La Jornada
9 de noviembre de 2007
Emir Olivares Alonso
Ex director del Instituto de Física critica el poco interés de la IP en este rubro
México será un país desarrollado cuando sus científicos puedan vivir dignamente de esa actividad, sostiene Arturo Menchaca Rocha, aspirante a la vicepresidencia de la AMC
El problema del escaso desarrollo de la ciencia y tecnología en México tiene que ver, en gran parte, con que el gobierno se ha quedado solo en el financiamiento de estas actividades, mientras en países desarrollados la iniciativa privada participa activamente, aseguró Arturo Menchaca Rocha, ex director del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y aspirante a la vicepresidencia de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
En México “no nos hemos convencido” de que quien se dedique a la ciencia y la tecnología tiene amplias posibilidades de hacerse millonario; así es como funciona el mundo”, señaló en entrevista con este diario.
Sostuvo que de llegar a la vicepresidencia del organismo impulsará la ciencia como un producto que pueda venderse; fomentará una mayor participación de la AMC en la solución de los problemas nacionales, además de incluir en sus filas a más investigadores. “Mi eslogan es que la AMC sea más incluyente y participativa”, indicó.
“Sin que esto suene como un concepto capitalista”, Menchaca Rocha señaló que México se convertirá en un país desarrollado cuando garantice que los científicos puedan vivir de la ciencia y la tecnología.
“Nuestra misión debe ser que existan muchos mexicanos que se hagan ricos a partir de la ciencia y la tecnología. El día que logremos eso y que convenzamos a nuestros paisanos de que pueden hacerse ricos participando en estas actividades, lo que va a ocurrir es que se va a invertir más. El problema es que el gobierno es el que pone el dinero para ello, pero en los países avanzados es la iniciativa privada la que lo hace; en México estamos al revés, porque no estamos convencidos.
“Debemos proponernos, aunque suene raro, que haya muchos mexicanos millonarios por vender ciencia y tecnología; esa es realmente nuestra visión. Suena raro y curioso que lo diga un universitario, pero por ahí va la cosa”, afirmó.
Menchaca Rocha reiteró que México “es un país pobre”, y señaló que sus prioridades económicas son resolver problemas “vitales”, como la salud, la educación y la alimentación.
“Cuando uno pone estos problemas como prioridades de supervivencia para nuestro pueblo, nos encontramos con que la ciencia y la tecnología se ubican en un nivel cultural, es decir, son cosas que se realizan por interés cultural. Eso es un error y tenemos que hacer todo lo posible por cambiarlo.”
Lo anterior, insistió, es una práctica errada, porque los países que han logrado desarrollarse “viven y se alimentan de su conocimiento en ciencia y tecnología, que son productos que se venden”.
Ambos rubros no deben inscribirse nunca dentro del plano cultural; es un asunto de supervivencia. “Si no tenemos un producto inteligente para vender estaremos vendiendo soberanía, ese es mi discurso político”, enfatizó.
Científicos activistas
Menchaca Rocha insistió que los científicos tienen que convencer a la ciudadanía de que la ciencia y la tecnología “son prioridades de supervivencia”, pues al hacerlo existirá presión social sobre la clase política para que ésta procure una mayor inversión en esos ámbitos. “El problema es que primero tratamos de convencer a los políticos, quienes no hacen caso de las cosas si no es mediante la presión popular”.
Sostuvo en que si llega a la vicepresidente de la AMC impulsará que esta entidad genere proyectos e ideas para modificar la percepción de la ciencia y la tecnología. Hay que afianzar la idea de que “son una necesidad de supervivencia y no pura actividad cultural. Si no hacemos algo nos vamos a hundir más como país”.
Subrayó que si bien la AMC realiza actividades de difusión y educación sobre actividades científicas, el organimo debería caracterizarse más por su investigación, “y de eso hacemos bastante poco”.
“Tenemos que sacarle mayor jugo a los investigadores y promover las opiniones de nuestros expertos sobre los problemas de México”. Citó como ejemplo la tragedia en Tabasco, “donde debimos hacer un estudio racional sobre lo que realmente pasó y no andarnos echando la culpa”.
Recordó que la ACM cuenta con 2 mil investigadores de los 15 mil que hay en todo el país, “de ahí la necesidad de ser más incluyentes”.
Asimismo, señaló que el consejo directivo de la academia es muy pequeño (consta de cinco personas) y ofreció impulsar los cambios necesarios para que este órgano se amplíe. “Debería incluir representación regional y por temas; ser más amplio, porque así se podrían enfrentar problemas de una manera más diversa y podremos fortalecerlo.”