e-consulta
8 de enero de 2007
Roberto Alonso
Con decisiones e imágenes ejemplificadoras de la actual regresión política, baste examinar las crónicas periodísticas anuales colmadas de conflictos, tragedias, injusticias, abusos, impunidades y maniobras ofensivas orientadas a reprimir la protesta social desde la violencia institucional hasta la cruenta incursión de los cuerpos policiacos al escenario en crisis, el gobierno federal apertrecha sus filas con nuevas alianzas en la lucha por la legitimidad y el respaldo de una población, vuelta a sus reculadas direcciones, al compás de lo estratégicamente ventilado por las principales empresas informativas.
Del primero de diciembre a la fecha diversos acontecimientos han comenzado a materializar el cuerpo de lo que será un sexenio que a pesar de estar sometido con mayor vigilancia al escrutinio público, insiste en partir de radiografías y evaluaciones erróneas sobre una realidad que apremia análisis contrarios a los que ha impulsado y avalado la gestión de Felipe Calderón.
Una vez aprobado el presupuesto de egresos por la Cámara de Diputados, asignando una suma cuantiosa a las fuerzas armadas en correspondencia con una disminución significativa para el sector cultural y una polémica discusión sobre los recursos para la educación pública, amén de los recortes abismales para organismos e instituciones como el Centro Nacional para la Prevención y Control del Sida, el Centro Nacional para la Equidad de Género y Salud Reproductiva, la Academia Mexicana de Ciencias y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, las acciones del ejecutivo se han dirigido a aprovechar los extensos montos en materia de seguridad para golpear de manera mediática al narcotráfico y al crimen organizado en estados donde, habiendo elecciones este año, los operativos se convierten en maquinaria electoral a favor de quienes ostentan el poder localmente y se disponen a mantenerlo reclamando como suyo el combate contra la delincuencia.
Por mencionar otros casos y tal como se documentó en la última colaboración del año concluido en este espacio, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes descartó la apertura del espectro radioeléctrico para licitar las frecuencias respectivas de cara a una tercer cadena de televisión de señal abierta en plena contradicción con lo ofertado por el titular de Los Pinos antes de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le diera la constancia de mayoría de votos.
En la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, un día antes de fin de año, la dependencia a cargo del empresario Agustín Carstens autorizó a Wal-Mart de México la operación de sucursales bancarias al tiempo que la cadena estadounidense, además de no conseguir el permiso para ofrecer este tipo de servicios en su país de origen y estar señalada internacionalmente como uno de los consorcios líder en explotación laboral, en México contribuyó en grandes proporciones a la campaña del michoacano.
Así, con movimientos nada casuales en la nueva administración da inicio un año que no promete sino la agudización de la crispación política y social en todo el territorio nacional de no llevarse a cabo replanteamientos necesarios en la forma de ejercer una función pública que de tiempo completo debería estar atenta a los reclamos y las demandas de un pueblo que ha soportado lo que ningún otro.