Apremia a sembrar ciencia en el agro

Reforma
17 de enero de 2009
Patricia López

Premio Nacional de Ciencias y Artes: Edmundo García Moya

Ciudad de México.- Hombre de campo por origen y vocación, el agrónomo y doctor en ciencias Edmundo García Moya considera que, para sacar al agro mexicano del «olvido», hace falta sembrar investigación científica para recuperar la tierra que nos da alimentos e identidad con una fórmula que combine éxito económico y ecológico.

«Existe un impulso a la ciencia, pero no al nivel ni con la oportunidad de las demandas actuales que nos permitan insertarnos en la era del conocimiento», advierte el investigador emérito del Colegio de Postgraduados (Colpos), merecedor del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2008 en la categoría de Ciencias Físico Matemáticas y Naturales, quien se siente «estimulado y comprometido» con el galardón que reconoce su trayectoria, pero también, dice, al Colpos (donde trabaja desde 1972) y al sector agrícola.

«Hay programas gubernamentales de apoyo al campo, pero están burocratizados, politizados, son electoreros y clientelares, están desvinculados por la falta de infraestructura necesaria para hacerlos operativos y que sus beneficios puedan llegar a sus destinatarios de manera eficaz y oportuna», enfatiza.

Para revertir esta tendencia, el especialista en pastizales y zonas áridas de México enlista sus propuestas para hacer al campo productivo y sustentable.

«Un campo mexicano exitoso en lo económico requiere revisar el capítulo agrícola del Tratado de Libre Comercio, supervisar y mejorar el desempeño de los funcionarios públicos del sector, dar incentivos y precios justos a los productores, industrializar los productos agrícolas, establecer cadenas de comercialización para eliminar el intermediarismo, mejorar la infraestructura agrícola y la vivienda rurales, mecanizar los sistemas de producción, acceder a insumos agrícolas a buen precio y calidad, implementar programas de capacitación y empleo rurales a productores y repatriados, y vincular la investigación científica y la enseñanza con el sector rural».

Para completar este modelo, recomienda impulsar prácticas agrícolas amigables con el ambiente, para así remediar y conservar los ecosistemas.

«Para tener éxito ecológico se necesita realizar una labranza mínima, implantar la asociación e imbricación de cultivos, ampliar cultivos de cobertura para incorporar nutrimentos y reducir la erosión del suelo, mejorar la eficacia en el uso de agua de riego, captar agua de lluvia, utilizar biofertilizantes, implantar un programa de gestión integral de plagas y enfermedades en cultivos y granos almacenados, usar híbridos y variedades mejoradas adaptadas a cada condición ecológica, prohibir el uso de organismos genéticamente modificados en cultivos donde México es centro de origen, como el maíz, y diversificar e integrar los sistemas de producción agrícola, pecuaria y forestal».

Recurso renovable

Originario del ejido jalisciense La Esperanza, municipio de Ameca, García Moya ayudó desde niño a su padre y sus siete hermanos en las labores del campo.

«Sembrábamos maíz, frijol, caña de azúcar, cacahuate, todo lo de la región… Utilizábamos una interesante técnica de rotación de cultivos que aprovecha la tierra y el agua de temporal para sembrar maíz una parte del año y cultivar garbanzo de forma residual», recuerda.

En la Escuela Superior de Agricultura Antonio Narro –hoy Universidad Agraria Antonio Narro– de Saltillo, estudió ingeniería agrícola, y mientras cursaba la maestría en ciencia de plantas en la Universidad de California en Riverside, desarrolló el concepto de «islas de fertilidad», que se publicó en la revista Ecology.

«Las islas de fertilidad, que hoy se llaman islas de recursos, implican la acumulación y descomposición de los restos vegetales y animales. En ellas, suelo y nutrimentos se ven favorecidos por el abatimiento o reducción de las condiciones ambientales extremas».

Completó estudios de doctorado en la Universidad de Oregon, y regresó a México para incorporarse al Colpos, donde impulsó el estudio de zonas semiáridas.

«Me interesan los pastizales por su extensión global y nacional. Son un recurso renovable que es el principal alimento para el ganado, al que aporta proteínas y minerales como fósforo y calcio».

Actualmente, García Moya ensaya la producción de pastizales con restricciones de humedad, nutrimento y exceso de sales, y prueba la recuperación de pastizales degradados mediante el implante de zacates autóctonos en un terreno experimental de Montecillo, Estado de México, que comparten investigadores del Colpos y de la Universidad Autónoma Chapingo.

Conózcalo

Nombre Edmundo García Moya
Lugar y fecha de nacimiento Ameca Jalisco 1941.

Estudios: Ingeniero agrónomo por la Escuela Superior de Agricultura Antonio Narro de Coahuila Maestro en Ciencias Vegetales por la Universidad de California Riverside Doctor en Ciencia Animal por la Universidad Estatal de Oregón.

Trayectoria: Especialista en pastizales zonas áridas y semiáridas de México y en el cultivo del agave y del nopal Desde 1972 trabaja en el Cole gio de Postgraduados donde es profesor investigador emérito Pertenece al SNI nivel 3 y es miembro de las academias Mexicana de Ciencias y Nacional de Ciencias Agrícolas

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