Investigación y Desarrollo
30 de octubre de 2008
Una serie de factores internos y externos coincidieron en forma favorable para que el gasto federal en materia de ciencia y tecnología del presente año tuviera un incremento del 14.5 por ciento con respecto a 2007, un hecho que a pesar de no ser el óptimo fue calificado como «moderadamente positivo» por ciertos actores. Ahora el contexto es distinto.
La crisis económica internacional conllevará sin duda reajustes al proyecto presupuestal planteado por el Ejecutivo Federal en septiembre pasado, en el que hasta el momento está previsto invertir 43 mil 450 millones de pesos en el rubro durante 2009, una cifra 11 por ciento superior a la inversión de ahora.
Repercutirá crisis: Romero Hicks
Al respecto, el titular del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), maestro Juan Carlos Romero Hicks comentó que el fenómeno por el que está atravesando la economía mundial cambia cada día, por lo que es prematuro que la institución a su cargo realice un pronunciamiento sobre los posibles ajustes al presupuesto en ciencia y tecnología para 2009.
Sin embargo, adelantó que seguramente habrá repercusión de alguna forma, pero los financieros, economistas y legisladores determinarán qué procederá de aquí al 15 de noviembre, fecha límite para aprobar el presupuesto. “El presidente (Felipe Calderón) ya determinó su iniciativa y le tocó también a Hacienda (Secretaría de Hacienda y Crédito Público) realizar ajustes debidos a fin de salvaguardar la inversión”.
En cuanto al Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2009 (PPEF) en su Ramo 38-Conacyt, expuso que es un buen inicio para el Consejo, al plantearse un incremento de 25 por ciento destinado a la institución, lo que significa un importante aumento presupuestal por segundo año consecutivo. “En 2008 se tuvo el primer incremento considerable en el gasto científico-tecnológico de los últimos 11 años, y se anticipa que haya un escenario equivalente para 2009”.
Sobre el escaso aumento del gasto en materia de educación, que también se estipula en el PPEF 2009, estimó que se trata de una cadena que impacta a la ciencia y tecnología, y que en definitiva es un asunto que el Congreso de la Unión debe revisar como todas las prioridades del país.
Se requieren 63 mil millones adicionales: AMC
Por su parte, la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) dio a conocer su posicionamiento en torno al gasto que el gobierno federal debiera destinar en ciencia y tecnología durante el periodo de 2008 a 2012. Se trata de una cantidad que en suma alcanzan los 63 mil 302 millones de pesos, la cual debe completarse a la inversión que actualmente se promedia.
De acuerdo con la doctora Rosaura Ruiz Gutiérrez, presidenta de la AMC, la nueva forma que utiliza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) para medir el Producto Interno Bruto indica que en los últimos años la inversión real en ciencia y tecnología es de 0.42 por ciento del PIB, en lugar del 0.47 que se venía señalando.
El planteamiento de la AMC es que el gobierno respete la Ley de Ciencia y Tecnología e invierta el uno por ciento del PIB en la materia, pero no en forma inmediata, sino en un periodo aproximado de cuatro años. La propuesta es que al gasto actual se sumen cada año 15 mil millones de pesos más, de los cuales al gobierno le corresponderían sólo 11 mil millones a fin de que en 2012 se alcance la meta planteada en la legislación.
De esta forma, “lo ideal es que para 2009 se autoricen 56 mil millones de pesos en GIDE (gasto en investigación y desarrollo experimental), pues de lo contrario, de mantener la tendencia de crecimiento en este rubro, la meta del uno por ciento del PIB se alcanzaría hasta el año 2025. El punto es que si el gobierno considera que la propuesta de la AMC es excesiva, entonces deberá reconocer su eventual incumplimiento a la Ley”, argumentó Ruiz Gutiérrez.
En cuanto a la repartición de los montos, sugirió que los 2 mil 500 millones de pesos que se planean destinar a los nuevos programas de fomento al desarrollo tecnológico y la innovación, y que en buena parte serán dirigidos directamente al sector productivo, fueran etiquetados para aquellos proyectos vinculados con centros de investigación pública, instituciones de educación superior o institutos nacionales. De hecho, explicó que la AMC ha tenido un acercamiento con los representantes de la Comisión de ciencia y tecnología de la cámara baja, y han coincidido en ese sentido.
“No podemos permitir que pase lo que ocurrió con el programa de Estímulos Fiscales, al que se dedicaron 18 mil 500 millones de pesos a lo largo de su existencia (2001-2008) sin obtener un impacto significativo en el desarrollo tecnológico e innovación. Una muestra es que las patentes registradas en el país por connacionales se mantuvieron con un promedio precario de 132 anuales, al tiempo que las patentes de extranjeros crecieron exponencialmente, lo que indica que el programa apoyó más al desarrollo foráneo”, explicó.
De igual forma, llamó a recuperar el equilibrio entre el apoyo a la ciencia básica y aplicada (desarrollo tecnológico e innovación), pues explicó que tras la ausencia de la primera, eventualmente no habría nada por aplicar. “Son varios años en los que el apoyo a ciencia básica se mantiene alrededor de 700 millones de pesos anuales, a pesar de que se ha incrementado el número de integrantes del Sistema Nacional de Investigadores, lo que sin duda ha repercutido en el decrecimiento del número de publicaciones realizadas por los expertos nacionales”, precisó.
Falta un impulso nacional: González Parás
En el ámbito gubernamental, la idea de aprovechar el conocimiento y tornarlo en innovación y oportunidad de desarrollo económico ha sido asimilada e incluso proyectada en algunos planes de gobierno. Sin embargo, “eso todavía no se vislumbra en los hechos presupuestales, no se ha reflejado la prioridad en el presupuesto”, advirtió el gobernador de Nuevo León, Natividad González Parás.
Todavía, señaló a manera de ejemplo, estamos teniendo dificultades para conseguir un crecimiento de recursos en materia de estímulos fiscales y apoyos directos, y hemos tenido que ir a dar la batalla durante tres años consecutivos a la Cámara de Diputados, “y por lo que vemos este año vamos a tener que hacer lo mismo”. Falta que se dé un impulso nacional, “pero yo creo que esto va a cundir porque el mercado global sigue ofreciendo oportunidades enormes. Yo espero que el presidente de México asuma, con el apoyo de todos nosotros, la responsabilidad de concretar un acuerdo”, expuso.
Se involucra más a la IP: Coparmex
La partida directa prevista por primera vez en el PPEP 2009 hacia la industria para impulsar los llamados negocios con valor agregado es vista con buenos ojos por parte del gremio. Así lo destacó el licenciado Sergio Peralta Sandoval, miembro y vínculo de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) con el Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCyT), quien de manera particular celebró la inversión de 2 mil 500 millones de pesos que se proyectan para el próximo año destinados a los nuevos programas de fomento al desarrollo tecnológico y la innovación.
“Con ello se generarán proyectos en conjunto con los organismos y centros investigación, esto es importante porque se trata de un aliciente a vinculación de las empresas y un nicho de oportunidad que todos los directivos deben aprovechar”, mencionó.
Referente a la Coparmex, señaló que hay mucho interés por parte de los empresarios en el desarrollo científico y tecnológico. Un ejemplo son los estímulos que se dan a los jóvenes empresarios para lanzar nuevas firmar que utilicen procesos innovadores.
Informó que constantemente la organización ha participado en reuniones con el Conacyt, el FCCyT y la Secretaría de Economía, con opiniones constructivas para definir mejores políticas, “pero en cuanto al presupuesto no es nuestra labor cabildear con los legisladores, sino aprovechar las oportunidades que surjan del mismo”, concluyó Peralta Sandoval.
El análisis del Congreso
El gasto social, en salud, educación y ciencia no debe de estar ni por error en la mira de recortes presupuestales. De hecho, se espera que los ajustes se realicen en el gasto corriente, aunque no se ha especificado en qué área serán. Esa es la postura de los presidentes de las comisiones de Ciencia y Tecnología de las cámaras de senadores y diputados, por lo que se prevé mantener al alza la inversión en la materia.
“Esperamos que no haya disminución del gasto en ninguna de las áreas sociales, menos aún en educación, ciencia y salud; muy por el contrario, debemos de seguir buscando un aumento en estos rubros con o sin crisis”, apuntó Francisco Castellón Fonseca, presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología del Senado.
Para legislador del Partido de la Revolución Democrática, el presupuesto no crece mucho en términos reales por lo que hace falta tomar otro tipo de medidas, como involucrar más a las entidades federativas para que aumenten los recursos que destinan al ramo.
Respecto a las complicaciones de alcanzar el uno por ciento del PIB en ciencia y tecnología, Castellón Fonseca dijo que los legisladores tienen toda la voluntad de aumentar constantemente el presupuesto del sector. Sin embargo, expuso que se carece de una política de Estado que destine dichos recursos, y “se tiene la perspectiva que para el Ejecutivo esta área no es estratégica”, apuntó.
En tanto, Silvia Luna Rodríguez, presidenta de la Comisión de Ciencia y Tecnología, en la Cámara de Diputados, manifestó que desde este recinto “debe buscar y construir los mecanismos legales que garanticen un incremento real a estas áreas. Por ello con la reforma (a la Ley de Ciencia y Tecnología) se promoverá que el presupuesto de egresos se incremente en ciencia y tecnología, cuando menos en la misma proporción en que se prevea el crecimiento del PIB y en congruencia con la disponibilidad de recursos que autorice el Congreso de la Unión”.
Calderón, desarrollo y conocimiento
En el marco de la entrega del Premio México de Ciencia y Tecnología 2007, el pasado 27 de octubre, el presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, manifestó que México tiene muy claro que el éxito o el fracaso de las naciones en este siglo XXI no dependen de los recursos naturales, sino de manera fundamental por la forma en que se acceda a la sociedad del conocimiento, y ello depende, en consecuencia, de la preparación de los técnicos, científicos, tecnólogos, ingenieros y humanistas.
“La investigación científica y la innovación tecnológica son esenciales para impulsar el desarrollo de nuestros países (latinoamericanos), dinamizar el crecimiento económico, elevar la competitividad, avanzar en la restauración del equilibrio ecológico y promover la igualdad de oportunidades entre la población”, señaló el mandatario.
Además, en referencia a la crisis económica internacional, apuntó que algo seguro en lo que los inversores pueden apostar indudablemente es la ciencia y la tecnología. Por ello, dijo, existe un compromiso con el fortalecimiento de la inversión pública y privada en el rubro. “Como parte de ese compromiso, en el proyecto de Presupuesto para 2009, propuesto al Congreso de la Unión, propuse que la inversión federal en estas áreas sea superior a 43 mil 450 millones de pesos, es decir, 11 por ciento más en comparación con la autorizada en 2008, que a su vez ya había registrado incremento respecto de 2007”, detalló.
Al respecto del Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación (PCITI), recientemente puesto en marcha, explicó que su objetivo es, por un lado, fortalecer el vínculo de la investigación científica y la innovación tecnológica con los sectores productivos del país. También se pretende reforzar la generación de nuevos científicos del más alto nivel en las áreas que mejoren la calidad de vida y la productividad. “Hablamos, por ejemplo, de cuestiones como la biotecnología, la medicina, el medioambiente, la energía y las tecnologías de la información, entre otras”.
Otro puntó del PCITI enlistado por Calderón Hinojosa fue el que toca la descentralización de las actividades científicas, tecnológicas y de innovación para lograr un desarrollo regional más dinámico y equilibrado, a fin de convertir al país en un destino de inversión clave en el mundo.