Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/201/18
Ciudad de México, 3 de septiembre de 2018
- Queda pendiente la reforma a la Ley de Ciencia y Tecnología, una iniciativa sin precedente para el sector, señala el presidente de la AMC.
.
- Ante representantes del sectores público, privado y social el presidente Enrique Peña Nieto rindió su sexto y último informe de gobierno, en un acto celebrado en el Palacio Nacional.
Foto: Juan Carlos Morales/Presidencia de la República.
Imagen en alta resolución
El presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), José Luis Morán López, dijo que el balance que hace en general respecto al sector de ciencia, tecnología e innovación (CTI) incluido en el 6to. Informe de Gobierno 2017-2018 es positivo, si se considera que en 2018 se tuvo el mismo presupuesto que del año pasado, y que con ello se pudieron mantener algunos programas en el mismo nivel e incrementar otros, pero no todos.
“Entre los que se beneficiaron con el incremento de sus integrantes están el Sistema Nacional de Investigadores y las Cátedras Conacyt; así como el otorgamiento de becas”, señaló Morán López, tras asistir a la presentación del último informe de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, en el Palacio Nacional.
Reconoció, sin embargo, que para fortalecer ciertos programas fue necesario quitarles a otros, y que los programas que sufrieron en ese sentido fue el de Fomento a la Innovación y la Vinculación en las Empresas, pero que de manera primordial y que queda “como una gran asignatura pendiente” es la reforma a la Ley de Ciencia y Tecnología.
“Esta iniciativa de reforma se propuso al Poder Legislativo en abril de este año luego que el presidente Peña Nieto la anunció en enero en un evento del sector celebrado en Querétaro. Después del proceso de discusión en las comisiones se quedó atorada en la Cámara de Senadores y finalmente no pudo ser discutida en el pleno para su eventual aprobación”, recordó el presidente de la AMC.
Sobre esta reforma a la Ley de Ciencia y Tecnología, que buscaba en esencia impactos y beneficios transexenales, “me parece que era una iniciativa que daba fortaleza sin precedente al sistema de CTI, por ejemplo: garantizar de manera más eficiente el uso de los recursos a través de los fondos sectoriales, dar continuidad a todos los programas del Conacyt, y otorgar mayor tiempo de gestión al director general. Ese fue el principal problema que no permitió que tuviésemos más participaciones y aportaciones en los próximos años”.
José Luis Morán comentó que “la esperanza que tenemos es que para la próxima administración la iniciativa de reforma a la ley del sector la haga suya y así se mejoren las condiciones para asegurar un desarrollo en ciencia y tecnología más constante”.
La CTI en el 6to Informe
En el último informe de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto se señala con relación a la CTI, sector incluido en el cuarto eje México con Educación de Calidad, que con el objetivo de contribuir a que la inversión nacional en investigación científica y desarrollo tecnológico crezca anualmente y alcance un nivel del 1% del producto interno bruto (PIB) y se mantenga de forma sostenida, de 2013 a 2018, el presupuesto federal acumulado ascendió a 497, 986.3 millones de pesos, 32% superior en términos reales con relación al lapso 2007-2012 y 70.4% más respecto a 2001-2006.
En lo que respecta al último año, se estima que a diciembre de 2018 las 13 dependencias del gobierno federal, la Procuraduría General de la República, el Instituto Mexicano del Seguro Social, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, instituciones a través de las cuales se atendieron 44 programas presupuestarios para la generación de conocimiento científico y tecnológico, se ejercerá un gasto federal de 90.564.9 millones de pesos, equivalente al 0.40% PIB, monto similar al gasto de 2017 y 12.7% más que en 2012, en términos reales.
Con relación al Gasto en Investigación Científica y Desarrollo Experimental (GIDE, una medición internacional de inversión en el conocimiento), el valor acumulado por este concepto de 2013 a 2018, de acuerdo con estimaciones del Conacyt, es de 570.834.1 millones de pesos, cifra mayor en 16% con relación a 2007-2012 y 73.9% superior al de 2001-2006, en términos reales. El promedio anual de la proporción del GIDE con respecto al PIB es de 0.49%, igual al promedio del periodo 2007-2012 y 12 centésimas porcentuales más con relación a 2001-2006.
Para 2018 se prevé que el GIDE ascienda a 105.191 millones de pesos, 3.3% superior en términos reales respecto a 2017 y 6.9% respecto al de 2012. El sector empresarial contribuyó con 22.8%, el gobierno con 61.2% y otros sectores (instituciones de educación superior, sector privado no lucrativo y financiamiento exterior), por lo que para este año la relación GIDE/PIB se estima en 0.47%.
Para la formación y fortalecimiento del capital humano de alto nivel, el 6to Informe de Gobierno indica que para incrementar el número de científicos y tecnólogos adscritos al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) se ejerció un presupuesto de 25.055 millones de pesos, 47.7% que lo observado de 2007 a 2012 y 2.2 veces más que entre 2001 y 2006.
Con este presupuesto se benefició en promedio anual a 24.219 científicos y tecnólogos, cifra superior en 50.5% al que se canalizó de 2007 a 2012 y en 2.4 veces mayor respecto a lo otorgado de 2001 a 2006. Para 2018 se prevé un registro en el SNI de 28,633 investigadores, que representa un aumento de 5.3% y 54.3% con relación a 2017 y 2012, respectivamente.
En otros de los rubros, el de fortalecimiento del capital humano de alto nivel, se hace mención del programa Cátedras Conacyt para jóvenes investigadores, para el cual se dedicó un presupuesto acumulado de 2014 a junio de 2018 de 3.996.8 millones y la incorporación de 1.511 catedráticos en 988 proyectos de instituciones de educación superior y centros de investigación en las 32 entidades federativas.
Sobre el tema de impulso al desarrollo de las vocaciones y capacidades científicas, tecnológicas y de innovación locales, y para fortalecer el desarrollo regional sustentable e incluyente, se dio impulso al fortalecimiento de políticas públicas diferenciadas para promover el progreso científico y tecnológico en regiones y entidades federativas a través de la puesta en marcha de 32 agendas estatales de innovación y tres agendas regionales (Centro-Norte, Sur-Sureste y Norte).
Asimismo, el informe hace referencia a la promoción de la vinculación entre las instituciones de educación superior y centros de investigación con los sectores público, privado y social en siete áreas de investigación: 1) biotecnología para la alimentación, la salud y la recuperación de los espacios contaminados; 2) cambio climático, fenómenos naturales y prevención de riesgos; 3) energía y desarrollo sustentable; 4) movimientos y asentamientos; 5) redes avanzadas de comunicación y tecnologías asociadas; 6) salud y enfermedades importantes de la sociedad mexicana; y 7) seguridad ciudadana.
De igual manera, puntualiza sobre las estrategias que se llevaron a cabo para el fortalecimiento de la infraestructura de los centros públicos de investigación y del fortalecimiento de las instituciones públicas de investigación científica y tecnológica a nivel estatal y regional, obras que tuvieron una inversión de 2013 a junio de 2018 de 7.789 millones de pesos.
En la última parte del informe sobre CTI se dan a conocer las acciones que se implementaron para democratizar la información científica, tecnológica y de innovación, y da cuenta sobre la creación del programa Repositorios Nacionales, con el cual se sentaron las bases para una política de Ciencia Abierta.
Fabiola Trelles Ramírez.
Con información tomada de:
https://bit.ly/2wAn1kb