Reforma
25 de octubre de 2006
Guillermo Cárdenas
Debaten expertos mexicanos y franceses dilemas de la ciencia de cara a la globalización; llaman a evitar estafas
Ciudad de México.- Investigadores de la UNAM consideran necesario constituir una Comisión Nacional de í‰tica Científica para evitar fraudes o imposturas.
«No hay ningún control ni legislación al respecto, ni siquiera un comité nacional al cual se pueda acudir en casos de fraudes evidentes», señaló René Drucker, coordinador de la Investigación Científica de la UNAM.
«Es hora de actualizarnos y procurar impulsar la creación de un Comité Nacional de í‰tica que pudiera generar los lineamientos y el marco jurídico necesarios para evitar la conducta inapropiada de científicos, si es que la hay», agregó.
El planteamiento del investigador emérito del Instituto de Fisiología Celular fue avalado por el patólogo Ruy Pérez Tamayo, quien sugirió que dicha instancia podría desempeñar un papel semejante al de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (Conamed) en la cual él participó.
La Conamed examina y consulta con personas técnicamente capacitadas para emitir una opinión respecto a los aspectos más precisos de una demanda o protesta. Y una vez que se tiene la opinión experta, actúa sobre ello, recordó Pérez Tamayo.
«Una cosa semejante se podría intentar con la evaluación de proyectos o problemas científicos y no restringirlo sólo a los aspectos técnicos. Pero la opinión que debe prevalecer es multidisciplinaria», añadió el recién galardonado con el premio Universidad Nacional 2006.
Ambos expertos participaron ayer en el coloquio «Ciencia y ética en la globalización» junto con Dominique Lecourt, presidente del Comité Consultivo de Deontología y í‰tica del Instituto de Investigación y Desarrollo de Francia (IRD) y León Olivé, del Instituto de Investigaciones Filosóficas, en una mesa moderada por Jesús Franco, director del Instituto de Astronomía, sede del encuentro.
Tras reconocer que el fraude científico es una práctica común y difícil de detectar, sobre todo porque se requiere un «soplón» que denuncie, Drucker analizó las diversas formas en que el mismo puede gestarse.
Lecourt destacó que el IRD ha definido marcos como la guía para las buenas prácticas en la investigación sobre el desarrollo, que enfatiza la elección de temas prioritarios para todas las naciones y no sólo para beneficio de los países que marcan la pauta en la globalización.
Denunció que algunos científicos que laboran para grandes corporaciones farmacéuticas a menudo omiten mencionar efectos secundarios de los productos que investigan, por los intereses económicos implicados.
León Olivé recomendó crear sistemas sociales, científicos y tecnológicos donde diferentes expertos aporten sus conocimientos.
El coloquio, organizado por la Academia Mexicana de Ciencias, la UNAM, el IRD y la Embajada de Francia en México, continúa hoy hasta las 19 horas.
Dinero y organización
Para el coordinador de la Investigación Científica de la UNAM, René Drucker, al aumento presupuestal que necesita la ciencia debe sumarse un cambio de enfoque, para concebirla como palanca estratégica del desarrollo nacional.
«No es nada más dinero. Es importante, porque la ciencia es cara, pero el problema es también de organización. La combinación más vital sería un aumento presupuestal razonable, paulatino, de .1 por ciento del PIB cada año, junto con una reorganización de la visión de la ciencia en el País», dijo en entrevista.
Calificó como una «tontería y falta de visión sobre el futuro» el no emplear los recursos humanos mejor preparados que México ha formado en Ciencia y Tecnología, quienes se ven obligados a emigrar.