EU: Una elección presidencial sin precedentes

Excélsior
2 de noviembre de 2008
*José Luis Valdés Ugalde

“A pesar de que para México la relación bilateral con EU es por mucho la más importante en política exterior y comercial, para Washington no es necesariamente así.”

Nunca en la historia política de Estados Unidos, una mujer, un representante de la tercera edad (Ronald Reagan tenía 69 años al momento de ser electo por primera vez en 1981) y un negro habían —simultáneamente— competido por ser electos al máximo cargo político en ese país. Hlllary Clinton pudo haber sido la candidato demócrata y dejó la contienda en una posición de fuerza raramente vista en el pasado para un precandidato, John McCain se convirtió en la alternativa republicana y Barack Obama es el contendiente demócrata y hoy en día, el favorito para ser electo presidente por el complejo sistema electoral estadunidense.

Así las cosas en esta campaña presidencial no hay nada que pueda ser considerado «normal». En los hechos ya no hay presidente en funciones, George W. Bush ha dejado de serlo prematuramente, deja un enorme vacío de poder que empieza a llenar Obama, y su popularidad así como su gestión son consideradas como las peores en la historia de la presidencia imperial. Tampoco se tiene una situación económica normal, la crisis financiera de septiembre se considera tan o más peligrosa como el crack de 1929, todo lo cual se agudiza por el retraso de la economía de Estados Unidos, que si bien aún no está en bancarrota, enfrenta un momento de desaceleración económica que ha impactado seriamente su mercado interno y su competitividad internacional. Además, la invasión a Irak quebró el consenso social y político en forma tan o más grave que en los tiempos de la guerra de Vietnam.

Los candidatos mencionados son todo menos tradicionales. Obama, además de ser un político negro-mestizo, sin pasado esclavista, es un candidato declaradamente opuesto al establishment político, el que se ha propuesto cambiar en caso de llegar a la presidencia; su ventaja en las encuestas se debe fundamentalmente a que ha elaborado una propuesta económica más creíble e incluyente que su oponente, dirigida a reestablecer el lugar de la clase media en el ámbito del mercado interno. Por su parte, McCain se ha auto-propuesto como el menos republicano de los republicanos y aunque en forma tibia, ha radicalizado su postura contra Bush. No obstante, a fuerza de auto-proclamarse tercamente como el «héroe de guerra» y como el candidato «duro», McCain se ha quedado sin plataforma y en consecuencia sin propuesta viable ante dos hechos: la causa iraquí, herencia ominosa de Bush, y la crisis económica. Es quizás por cada una de estas características muy particulares y excepcionales que podemos suponer que cada uno ganará o perderá la elección presidencial.

¿Cuál es la situación de México y América Latina en esta elección tan atípica? No existe una diferencia determinante ni posiciones tan radical o claramente opuestas (siendo la única posible excepción el tema del comercio internacional) entre lo que un partido y otro ofrecen. En todo caso, aun si existieran diferencias entre candidatos, al llegar a la Casa Blanca, el poder del presidente se verá acotado por el Congreso en éste y otros temas. En este sentido, las iniciativas relacionadas con México y América Latina se negó ciarán con una gran cantidad de grupos de interés, lo que nos hace pensar que ni los demócratas ni los republicanos, ni Obama (the idealist) ni McCain (thefree trader), aseguran una diferencia significativa en la relación bilateral y latinoamericana.

A pesar de que para México la relación bilateral con EU es por mucho la más importante en política exterior y comercial, para Washington no es necesariamente así. EU tiene como preocupación principal la estabilización de Oriente Medio, que no es poca cosa y en donde queda pendiente terminar la guerra en Irak, retomar el caso afgano, combatir el posicionamiento nuclear y regional de Irán, proteger al aliado más importante en la región, Israel, y ganar la lucha en contra del terrorismo. De estas prioridades se desprenden otros frentes de acción secundarios como la relación con Rusia, Pakistán y la reconciliación con los aliados europeos. Habrá que admitir que así como México no ha sido un tema de interés en la campaña presidencial —aunque el nuestro sea un país clave en el tema de seguridad bilateral—, al no ser conflictiva la relación entre ambos países, se da por sentada la cooperación con miras a asegurar la frontera y la lucha contra el narcotráfico. De este tamaño son los lujos que Washington se ha podido dar en su relación con México y que nuestro gobierno ha aceptado impasiblemente desde hace varios años.

Ahora bien, en esta elección EU se está jugando no sólo su futuro económico sino su liderazgo internacional. Para su pesar, en los últimos diez años, la imagen de EU en el mundo ha cambiado drásticamente y en esta transformación, la relación bilateral también ha sido arrastrada. Durante la administración de Bush la relación bilateral se deterioró profundamente por diversos factores, entre los que se encuentran, en primer lugar, un malentendido sobre la verdadera naturaleza de nuestra sociedad: ¿somos amigos o socios?; en segundo lugar, la intrusión del 11 de septiembre de 2001 que desplazó a México de las prioridades de Estados Unidos; y en tercer lugar (y quizás consecuentemente) la carencia casi absoluta de reciprocidad y sensibilidad en los temas mutuamente importantes (migración y seguridad).

Se trata ciertamente de un continuum que proviene del siglo pasado y que ha afectado las relaciones de EU con América Latina importantemente.

Con base en nuestro argumento inicial y considerando que es difícil un pronóstico sobre el nivel de prioridad que tendrán migración y libre comercio en cada caso, podemos decir que la enorme debilidad política actual de John McCain (alo que hay que agregar la presión de la extrema derecha de su partido, la continuidad de la política dura en el ámbito internacional y la alta probabilidad de que enfrente un Congreso de mayoría demócrata) le impedirá ser propositivo en ninguno de estos temas. Así las cosas, podrá darse el caso (lo cual confirmaría definitivamente el carácter excepcional de esta elección) de que Obama, con una propuesta de poder blando e inteligente (diplomacia y multilateralismo) en la definición de su política internacional, se reacerque a América Latina con mayor sensibilidad y fuerza política que McCain e impulse así un momento estelar en las relaciones interamericanas.

*Es director del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la UNAM. Politólogo e internacionalista.

Cuenta con la maestría en sociología política y el doctorado en Relaciones Internacionales, ambos de la London School of Economics and Political Science (LSE).

Es miembro del SNI, nivel 2 y miembro regular de la Academia Mexicana de Ciencias. Pertenece a diversos órganos colegiados y organismos dentro y fuera de la UNAM. A partir de mayo de 2007 fue designado por el gobierno mexicano como miembro del Consejo Directivo de la Comisión México-Estados Unidos para el intercambio Educativo y Cultural (Comexus)

Tiene 25 años de experiencia en la investigación y en estudios sobre América del Norte.
Fue designado por el Senado coordinador de la evaluación del TLCAN (19992000); comisionado por la UNAM como consejero adjunto de Agenda de Riesgo y Enlace Académico en la extinta Oficina del consejero presidencial de Seguridad Nacional.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


Notice: ob_end_flush(): failed to send buffer of zlib output compression (0) in /home/amcedu29/public_html/comunicacion/wordpress2019/wp-includes/functions.php on line 5373