Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/222/17
Ciudad de México, 14 de octubre de 2017
- Ha marcado de manera significativa avances en el área de la salud y el sector alimentario.
- Imagen ilustrativa del genoma humano.
Foto: Tomada de queesela.net.
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Una de las mayores revoluciones en la biología fue el descubrimiento de la doble hélice del ADN, molécula en la que reside la vida y la información biológica de los seres vivos, señaló Francisco Bolívar Zapata, miembro de El Colegio Nacional (ECN), al presentar el simposio “La doble hélice del ADN, la molécula de la vida y sus revolucionarias implicaciones”, en el que participó como coordinador y expositor.
Hoy, las técnicas de ingeniería genética utilizan segmentos de esta doble hélice para construir organismos transgénicos que asisten a diferentes necesidades, ya que al portar genes de otro origen biológico adquieren nuevas funciones.
En la actualidad las farmacias cuentan con más de cien medicamentos transgénicos para atender diversas problemáticas clínicas.
Por otro lado, Bolívar Zapata sostuvo que los alimentos transgénicos son inocuos a la salud, tanto los procesados como los naturales.
En el simposio realizado ayer, que formó parte del segundo encuentro “Libertad por el Saber” y que en esta ocasión lleva por título “Tiempos de Revoluciones”, el biotecnólogo agregó que las plantas transgénicas y sus productos se han consumido sin daño por cientos de millones de humanos y miles de millones de animales por más de veinte años.
Han permitido, además, señaló Bolívar Zapata, reducir el uso de insecticidas químicos, muchos de los cuales producen cáncer. “Por todo esto, las ciencias ómicas, entre ellas la genómica, nos han permitido un avance revolucionario para la caracterización de los seres vivos, destacó el integrante de la Academia Mexicana de Ciencias.
Revolución biotecnológica
Como parte del simposio, Luis Herrera Estrella, investigador del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (Langebio, Cinvestav-Irapuato), impartió la conferencia “La revolución biotecnológica en la producción y calidad de los alimentos”, durante la cual estableció que en el campo de la producción de alimentos se ha presenciado más de una revolución biotecnológica.
“La primera fue la domesticación de los cultivos la cual fue lenta, empírica y se llevó muchos cientos de años; después vino la segunda revolución con el mejoramiento genético sistemático a partir del siglo XX, que se logró gracias a la comprensión de las Leyes de Mendel, que se basan en el estudio de las proporciones en las que se heredan las características de los individuos, en las que hubo cruzas sistematizadas para mejorar las cosechas de diferentes productos, como el tomate”.
Herrera Estrella dijo que la tercera revolución fue la que se dio en los años sesenta a través de uno de los pioneros en el área, Norman Borlaug, que aumentó la producción de ciertos cereales hasta en cinco veces, pero con consecuencias negativas, ya que para obtener tal producción hubo que usar una gran cantidad de fertilizantes y agroquímicos.
“La cuarta revolución son las plantas transgénicas o genéticamente modificadas, lo que permite hacer cambios importantes en el mejoramiento genético, como acumular los pigmentos de la uva, que tienen propiedades antioxidantes, en tomates o prolongar la vida de anaquel de este fruto hasta por 45 días”, añadió el investigador del Cinvestav.
Plantas transgénicas
De acuerdo con Luis Herrera, existen plantas transgénicas que producen su propio insecticidas biológico que afectan plagas que comen, por ejemplo, hojas de maíz, que es inocua para animales y humanos y evita la contaminación que producen los agroquímicos. Recordó que se registran alrededor de 80 muertes al año en México por intoxicación por insecticidas químicos, fallecimientos que se evitarían con los insecticidas biológicos.
Otro avance que se puede tener, añadió, “es producir alimentos con más vitaminas, como lo que se hace en el sureste Asiático, donde 30 millones de niños son ciegos y la población no tiene acceso a productos con vitamina A, sólo puede comer arroz el cual fue modificado genéticamente y ahora contiene vitamina A para evitar la ceguera”.
El investigador que participó en la creación de la primera planta transgénica en el mundo, informó que trabaja en otro problema de significativa importancia y que tiene que ver con la contaminación causada por el uso de fertilizantes y herbicidas, los cuales se requieren para alcanzar altos rendimientos en todos los campos agrícolas en el mundo. Más de 45 millones de toneladas de fertilizantes fosfatados son aplicados cada año.
Para disminuir este problema él y su equipo de trabajo diseñaron un fertilizante que solo puede utilizar el cultivo, lo hace más competitivo, gracias a que se fertiliza de manera selectiva. Herrera Estrella apuntó que el ser humano ha consumido alimentos transgénicos desde hace 8 000 años y que a la fecha no existe evidencia de ser origen de daños a la salud humana o animal.
El integrante de la AMC consideró que hoy se vive la quinta revolución biotecnológica con la edición de genómas, que tiene su origen en el uso de un sistema bacteriano y que se revolucionará a través de la técnica Crispr-Cas9.
En lo que se refiere a los alimentos, se pretende dotar a semillas como el maíz con alteraciones o mutaciones con alta resistencia a la sequía, por ejemplo.
Edición genómica
Xavier Soberón Mainero, director general del Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen), habló de la edición genética en la conferencia “Convergencia entre secuencia masiva y edición de genes: ¿base para una nueva medicina?”.
La edición genómica es una nueva herramienta que revolucionará la medicina en beneficio de la salud humana gracias a un impulso internacional de la genómica, aseguró Soberón Mainero.
“Crispr-Cas está cambiando las reglas del juego porque nos permite trabajar con todo tipo de organismos, no sólo con los sistemas que tradicionalmente eran los modelos, ahora se ha ampliado el campo de trabajo”, indicó el también miembro de la AMC.
Para el investigador, esta nueva herramienta de edición del genoma es el ejemplo más reciente y elocuente de un descubrimiento de ciencia básica que origina tecnología altamente poderosa.
“Estamos caracterizando la diversidad genética humana a una velocidad increíble”, dijo el científico, que añadió: “Teníamos un primer genoma en el 2003, pero ahora lo que se proyecta en los estudios internacionales es que a finales de 2017 podría cerrar con un millón de genómas humanos completos secuenciados, a partir de la información de todos los laboratorios en el mundo. Esto ha permitido tener un catálogo en donde ya se conocen las variaciones en el genoma humano porque es un mapa de diversidad humana”.
Soberón Mainero sostuvo que con todos estos avances, lo que sigue es la medicina: predictiva, preventiva, personalizada y participatoria.
El programa
“Tiempos de Revoluciones” es un programa que inició el 12 de octubre y concluirá el 21 de octubre, y está conformado por mesas de diálogo, conferencias, simposios, música, seminarios, mesas redondas y jornadas de reflexión que desde una mirada multidisciplinaria tratará de entender y analizar los orígenes, procesos y consecuencias de diversas revoluciones para abordar los mecanismos que han transformado la vida del hombre a través del tiempo.
Todas las actividades son organizadas y coordinadas por miembros de El Colegio Nacional, quienes a su vez convocaron a más de 60 especialistas, expertos y artistas nacionales y extranjeros para compartir sus conocimientos y plantear nuevas teorías, perspectivas y ejes de pensamiento.
Elizabeth Ruiz Jaimes.