Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/103/05
Cuernavaca, Mor., miércoles 26 de octubre de 2005
- Especialistas de México y Chile señalaron la necesidad de incrementar los espacios para esta fuente de información en los medios masivos de comunicación
- Nicolás Luco, editor de El Mercurio de Chile, recalcó que los periodistas deben tomar distancia de algunos desarrollos científicos
- Nicolás Luco, de El Mercurio, de Chile, durante el encuentro en la Casa de la Ciencia.
Foto: Carlos M. Amante Soria/AMC.
Los problemas que enfrentan en su ejercicio cotidiano el periodismo científico en México, en particular, y en América Latina, en general, así como los retos y oportunidades que tiene esta fuente de información, fueron abordados al iniciar las actividades del III Seminario de Periodismo Científico, que se desarrolla en esta entidad.
En este encuentro, organizado por la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, los especialistas también hicieron un balance de la situación de la ciencia en la región latinoamericana, e hicieron hincapié en la necesidad de incrementar los espacios en los medios de comunicación destinados difundir la investigación científica y tecnológica.
De igual forma, coincidieron en que ese incremento en los espacios debe ir acompañado de información cada vez más confiable, por ello, destacaron la importancia de identificar fuente de información fidedignas y recomendaron recurrir a páginas electrónica de instituciones científicas de prestigio o revistas especializadas.
Nicolás Luco, periodista y editor de ciencia y tecnología del diario El Mercurio de Chile, destacó los grandes escándalos, polémicas y mentiras que pueden surgir en torno a la ciencia o a un ¡desarrollo tecnológico! cuando no se investiga a profundidad ese tema y/o consulta a la comunidad científica.
En el seminario realizado en la Casa de la Ciencia del 24 al 28 de octubre, recordó un caso en particular surgido en Chile hace meses, cuando se trató de engañar a la sociedad y a la clase política de ese país con un nuevo desarrollo tecnológico. Dicha información falsa, dijo, incluso trascendió fronteras y se consideró como una verdad entre la población por varias semanas.
El especialista chileno también hizo énfasis en que, de acuerdo con algunos sondeos realizados en esa nación sudamericana, las secciones de ciencia y tecnología gozan en la actualidad de un gran número de lectores, quienes por lo general buscan conocer mejor la ciencia y la tecnología, hacer mejor uso de ella y, al mismo tiempo, sorprenderse de los adelantos en la materia.
Sin embargo, recalcó la necesidad del periodista de tomar distancia de algunos desarrollos científicos antes de comenzar a escribir de ellos, sobre todo, los que causan gran polémica como los transgénicos, la investigación con células madre y la energía nuclear.
Entre los errores comunes que cometen los periodistas que escriben de ciencia en su ejercicio cotidiano, Nicolás Luco señaló un inadecuado seguimiento de temas científicos, la carencia de un análisis de contenido a largo plazo y el no comprobar si surge algún nuevo interés noticioso del tema publicado.
En su oportunidad, Arturo Barba Navarrete, coordinador de Comunicación de la AMC, hizo un recuento de los orígenes de la profesionalización de la investigación científica en México y el resto del mundo, y el surgimiento de los principales centros científicos en el país.
Ante un grupo integrado por periodistas y estudiantes de comunicación, precisó algunos de los problemas que enfrenta la comunidad científica en México en la actualidad, y presentó algunos indicadores comparativos de la investigación que se realiza en el país con respectos a otras naciones americanas y europeas.
Más adelante, Barba Navarrete hizo un balance de la situación actual del periodismo científico en el país, del cual dijo, ¡aunque de forma lenta, va creciendo en calidad y cantidad en México!, e identificó algunos de los retos que enfrenta este tipo de especialización periodística.
En su oportunidad, Topiltzin Conteras, director general de Investigación y Posgrado de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, hizo énfasis en los graves problemas financieros que atraviesa esa institución para hacer investigación.
Destacó que, a pesar del escaso presupuesto, la calidad de la enseñanza impartida en la UAEM se ha incrementado en los últimos años, a través de programas de capacitación de profesores de tiempo completo, por lo que actualmente 64 por ciento de ellos ya cuenta con el grado de doctorado y 20 por ciento con maestría.
El especialista lamentó la falta de apoyo a la ciencia a lo largo de la historia de México, pues ello provocó que el país haya quedado al margen de las revoluciones industrial e informática, pero argumentó que aún se está a tiempo para ingresar a la revolución biotecnológica que se comienza a dar a principios de este siglo en el mundo, pues se tienen recursos humanos de alta especialización en la materia en México.