La UNAM enviará a Suiza un detector de partí­culas

Milenio Diario
30 de mayo de 2007
Antimio Cruz

El aparato V0a forma parte del experimento multinacional ALICE
El equipo fue diseñado y construido por fí­sicos de la institución

En un lugar al pie de los Alpes suizos, en las afueras de Ginebra y cerca del cauce del Rhí´ne, los cientí­ficos han construido un gigantesco acelerador de partí­culas que emulará las condiciones que existí­an cuando nació el Universo.

Fí­sicos mexicanos de la UNAM que forman parte de este proyecto construyeron una pieza clave del acelerador. Se trata de un detector de partí­culas que ayudará a medir qué pasa cuando se rompen los protones y neutrones.

Arturo Menchaca, investigador y ex director del Instituto de Fí­sica de la UNAM, informó que el detector hecho en México en cuatro años de trabajo se llama V0a (Ve-cero-a) y que en una semana saldrá de Ciudad Universitaria para dirigirse a su hogar permanente en Suiza.

¡Esta es una de las muchas herramientas de alta tecnologí­a, construidas por ocho mil cientí­ficos de 32 paí­ses que estarán instaladas en un gigantesco túnel de 27 kilómetros de largo, en forma de anillo, enterrado a 100 metros bajo la tierra!, explicó Menchaca.

El instrumento, llamado el Gran Colisionador de Hadrones, LHC, tiene dos mil imanes de gran potencia, para acelerar y confinar una ráfaga de núcleos de plomo para chocar contra otros núcleos de átomos de plomo. Cada colisión núcleo-núcleo liberará dos esferas que parecen zarzamoras con 82 protones y 82 neutrones cada una, las cuales se harán trizas y despedirán 80 mil pedacitos llamados quarks y gluones. Esa ¡sopa de quarks y gluones!, es el estado más primitivo de la materia.

¡En el túnel hay cuatro puntos con equipos que medirán diferentes fenómenos. El instrumento construido por la UNAM estará en uno de esos puntos, donde se construye un núcleo de sensores llamado ALICE (A Large Ion Collider Experiment)!, dijo el también miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.

Aunque construir el V0a tomó cuatro años, los planes para construirlo iniciaron hace ocho, primero a cargo de Gerardo Herrera, del Cinvestav, y luego bajo responsabilidad del Instituto de Fí­sica de la UNAM, con el llamado Grupo Experimental Nuclear y de Altas Energí­as: Ru-bén Alfaro, Ernesto Belmont, Varlen Grabski, Arnulfo Martí­nez, Arturo Menchaca y Andrés Sandoval.

Todos los esfuerzos mexicanos y de los otros ocho mil cientí­ficos del mundo, son coordinados por la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), con sede en Ginebra, Suiza.

La participación mexicana requirió una inversión inicial de un millón de dólares, aportados por Conacyt, y luego la UNAM absorbió los costos de investigación, construcción, personal, software y equipos.

Andrés Sandoval, responsable del proyecto frente al CERN, explicó que el túnel del LHC será, en su momento, uno de los sitios más frí­os del Universo, por lo que se investigó mucho sobre crionización.

Datos mí­nimos

En la construcción del Gran Colisionador de Hadrones (LHC) han participado unos ocho mil cientí­ficos de 32 paí­ses.

Fí­sicos de la UNAM concluyeron el disparador V0a, que se instalará en el LHC para ver lo que pasa cuando se fragmentan protones y neutrones.

El equipo viajará a Suiza la próxima semana y se instalará en el LHC en noviembre.

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