Excélsior
19 de noviembre de 2008
Cármen Álvarez
El premio Nobel de Química también opinará en temas ambientales
El Nobel de Química mexicano, aunque también con nacionalidad estadunidense, Mario Molina Henríquez, fue invitado por el equipo de transición del presidente electo Barack Obama para coordinar los trabajos que definirán un cambio muy importante en las políticas de ciencia y tecnología de la próxima administración estadunidense.
“Tengo que ir a Washington, evidentemente, para coordinar todo este trabajo”, informó el Nobel de Química 1995 a los lectores de Excélsior en entrevista telefónica desde la ciudad de San Diego, California.
Calificó la invitación como una oportunidad muy grande, particularmente porque ha habido declaraciones muy importantes del presidente Obama en cuestiones ambientales y de combate al cambio climático y porque permite definir cómo deberá funcionar el gobierno de Estados Unidos en esos ámbitos.
“Puede durar varias semanas o un par de meses cuando mucho para ayudar a la nueva dirección del presidente Obama en cuestiones de ciencia y tecnología”, estimó.
Dijo sentirse muy honrado de representar a la comunidad científica de Estados Unidos y del mundo para que tanto él y su equipo de colaboradores puedan asegurarse de que haya integridad científica en la misión encomendada.
“Y para que la ciencia juegue el papel que se merece en las decisiones relacionadas con energía, medio ambiente, salud, etcétera, del gobierno del país que tiene más recursos del planeta”, añadió.
Consultado si apoyará a ese país en la solución de problemas ambientales específicos derivados de las emisiones de gas con efecto de invernadero a la atmósfera, el científico dijo que, en el ámbito del equipo de transición, se ocuparía de ese tipo de asuntos pero de manera indirecta.
Y sobre la posibilidad de que se contemplen cambios en los planes de estudio para las universidades, Molina dijo que por el momento ese asunto se manejaría como una recomendación.
“Pero sí contemplamos asegurarnos de que haya un presupuesto adecuado para la ciencia y la tecnología que es tan importante para el desarrollo económico de los países. Un problema que también estamos atacando en México, por cierto, y que corresponde a toda la comunidad científica”, añadió.
La página del equipo de transición de Obama, change.gov, explica que los asesores de transición revisarán los departamentos, agencias y comisiones del gobierno estadunidense para darle al mandatario electo la información necesaria en la toma de decisiones.
Ese sitio confirma que Molina forma parte del equipo de transición y destaca la trayectora del mexicano, sin embargo, no da más detalles sobre sus funciones.
“Mario Molina es un Profesor de Química en la Universidad de California en San Diego (UCSD), y era anteriormente profesor del MIT. Sirvió en el Comité Presidencial de Consejeros en Ciencia y Tecnología (1994-2000).
“Ha recibido más de 20 grados honoris causa y numerosos premios por su trabajo científico”, señala change.gov.
La Universidad de California en San Diego informó además que otro de sus académicos, Dean Peter Cowhey, de la escuela de relaciones internacionales, también será parte el equipo de transición.
El investigador informó que en los próximos días dará a conocer más información sobre las tareas que iniciará en los próximos días.
En la Ciudad de México este diario platicó con Rodolfo Lacy, coordinador de programas y proyectos del Centro Mario Molina quien recordó que el plan ambiental del presidente electo Obama contempla un impulso muy fuerte a la generación de energías renovables.
Entre otras cosas, para solucionar el problema derivado de las emisiones de la tecnología a base de carbón en la que se basa principalmente la producción de energía del vecino país.
A pregunta expresa Lacy informó que si bien es cierto que la tecnología para la generación de energías renovables es una industria globalizada, México todavía puede posicionarse en el nicho de la energía geotérmica.
“Somos bastante independientes en energía geotérmica. México lidera, o más bien tiene muy buena tecnología propia en geotermia, pero nada más. En el resto no somos grandes desarrolladores de tecnología”, agregó.
Investigador de tiempo completo
Mario Molina nació en la Ciudad de México en 1943, aunque también es ciudadano estadunidense, es decir, posee la doble nacionalidad.
Es ingeniero químico por la Universidad Nacional Autónoma de México (1965), un posgrado en Cinética de Polímeros de la Universidad de Friburgo, Alemania (1967) y un doctorado en Fisicoquímica de la Universidad de California en Berkeley (1972).
Fue profesor en el Instituto Tecnológico de Massachusetts en el periodo 1989-2004; profesor e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México entre 1967 y 1968; de la Universidad de California en Irvine entre 1975 y 1979 y del Laboratorio de Propulsión a Chorro del Instituto Tecnológico de California (Caltech) en el periodo 1982 a 1989.
Es un pionero de la química de la capa de ozono de la estratosfera.
Fue coautor de la publicación en 1974 en la revista británica Nature del artículo original prediciendo el adelgazamiento de la capa de ozono como consecuencia de la emisión de ciertos gases industriales, los clorofluorocarburos (CFCs).
Sus investigaciones condujeron al Protocolo de Montreal de las Naciones Unidas, un tratado que prohíbe la producción de CFCs en los países desarrollados desde 1996. Este es el primer tratado internacional que ha prácticamente resuelto un problema ambiental a escala global.
Molina y su grupo de investigación publicaron una serie de artículos entre 1976 y 1986 que identificaron las propiedades químicas de compuestos que juegan un papel esencial en la descomposición del ozono de la estratosfera.
También propusieron y demostraron una nueva secuencia de reacciones catalíticas que explican la mayor parte de la destrucción del ozono en la estratosfera polar.
Más recientemente, ha estado investigando la química de la contaminación atmosférica en la baja atmósfera.
También está involucrado en trabajos interdisciplinarios colaborando con expertos en múltiples disciplinas para enfrentar el problema de la degradación de la calidad del aire en las grandes ciudades del planeta.
Es miembro de la Academia Nacional de Ciencias y del Instituto de Medicina de EU, de la Pontificia Academia de las Ciencias del Vaticano, de la Academia Mexicana de Ciencias, la Academia Mexicana de Ingeniería, miembro del Colegio Nacional y de varias otras instituciones. Ha recibido numerosos galardones, incluyendo más de 18 doctorados Honoris Causa, el Premio Tyler de Energía y Ecología en 1983, el Premio Sasakawa de las Naciones Unidas en 1999 y el premio Nobel de Química en 1995.
Actualmente es profesor de la Universidad de California, donde es miembro del Departamento de Química y Bioquímica y del Instituto de Oceanografía Scripps. Desde 2005 preside el Centro Mario Molina.
FUENTE: Centro Mario Molina