Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/191/16
México, D.F., 11 de enero de 2016
- La ubicación geográfica del animal, la raza, el tipo y cantidad de alimento, así como el clima, son factores que repercuten en la cantidad de metano expulsado al medio ambiente, de ahí la importancia de este estudio para México.
- Con la finalidad de reducir la cantidad de metano en el ambiente, se trabaja en un alimento mejorado a base de plantas nativas que interrumpan la fermentación y la consecuente emisión del hidrocarburo.
- El primer inventario nacional en el país en emisión de metano se espera concluya en diciembre próximo. En el diagnóstico trabajan Octavio Castelán Ortega, de la Universidad Autónoma del Estado de México, y Juan Carlos Ku Vera, de la Universidad Autónoma de Yucatán.
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Con el fin de alcanzar en un futuro cercano una ganadería mexicana más sustentable, en la que se produzcan alimentos de origen animal de buena calidad y sean amigables con el medio ambiente, se está realizando el primer inventario nacional en el país en emisión de metano, gas de efecto invernadero (GEI), que produce dicha actividad.
México es el séptimo productor de proteína animal a nivel mundial, de acuerdo con datos proporcionados por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) de este año. Para el desarrollo de la ganadería se destinan en México 109.8 millones de hectáreas, más de la mitad del territorio nacional. La producción bovina es la más importante en el sector con alrededor de 34 millones de cabezas anuales de vacas y reses.
El estudio se encuentra a cargo de Octavio Alonso Castelán Ortega, de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma del Estado de México, y de Juan Carlos Ku Vera, de la Universidad Autónoma de Yucatán. En ambas casas de estudio se instalaron cinco cámaras de respiración para medir en vivo la emisión de este hidrocarburo que se presenta en forma de gas, el cual es 28 veces más potente que el bióxido de carbono en su capacidad de producir efecto invernadero y cambio climático.
“Estamos utilizando cámaras de respiración de circuito abierto de dos tipos: cámaras con capacidad para recibir a bovinos de hasta 800 kilogramos de peso vivo, donde el animal entra completamente, y una cámara que puede recibir hasta 600 kilogramos de peso vivo donde únicamente ingresa la cabeza del animal —porque este gas se emite mayormente mediante su respiración y eructo—”, explicó Castelán Ortega.
Se espera que este primer diagnóstico que se hace en México concluya en diciembre de este año, comentó el investigador, quien añadió que este tipo de estudios son muy importantes pues dependiendo de la ubicación geográfica del animal, la raza, el tipo y cantidad de alimento, así como el clima, son factores que repercuten en la cantidad de metano expulsado al medio ambiente por los rumiantes.
“La emisión no es constante para todos los animales, los que más emiten son los bovinos y después están los ovinos, cabras, equinos, cerdos y pollos. En el grupo de los bovinos existen diferencias: las vacas lecheras producen más metano, hasta 900 litros diarios; mientras que las vacas cuya carne es de consumo, se encuentran en un promedio de 500 litros del gas”, añadió.
Otra gran diferencia es que los animales que se encuentran en las regiones de clima cálido y tropical producen menos metano que los que se hallan en regiones de clima templado, “por eso es necesario hacer un estudio nacional, no nos podemos quedar con un valor como si todos los animales produjeran la misma cantidad de metano”, añadió.
Desde 2013 se realizó una primera aproximación al tema en Veracruz y en la Facultad de Veterinaria ubicada en Toluca. El capital semilla fue aportado por el Centro Molina para Estudios Estratégicos sobre Energía y Medio Ambiente, dirigido por Luisa Molina, ubicado en San Diego, California, a través de un proyecto de la Organización de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente; además el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), la Universidad Autónoma del Estado de México, el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) y otras instituciones nacionales han proporcionado apoyos.
Un alimento más eficiente
El especialista en ciencia animal indicó que el inventario nacional servirá para medir cuántas toneladas de metano se producen por la ganadería en México sin el afán de limitar la actividad o de atacarla, sino de mejorarla, hacerla más productiva, sustentable y amigable con el medio ambiente, de ahí que una vez que se tenga, se continuará con el desarrollo de estrategias de mitigación, entre otras, se contempla el diseño de alimento mejorado, aspecto en el que ya ha dado los primeros pasos junto con Juan Carlos Ku Vera.
Ambos especialistas, integrantes de la Academia Mexicana de Ciencias, desde hace dos años han trabajado en identificar plantas nativas del país con potencial para reducir la emisión de metano cuando son empleadas como alimento de ganado. “Estamos trabajando en Toluca con mirasol (Cosmos bipinnatus Cav), y en Yucatán con el guaje (Leucaena leucocephala) y hemos observado que los animales son más productivos y reducen en algunos casos las emisiones totales de metano hasta en un tercio”.
Las plantas nativas serían de fácil adquisición para los productores ganaderos. Sometidas a análisis, se observó que contienen taninos que reducen la población de bacterias del rumen o estómago de los rumiantes, y en las dosis adecuadas interrumpen la fermentación de metanógenos productores de metano. Con la flor mirasol las emisiones se redujeron 16%, mientras que con el guaje 36% y aumentó la producción de leche. En 2018 se retomará el proyecto para investigar plantas de otras regiones con taninos en proporciones similares.
De implementar estos alimentos eficientes, entre otras medidas de mitigación relativas a la ganadería, se podría reducir la emisión de millones de toneladas de gases de efecto invernadero al año a la atmósfera en concordancia con la firma del Acuerdo de París que signó México el 22 de abril de 2016 junto con 192 países en donde el principal compromiso es evitar el aumento de la temperatura global en 2º C y por lo tanto el cambio climático.
Luz Olivia Badillo.