La Jornada en la ciencia
27 de febrero de 2008
AMC. La bioética debe ser laica, democrática y humanista para ofrecer respuestas plurales que supongan una libre discusión y no una imposición de las posiciones propias a los demás mediante legislaciones o políticas públicas, coincidieron especialistas que presentaron este fin de semana el libro Perspectivas de Bioética.
En el marco de la en la XXIX Feria Internacional del Libro, que se lleva a cabo en el Palacio de Minería, catedráticos como Ambrosio Velazco, director de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Paulette Dieterlen, investigadora del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la misma casa de estudios, dieron a conocer esta recopilación de ensayos escritos por los científicos, que se originaron a partir del ciclo de conferencias magistrales denominado La bioética pregunta, llevado a cabo en 2006.
“Una sola ciencia no puede dar solución a los problemas bioéticos que plantean los nuevos desarrollos científicos y tecnológicos”, dijo Roberto Blancarte, investigador de El Colegio de México, al comentar el libro.
Añadió que esta recopilación de ensayos, editada en conjunto por la UNAM, el Fondo de Cultura Económica y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, es “una extraordinaria introducción a las discusiones actuales de la bioética, una disciplina que aún se encuentra en construcción”.
Juliana González Valenzuela, coordinadora del volumen, mencionó que el libro se encuentra dividido en dos partes. La primera incluye cinco textos trabajados en múltiples sesiones del Seminario Interdisciplinario de Bioética y hace una aproximación a la comprensión de la nueva multidisciplina de la bioética desde distintas perspectivas, como la medicina, la historia, el derecho, la geopolítica, la ciencia y tecnología actual y la filosofía.
La también profesora emérita de la FFyL subrayó la necesidad de que la bioética “se configure a partir de una ética filosófica, integral, armonizada con las ciencias de la vida, laica, plural, humanística y ontológicamente fundada”.
La segunda parte del libro fue calificada por González Valenzuela como excepcional “por la excelencia de los colaboradores, ya que reúne a 10 distinguidos representantes de las ciencias naturales y sociales del país y por la originalidad de las reflexiones éticas, surgidas de la experiencia profesional de los especialistas, suscitadas por las preguntas y dilemas éticos que brotan desde dentro de su ciencia”.
Entre los colaboradores del volumen son Guillermo Soberón, presidente de la Comisión Nacional de Bioética; Ruy Pérez Tamayo, fundador del Colegio de Bioética; Adolfo Martínez Palomo, presidente del Comité Internacional de Bioética de la UNESCO; Juan Pedro Laclette, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias; José Luis Soberanes, ombudsman de la Comisión Nacional de Derechos Humanos; Rolando Cordera, director del Seminario Universitario sobre la Cuestión Social de la UNAM; José Ramón Cossío, ministro de la Suprema Corte de Justicia; Ricardo Tapia, miembro del Colegio de Bioética; José Sarukhán, coordinador de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad; y Francisco Bolívar Zapata, fundador del Instituto de Biotecnología de la UNAM.