Reforma
29 de septiembre de 2008
Patricia López Suárez
En el marco de la Semana de Ciencia, Tecnología e Innovación, organizada por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) planteó seis factores para lograr una transformación en la educación superior.
Judith Zubieta, en representación de Rosaura Ruiz Gutiérrez, presidenta de la AMC, afirmó que los tiempos presentes son grandes oportunidades para promover una transformación en la educación superior en Latinoamérica y El Caribe, mediante seis factores de cambio:
Una nueva economía global basada en el conocimiento, que requiere innovación tecnológica y la producción de conocimiento con un alto valor social y económico. Campos transdisciplinarios que requieren una coordinación inter–sectorial. Trabajos que vinculen a las instituciones de educación superior con los sectores público y privado. Innovaciones globales y multinacionales, que vinculen la información y las tecnologías de comunicación, que puedan abrir espacios científicos y brindar colaboraciones interinstitucionales. Estructuras académicas armónicamente coordinadas y totalmente capaces de establecer intercambios y relaciones permanentes, globalizadas e itinerantes. Y el incremento de interés de los jóvenes en la educación superior que resulte en un aumento sin precedentes en la matrícula de las universidades.
Un comunicado de la AMC detalla que Zubieta indicó que, en el futuro cercano, las nuevas formas de transmisión de conocimiento podrían ser integradas en el reconocimiento de la diversidad regional, los conceptos de co–desarrollo, excelencia científica, propiedad intelectual y la posibilidad de transferir los contenidos pedagógicos.
Sin embargo, añadió que si estas obligaciones son trasladadas a las instituciones de educación superior, ellas deben fortalecer sus procesos institucionales y asegurar la educación para nuevas generaciones de investigadores que eventualmente remplazarán a los existentes.
De igual forma, agregó, deberán generar nuevo conocimiento crítico; aplicar el conocimiento teórico a la solución de problemas sociales concretos, y consolidar las culturas nacionales, al tiempo que incorporen procesos que estimulen la producción de diferente tipo de conocimiento.
En su participación, Charles Edquist, coordinador del Proyecto Nacional de Sistemas de Innovación de la Universidad de Lund, Suecia, resaltó que el conocimiento no es como otros servicios, porque éste siempre se encuentra al día y puede ser utilizado por toda la población y siempre se mantiene en uso.
Destacó que las universidades tienen una relación positiva con el resto de la sociedad, pero éstas, como organismos, deben defender su integridad y la autonomía. «Las universidades necesitan su autonomía en relación con el resto de la sociedad en orden de investigar a favor de esta sociedad».
Su colega Claes Brundenius destacó que los esfuerzos que ha hecho México en relación con la ciencia y la tecnología son mejores que hace 10 años y abundó en el Proyecto UniDer, donde participan 12 países desde 2005: Suiza, China, Brasil, Uruguay, Tanzania, Alemania, Vietnam y Sudáfrica, entre otros.
La dinámica de este proyecto consiste en reuniones de trabajo en cada uno de los países, donde se abordan los temas de finanzas, relevancia–social, inclusión, calidad de la educación superior y bajos salarios de los profesores.
En el panel de discusión, José Vera, rector general de la UAM, se refirió a los esfuerzos que ha realizado la institución desde su fundación en 1974 y advirtió que en ese momento, 90 por ciento del profesorado no contaba con estudios de maestría o doctorado, situación que ahora se ha invertido, puesto que sólo el 10 por ciento únicamente tiene estudios de licenciatura.