Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/204/17
Ciudad de México, 28 de septiembre de 2017
- La aplicación del conocimiento para la solución de los problemas que afectan a la sociedad ha dado visibilidad a las instituciones de educación superior e investigación científica, señala el presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, José Luis Morán.
- Si queremos una sociedad más justa, con un desarrollo más equilibrado, se debe invertir más en educación y ciencia, señaló José Luis Morán, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias en conferencia magistral. En la imagen con Sergio Javier Jasso, investigador de la División de Investigación de la Facultad de Contaduría y Administración de la UNAM.
Foto: Elizabeth Ruiz Jaimes/AMC.
Galería de imágenes
En las últimas décadas la sociedad ha sufrido cambios importantes gracias a la evolución del conocimiento en temas, por ejemplo, de comunicación y transporte; actualmente el papel que desempeña la ciencia y sus aplicaciones en la sociedad ha pasado de ser solo un asunto relevante para la comunidad de especialistas a un tema que atañe a toda la sociedad, dijo el presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, José Luis Morán López, al dictar la conferencia magistral “El papel de la investigación científica, aplicaciones y la innovación en la sociedad moderna”.
En el auditorio “Maestro Carlos Pérez del Toro”, una de las sedes del XXII Congreso Internacional de Contaduría, Administración e Información”, Morán indicó que los términos “sociedad y economía del conocimiento” son parte del lenguaje cotidiano y hacen referencia a la capacidad de una sociedad para incorporar el conocimiento generado por sus comunidades científicas a sus actividades productivas y de servicios.
“La aplicación del conocimiento para la solución de los problemas que afectan a la sociedad ha dado visibilidad a las instituciones de educación superior e investigación científica”, señaló el doctor en Física.
Este proceso, sin embargo, precisó el presidente de la AMC, no siempre ha sido así, ya que se han registrado una serie de sucesos en la historia que han contribuido a esta nueva forma de concebir a la ciencia. Uno de estos acontecimientos es el proyecto Manhattan (para la fabricación de la bomba atómica), el cual fue concebido y creado en la Segunda Guerra Mundial, se le dedicaron recursos económicos sin precedentes y reunió a un equipo de miles de investigadores y técnicos que demostró contundentemente la importancia de la investigación científica y sus aplicaciones tecnológicas, que posteriormente sirvieron para la generación de energía nuclear.
“A partir de esa experiencia, la inversión del Estado y de la iniciativa privada en ciencia, a través de las universidades y de la consolidación de laboratorios de la industria privada, creció notablemente en los países desarrollados, con grandes dividendos”, destacó Morán.
Pero también hubo otros descubrimientos que han abonado a favor de la sociedad, como el descubrimiento del transistor en 1947, en la postguerra, con el cual se empezó la revolución de la electrónica, al ser este dispositivo parte esencial de cualquier circuito electrónico.
Desde esa fecha el tamaño de los transistores ha ido disminuyendo y su densidad en circuitos electrónicos alcanza valores insospechados. Sus inventores Bardeen, Brattain y Shockley, investigadores de los laboratorios Bell, compartieron en 1956 el Premio Nobel de Física por este logro.
Gordon Moore predijo en 1965 que con el avance de la tecnología, la cantidad de transistores en un circuito electrónico se duplicaría cada dos años. Esta ley se ha cumplido por décadas a tal grado que en 2010 el número de transistores en un microprocesador llegaba a miles de millones y sus dimensiones han llegado los nanómetros (una milésima de micra) en los últimos años.
Otro ejemplo que planteó el físico ante los asistentes a la conferencia, son los imanes, que tienen un uso cotidiano en artículos como: audífonos, computadoras, teléfonos fijos y celulares, hornos de microondas, sistemas de grabación, audio y video. También se usan en motores: CD y DVD motor y posicionado de las cabezas, audio y VHS (transportador de la cinta), puertas eléctricas, extractores de cocina, bomba de agua, computadoras. Y en los autos: motor de arranque, ventilador de motor, puertas eléctricas, limpiaparabrisas, ventanas eléctricas, espejos laterales, sensores de velocidad, sin olvidar los dispositivos de almacenamiento.
“Sin duda —dijo Morán—, otro de los inventos que ha revolucionado a la sociedad es el internet, inventado por los físicos de altas energías en el Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN, por sus siglas en francés), el cual ha modificado completamente las comunicaciones y ofrece una nueva forma de hacer negocios”.
Dos ejemplos recientes de estos negocios es la firma Uber, que utiliza una herramienta de software y sin poseer un solo auto es la mayor empresa de taxis del mundo, o Airbnb, el más grande corporativo hotelero a nivel mundial y tampoco cuenta con un solo hotel.
La importancia de la ciencia
José Luis Morán sostuvo que con estos ejemplos se demuestra el valor de la ciencia en la vida cotidiana, por tanto, expuso, los investigadores juegan un papel social importantísimo, ya que generan nuevo conocimiento, lo aplican a la solución de problemas y forman los recursos humanos especializados que requiere el país.
En este contexto, resaltó que las academias de ciencias del mundo han incluido estos elementos en sus líneas de acción y fungen como promotores de la incorporación del conocimiento a las diversas actividades en la sociedad. “Hoy en día sabemos que para enfrentar los problemas complejos es necesario conformar grupos multidisciplinarios, porque una sola disciplina no lo puedo hacer”, admitió.
El presidente de la AMC agregó que las academias, además, sirven como puente entre las instituciones que realizan investigación científica y los poderes públicos para asesorar e implementar programas con la administración pública con el sector productivo.
Más inversión en CTI
Morán López recalcó la importancia de invertir en ciencia, tecnología e innovación, aun cuando el país vive y resiente una crisis económica a nivel global. “Si queremos una sociedad más justa, con un desarrollo más equilibrado, se debe invertir más en educación y ciencia, (porque) un pueblo sin educación es un pueblo pobre y eso no es lo que queremos”.
Ante un público en su mayoría joven, Morán López informó que la comunidad científica se ha manifestado en contra del recorte federal a este sector, porque “disminuir el presupuesto a la educación y la ciencia no es el camino (…), necesitamos apoyar el desarrollo científico y sus aplicaciones para solucionar problemas; creemos que se debe invertir en la ciencia y sus aplicaciones para ser partícipes y no solo usuarios”.
Sergio Javier Jasso, investigador en la División de Investigación de la Facultad de Contaduría y Administración de la UNAM, quien fungió como presentador y moderador en la conferencia, apuntó que en otros países los esfuerzos en inversión en ciencia tecnología e innovación son mayores, mientras que en el caso de México han sido muy pequeños.
“En qué medida países como el nuestro, que muestran cierto rezago, tienen la probabilidad real de acercarse a esa dinámica de sociedad del conocimiento, es una discusión abierta”, planteó Jasso.
Elizabeth Ruiz Jaimes.