Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/273/17
Ciudad de México, 1 de diciembre de 2017
- Se impulsa una plataforma para colocar a nivel nacional e internacional la venta de estas plantas bajo el respaldo de la UNAM.
- De las 163 especies descubiertas y registradas, el 85% son nativas de México, pero nuestro país no figura entre los países productores.
- Echeveria laui.
Foto: Jorge Escutia/Jardín Botánico de la UNAM.
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Para impulsar el desarrollo de las comunidades del país, poseedoras de una gran diversidad de flora y fauna, y en especial del género Echeveria, el taxónomo y responsable de la colección de crasuláceas y cactáceas en peligro de extinción en el Jardín Botánico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Jerónimo Reyes Santiago, puso en marcha la “Red Echeveria” desde el año 2009, que tiene por objetivo generar un modelo de desarrollo sustentable a nivel nacional en torno a estas plantas.
“Para evitar saqueos en el lugar de origen he impulsado la propagación de miles de plantas porque la gente las desea y si no las hay en el mercado legal, las buscan por otros medios no legales. A través de la investigación, exploración, propagación y difusión busco hacer conservación indirecta pues al sembrar miles y miles de plantas, que lleven el certificado de autenticidad de la Universidad, la mayoría de los coleccionistas ya no las extraerán de su hábitat, las comprará”, explicó el experto.
Desde hace 26 años Reyes Santiago se ha enfocado en las exploraciones botánicas y descripción de especies para este género tan codiciado en los viveros del mundo. De las 163 especies que se conocen, 20 han sido descubiertas por él y su equipo del Jardín Botánico. Después de años de estudio, el biólogo es el mayor guardián de esta especie, por lo que ha podido conformar un banco de germoplasma y una colección, ya que, si en algún momento alguna especie de las Echeverias desaparecieran de su hábitat natural, con las semillas que ahí se resguardan se podría volver a poblar con especies nativas.
Un siguiente paso en esta red interdisciplinaria en la que conviven taxónomos, biólogos moleculares, comunicólogos, diseñadores, campesinos y empresarios es producir con miras a exportar a otros países y poder competir frente a naciones como Australia y Corea del Sur, potencias mundiales en producción de Echeverias, seguidas de China, Estados Unidos, Inglaterra, Alemania e Islas Canarias. Paradójicamente, el 85% de estas plantas crecen y tienen su lugar de origen en México, pero nuestro país no figura en el mercado internacional.
Es por ello que Reyes Santiago ha buscado crear una red de productores llamada Itavi, con viveros rurales en Villa Guerrero, Acolman, Atlacomulco, en el Estado de México; La Mesa, Cardonal, Hidalgo, Cuicatlán y San Pedro Nopala, en Oaxaca, con el objetivo de reforzar en hábitat la presencia de plantas de origen, y abastecer el mercado nacional e internacional de azoteas verdes, de aficionados y coleccionistas especializados —que adquieren híbridos o especies raras y difíciles de cultivar—.
Un mercado en expansión
La primera especie que Jerónimo Reyes descubrió fue hace 20 años, la nombró Echeveria xichuensis, es de la Sierra Gorda de Guanajuato. Ha luchado por propagarla sin mucho éxito, dijo, pues es difícil de reproducir, pero si se tuviera medio millón de ejemplares de esa especie todas se venderían. La Echeveria elegans es otra de las especies con un vasto mercado, hoy en día a través de esta red se pueden producir hasta 20 mil al mes para venta, pero se necesitan más.
“Hemos exportado cumpliendo con todos los requisitos oficiales a Corea del Sur, donde nos las compran, por ejemplo, 10 mil plantas a dos dólares cada una, sí conviene, pero los coreanos por su parte le ponen otro valor, las venden a coleccionistas hasta en 40 euros. Así que decidimos llegar directamente a los coleccionistas con certificado de autenticidad de la Universidad, sin intermediarios”, comentó en entrevista para la Academia Mexicana de Ciencias.
Otra experiencia en ventas ha sido al contactar a potenciales compradores chinos, quienes proponían adquirir 10 mil plantas de Echeveria peacockii, más 50 mil ejemplares de Echeveria elegans pero, relató el taxónomo, en esos momentos no se contaba con la capacidad de abastecer ese primer pedido. Por ello, se decidió reforzar primero la producción, y poco a poco los viveros se han ido equipando y especializando.
“Hay mucho mercado, pero no tenemos infraestructura, por eso se hizo en la UNAM un vivero experimental en Acolman, Estado de México, que tiene una extensión de cinco mil metros cuadrados. Lo logramos con el apoyo de empresarios, ejido y nosotros (los investigadores) para crear una cosa espectacular. Ahí está nuestro modelo de desarrollo nacional”.
A través de la plataforma Itavi, Jerónimo Reyes Santiago propone crear un frente común ante la burocracia y el papeleo que el gobierno pide para poder exportar. Ofrecen a los campesinos la asesoría de gestores que realicen los trámites, abogados, personal administrativo, diseñadores especializados en mercadotecnia para la plataforma en línea e investigadores que proporcionan información relativa a la producción y comercialización.
En este sentido, una propuesta de frontera de la Red Echeveria es crear híbridos. “Las especies que se obtengan se pueden registrar como si fueran patentes a nivel nacional e internacional y quien cultive en el mundo esos híbridos registrados en la UNAM nos pagarían regalías”, indicó el biólogo. Un primer triunfo fue la creación de “Flor de piedra”, un híbrido, resultado del cruce de la Echeveria lutea y Echeveria paniculata, que se encuentra en proceso de registro y, adelantó que están por registrar otros cuatro híbridos más.
Luz Olivia Badillo.