y juventud mexicana y, con ello, coadyuvar a despertar vocaciones científicas, así como el interés por el cultivo y el desarrollo de la ciencia.

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