El Financiero
8 de octubre de 2007
Luis Soto
La grilla» en la UNAM.
Oficialmente, la sucesión del rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) arranca hoy con la publicación de la convocatoria; extraoficialmente las campañas de varios aspirantes y suspirantes -uno que otro «tripulado» por Juan Ramón de la Fuente- empezaron hace varios meses.
En la contienda político-electoral de la máxima casa de estudios hay candidatos de todas las corrientes; de derecha, de izquierda, de centro, expriistas, perredistas, etcétera. Pero según los enterados, la batalla por «la silla» va a estar entre el «grupito de los grillos» y el de los científicos. El primero está integrado por José Narro Robles, el «eterno candidato», quien ha sido pieza fundamental en las «grillas» de Juan Ramón de la Fuente, no sólo en la UNAM sino en los cargos públicos que éste ocupó en el sexenio del doctor Ernesto Zedillo. Narro parece estar empeñado en imitar al Perfecto Fracasado (Francisco Labastida) y a Roberto Madrazo, por eso de que quisieron llegar «a fuerza». Al puro estilo priista, Narro Robles declaró el jueves: «Yo esperaré a que salga la convocatoria (para lanzarse); soy respetuoso de los tiempos.»
Otro fuerte aspirante del mismo «grupito de los grillos» es el doctor Diego Valadés, quien «se destapó» la semana pasada; ampliamente conocido dentro y fuera de la UNAM, no requiere presentación alguna, si acaso señalar que en el proceso electoral de 2006 apoyó abiertamente a Andrés Manuel López Obrador, por lo que los malosos dicen que «lo besó el Diablo». Bueno, nadie es perfecto.
En la «talis» también se encuentra Fernando Serrano Migallón, abogado, académico de gran trayectoria quien al parecer no pertenece a ningún grupo. Hasta la semana pasada, los seguidores de Migallón decían que tenía «muy buenas posibilidades», pero el jueves Diego Valadés «lo bajó del caballo», según los malosos.
Uno más que se menciona para llegar a la Rectoría es Gerardo Ferrando Bravo, exdirector del Metro, «priista reciclado» quien es apoyado por el Colegio de Ingenieros Mecánicos, cuyos integrantes por cierto nunca congeniaron con el actual rector, al único ingeniero que le hacía caso De la Fuente era a Gilberto Borja (qepd), aunque, la verdad sea dicha, Borja nunca fue ingeniero.
La candidata de la izquierda es la maestra Rosaura Ruiz, esposa del líder estudiantil en el movimiento de 1968 a quien apodan El Pino, actual legislador del PRD. La señora Ruiz tiene en la UNAM un cargo que le creó Juan Ramón de la Fuente hace un par de años: directora de Vinculación Académica, también es vicepresidenta de la Academia Mexicana de Ciencias; enarbola la bandera de la «no reprivatización de la UNAM», aunque algunos dicen que es el «petate del muerto». (La misma consigna gritaban El Pino y su banda en 1968.)
Uno más que manifestó su intención de participar en la contienda es José Antonio de la Peña, del grupo de los «científicos», quien hasta el jueves se desempañaba como director adjunto de Desarrollo Científico y Académico del Conacyt. Al igual que los otros contendientes, cuenta con una larga trayectoria y reconocido prestigio. Dicen los enterados que el maestro De la Peña tiene el apoyo del también exrector Guillermo Soberón Acevedo, del grupo de los médicos (al que supuestamente pertenece el doctor De la Fuente).
Entre los mencionados y algunos más, los 15 notables que integran la Junta de Gobierno de la UNAM, la cual por cierto renovó De la Fuente en los ocho años que estuvo al frente de la institución para colocar a algunos de sus «cuates», como Octavio Paredes, exdirector del Cinvestav y quien por cierto no es «puma» sino «burro» (del Instituto Politécnico Nacional, pues), a Jorge Borja Navarrete (¿le suenan los apellidos?) y a otros cinco que elegirán rector por primera vez, será la que decida quién es el ganador de la contienda. Supuestamente, ninguno de los 15 es influenciable. ¿Usted cree? La comunidad universitaria no interviene para nada, porque todavía la democracia no llega a la máxima casa de estudios. El gobierno federal tampoco tiene voz ni voto, a pesar de que le asigna (con aprobación del Legislativo) un presupuesto de 20 mil millones de pesotes. Bueno, el único que «metió» no sólo las manitas fue el doctor Ernesto Zedillo hace ocho años, pero las circunstancias lo ameritaban. Los «paleros» de Juan Ramón niegan que el doctor «Z» haya tenido algo que ver en su nombramiento; quien lo dude, que le pregunte a Liébano Sáenz.
Los observadores políticos objetivos e imparciales, entre los que se encuentran distinguidos investigadores, científicos de verdad y no «grillos», así como académicos de prestigio coinciden en señalar que lo que requiere la UNAM es un rector que no tenga aspiraciones políticas y cuente con un proyecto de altura, no mediático, de largo plazo; lo que está en juego no es nada más la silla en la Universidad, sino enfrentar los retos del siglo XXI, advierten.
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México fue designado miembro del Comité Ejecutivo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), por su activa participación derivada de su actual política social en materia de salud. José íngel Córdova Villalobos, titular de la Ssa, dijo que esa distinción permitirá a nuestro país redoblar esfuerzos en la cooperación bilateral y regional para hacer frente a los retos y desigualdades en los próximos años.
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