Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/98/05
México, D.F., viernes 14 de octubre de 2005
- Creación de nuevas plazas, eliminación de restricciones para ejercicio presupuestal y recursos para infraestructura, entre sus demandas
- Anuncia Octavio Paredes reunión en Guadalajara en noviembre próximo, para continuar con el análisis y plantear soluciones
- A la reunión asistieron científicos provenientes de varios estados de la República Mexicana.
Foto: Claudia Macedo/AMC
Convocados por Octavio Paredes López, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), un grupo jóvenes científicos se reunió con el nuevo director general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Gustavo Chapela Castañares, para abordar la grave problemática que enfrentan los investigadores que inician o están consolidando su carrera científica.
Falta de recursos para repatriar investigadores, poco apoyo a proyectos, carencia de plazas en universidades, ausencia de recursos para infraestructura y de transparencia en criterios de evaluación, fueron sólo algunos de los principales obstáculos señalados por los más de 20 jóvenes mexicanos que dedican sus vidas a la generación de conocimiento.
¡No nos dejan crecer, y hay pocos recursos financieros para la investigación!, indicó María Luisa Benítez, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional. ¡No hay metas, continuidad y ni dirección en la política científica del país!.
La reunión forma parte del trabajo conjunto entre la AMC y el Conacyt para enfrentar como una prioridad nacional la problemática que viven las nuevas generaciones de investigadores, y tratar de revertir la preocupante fuga de cerebros.
Octavio Paredes López anunció que los días 22 y 23 de noviembre la AMC llevará a cabo en Guadalajara una reunión para ampliar la discusión de esta problemática, y redactar un documento que será presentado al propio Conacyt, a las Secretaría de Educación Pública y a los candidatos a la Presidencia de la República.
¡Se trata de un asunto prioritario para la Academia, por ello se han realizado otras sesiones de este tipo!, señaló Paredes López.
El científico instó a los jóvenes a seguir haciendo críticas, proponer soluciones y dedicar tiempo a su solución. ¡El silencio no nos permite avanzar!, indicó.
¡Los jóvenes son los más desprotegidos. Hay muchas trabas para ejercer el presupuesto, para gastar este ‘dinero virtual’!, afirmó Benítez, ganadora del premio Weizmann Khan en Tecnología 2004, que otorga la AMC.
En su oportunidad, Illie Sava Racotta, del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste y ganador del Premio de Investigación de la AMC 2005, subrayó que se le debe dar certidumbre a la continuidad de los Centros Conacyt, y que se deben emitir convocatorias enfocadas a jóvenes investigadores, así como un mayor número de becas para estudios en el extranjero.
Uno de los asuntos torales que ha generado muchas inquietudes, no sólo en los jóvenes sino en todos los investigadores mexicanos, es el asunto de la evaluación de proyectos de investigación que reciben financiamiento del Conacyt. Al respecto, los investigadores sostuvieron que no se toman en cuenta los resultados de proyectos anteriores, la obtención de patentes, y pidieron separar los comités de biología y química, además de que deben participar en las evaluaciones investigadores del nivel III del Sistema Nacional de Investigadores.
Ante la falta de recursos del Conacyt, Chapela cuestionó a los jóvenes si preferían que los recursos se repartieran entre pocos proyectos con sumas más fuertes de dinero, o se dieran pocos montos a muchas investigaciones; la mayoría prefirió esta última opción.
¡Se deben tener más proyectos de grupos y no tanto proyectos ‘personales’ que no tiene impacto nacional!, aseveró Mauricio Terrones, del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (IPICYT).
Terrones manifestó que en el IPICYT han disminuido los estímulos a investigadores y se están reduciendo gradualmente cada año, lo cual afecta principalmente a los más jóvenes y productivos que general el 70% de la producción científica de dicho centro, donde hay dos microscopios con un valor superior a los dos millones de dólares que tienen tres años empacados en cajas sin ser instalados, pues lo pocos recursos del centro se destinan a otras actividades no programadas.
En el encuentro también estuvieron presentes Teresa Tusié, de Biomédicas de la UNAM; Alejandro Robledo, del Colegio de Postgraduados; Gualberto Solís, de la Universidad Autónoma de Yucatán; Beatriz Xoconostle, del Cinvestav; Rosa Navarro, de Fisiología Celular de la UNAM, Jorge Membrillo, de Biomédicas de la UNAM; Gabriel Cuevas, del Instituto de Química de la UNAM; Alejandro Córdoba de Ecología de la UNAM; Diana Birrichaga, del Colegio Mexiquense, entre otros.
Al tomar la palabra, Isabel Gómez, del Instituto de Biotecnología de la UNAM, mencionó que debido a la carga burocrática excesiva, los investigadores pierden mucho tiempo valioso que deberías dedicar a la investigación por lo que sugirió ampliar más el uso del dinero lo cual no quiere decir que no se deban rendir cuentas.
Una demanda generalizada fue la necesidad de que las evaluaciones en el SNI se tomen en cuenta las patentes y el factor de impacto de las publicaciones, así como el ¡limbo! que se crea por los criterios limitados en las convocatorias, pues unas apoyan sólo a investigadores menores de 35 años, pero no brindan recursos para la compra de equipo, o los montos son muy reducidos.
Asimismo, recalcaron la necesidad de impulsar la repatriación de investigadores, pero dotándolos de recursos para realizar investigación y para comprar equipo de laboratorio, así como crear programas de jubilación atractivos para liberar plazas para los jóvenes científicos. Cabe recalcar que el promedio de edad de los científicos mexicanos es entre 50 y 55 años de edad.