Adopte un talento

El Universal
3 de abril de 2008
Fernando Guzmán Aguilar

Un programa diseñado por académicos e investigadores busca apoyos para ‘chavos’ con capacidades científicas

En teoría, todos los niños y adolescentes mexicanos que hoy están en primaria podrán cursar estudios superiores dentro de algunos años; sin embargo, en la práctica, un buen porcentaje de ellos verá cancelada, por muchos motivos, la oportunidad de conocer y desarrollar sus capacidades, y, por lo tanto, de convertir ese sueño en realidad.

El Programa Adopte un Talento (Pauta), diseñado por académicos e investigadores de la UNAM y otras instituciones, y patrocinado por la Academia Mexicana de Ciencias, aspira a abrir una ventana de oportunidades para niños y adolescentes mexicanos.

“Pauta pretende fomentar el desarrollo del talento científico en niños y adolescentes de educación básica y brindarles apoyo y seguimiento académico y logístico a lo largo de su vida escolar, desde la primaria hasta la universidad”, dice el doctor Alejandro Frank, director del Instituto de Ciencias Nucleares, y quien —junto con Jorge G. Hirsch y Julia Tagüeña— encabeza este programa.

Estrategia de identificación

Además de propiciar condiciones favorables para el desarrollo de habilidades y actitudes relacionadas con el quehacer científico, Pauta ofrece la motivación, las herramientas y los apoyos necesarios.

La estrategia para identificar talento es mediante talleres de matemáticas y ciencias, sustentados por métodos de aprendizaje como el planteamiento de retos y problemas, y el desarrollo de proyectos y experimentos científicos.

“No se trata de exámenes para detectar ‘genios’, sino de cursos de uno o más años, en los que maestros y pedagogos identificarán a quienes tengan talento para las ciencias”, aclara Frank.

Se busca que sean talleres de reflexión y creatividad en los que se fomente el desarrollo de habilidades y se promuevan actividades relacionadas con el quehacer científico, con ejercicios prácticos y discusión en grupo, como si fueran un pequeño congreso, con una metodología muy horizontal para que, por medio de modernas técnicas educativas, los participantes descubran lo divertido e interesante que es la ciencia.

Con metodologías diversas

Pauta quiere ser un programa con metodologías diversas, pues toma en cuenta que un niño de la ciudad no es igual que uno que vive en una zona rural, y que, además, existen diferencias de género e incluso lingüísticas, como en el caso de las múltiples comunidades indígenas.

De ahí que un equipo de pedagogos, en colaboración con maestros de primaria, elabore y ponga a prueba distintas herramientas de enseñanza y de evaluación.

“También se trabaja en el sustento teórico y pedagógico —señala el investigador— con base en el análisis de cualidades que habrán de identificarse en niños y adolescentes talentosos.”

Clubes de ciencia

En septiembre de 2007, Pauta comenzó a trabajar en escuelas primarias públicas de la ciudad de México con 60 maestros y mil 500 niños. Y en Michoacán y Chiapas hay sendos grupos que desde hace 10 años manejan conceptos científicos con niños de zonas indígenas y que hoy se han incorporado a Pauta, enriqueciendo sus métodos de enseñanza.

Hasta ahora son cerca de 3 mil los niños que participan en talleres de ciencia abiertos en escuelas de esas entidades.

“Una manera de expandir la acción de Pauta es que, además de trabajar con maestros y alumnos en clase, se creen clubes de ciencia en espacios públicos. Esto permitiría ponernos en contacto directo con niños y jóvenes interesados”, comenta Frank.

Responsabilidad social

El objetivo final de Pauta es que niños y adolescentes mexicanos con talento científico puedan alcanzar, vía información, tutorías o becas, los estudios universitarios y, posteriormente, hacer aportaciones a la cultura científica del país.

Una vez identificados estos niños y adolescentes, Pauta convocará a la sociedad a “adoptarlos”.

“Tenemos el propósito de organizarnos —explica Frank— para que ciudadanos y fundaciones filantrópicas, con el apoyo de universidades e instituciones tales como los Consejos de Ciencia y Tecnología de los estados, aporten los recursos necesarios para lograr dicho objetivo.”

Pauta busca profesionalizar la procuración de fondos, invitando a ciudadanos y fundaciones filantrópicas a adoptar talentos que habrán de rendir frutos.

“Debe propiciarse en el país una cultura de responsabilidad social que nos induzca a retribuir a la sociedad parte de lo que ésta nos da. Se podrían establecer esquemas, por ejemplo, para facilitar que las aportaciones filantrópicas fueran deducibles de impuestos.”

Soporte educativo

La labor de Pauta se concibe como un soporte educativo, como un aporte social y, también, como una campaña para sentar las bases de una cultura científica desde la educación básica, en pro del desarrollo del país.

“Un modelo como Pauta —dice Frank— contribuye también a caminar hacia la democracia, ya que es imprescindible dar oportunidad a los jóvenes que hoy no la tienen.”

De este programa podrán surgir jóvenes más preparados, con pensamiento crítico, científico… Quizá, si algunos llegan a ser empresarios, legisladores, o a tener otras profesiones, aprecien mejor la ciencia, la cultura y la educación, y muestren una actitud más generosa para retribuir a la sociedad parte de lo que recibieron de ella.

“Pauta ya existe, pero ahora busca convertirse en un proyecto institucional, apoyado por los distintos sectores de la sociedad”, concluye Frank.

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