La Jornada
26 de septiembre de 2008
Emir Olivares Alonso
Incentivos fiscales para apoyar la investigación, sugiere Osheroff
Para resarcir los rezagos que el país tiene en materia de ciencia, tecnología e innovación, es necesario que el gobierno federal impulse un cambio cualitativo en sus políticas para estos rubros; sin embargo, y pese a las evidencias y permanentes señalamientos de que sólo con el impulso de esos factores México podrá desarrollarse, las autoridades mantienen una actitud “ciega y de oídos sordos”, consideraron representantes de organismos científicos y tecnológicos.
Muestra de ello es que en 50 años las autoridades federales mexicanas sólo han realizado dos acciones de carácter estructural para el impulso de la ciencia: la fundación del Conacyt en 1970 y la creación del Sistema Nacional de Investigadores en 1984, aseguró Jorge Flores, coordinador de Vinculación con el Senado del Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República.
Durante una reunión de integrantes de la Comisión de Ciencia y Tecnología del Senado e investigadores mexicanos con el premio Nobel de física 1996, Douglas Osheroff, este último refirió que los recursos destinados en México para la ciencia y la tecnología por las autoridades, “son pequeños”, sobre todo, si se le compara con 2.7 por ciento del PIB que destina Estados Unidos para ese rubro.
Osheroff consideró que es necesario que en México se ofrezcan incentivos fiscales que permitan que se eleve el nivel de investigación en el país, junto con una educación de mayor calidad a fin de generar mayor impulso a ese rubro.
Jorge Flores lamentó que desde hace 24 años el gobierno mexicano no haya impulsado ninguna acción de carácter estructural en beneficio de la ciencia y la tecnología para el país.
Subrayó que políticos, “el propio Presidente”, legisladores, gobernadores y empresarios no muestran interés por el tema, cuando se debería transformar de manera cualitativa la estructura del gobierno federal al respecto.
Consideró que como parte de este cambio se deben crear 73 centros de investigación dependientes del Conacyt –actualmente existen 27– a fin de que el país alcance 100, que “es un número bonito”. Demandó además que las autoridades federales creen una secretaría de ciencia y tecnología.
El secretario de la Academia Mexicana de Ciencias, José Franco, señaló que aunque México es una de las 14 economías más importantes a escala mundial en contraparte cuenta con un ejército de científicos y tecnólogos “sumamente pequeño” comparado con el resto de los países de la OCDE.
“Es fundamental incrementar el gasto en ciencia y tecnología en este país. Es importante que se formen cuadros en todas las áreas, fundamentalmente en ciencia básica que es la base para desarrollar tecnología y poder aspirar a tener innovación”, subrayó Franco.
En su turno, el coordinador del Foro Consultivo Científico y Tecnológico, Juan Pedro Laclette, subrayó que el desarrollo científico requiere de una fusión de esfuerzos entre todos los actores involucrados: científicos, empresarios, gobierno –en todos sus niveles– y la propia sociedad.