Faltan cientí­ficos al Paí­s

Reforma
12 de octubre de 2006
Patricia López

Consideran académicos que los 12 mil miembros del SNI son muy pocos, aunque de alto nivel

Ciudad de México.- En México hay menos de un cientí­fico por cada 10 mil habitantes, mientras que en Alemania hay 42 y en Japón 38.

Y es que el Paí­s, con 103 millones de habitantes y el sitio 11 entre las naciones más pobladas del mundo, cuenta con apenas 12 mil cientí­ficos agrupados en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y unos 2 mil más en activo fuera de esa estructura, según datos de la edición 2004 del Atlas de la Ciencia Mexicana.

A pesar de lo reducido del gremio cientí­fico nacional, de acuerdo con los í­ndices internacionales Science Citation Index (SCI) y Social Science Index (SSCI) de la empresa Thomson Scientific (antes Institute for Scientific Information, ISI), México se ubica en el lugar 33 a nivel mundial en citas cientí­ficas y en el sitio 31 en artí­culos cientí­ficos de arbitraje mundial, dentro de un grupo de 151 naciones.

En esa medición, Alemania ocupa el tercer lugar mundial en número de citas —detrás de Estados Unidos e Inglaterra— y Japón el cuarto.

«Los sitios 31 y 33 son positivos si se evalúan desde la calidad de la ciencia que se hace en México, la cual muestra ser competitiva aunque es un pequeño grupo de personas el que la produce.

«Pero tendrí­a que estar entre los primeros 20 lugares del mundo si se midiera entre los paí­ses, como México, que pertenecen a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)», opina el doctor en fí­sica Miguel íngel Pérez Angón, coordinador del Atlas de la Ciencia Mexicana.

Dicho Atlas es un proyecto de la Academia Mexicana de Ciencias realizado entre 2002 y 2004, y que se retoma a partir de este mes.

«Para tener nuestras propias cifras, confiables y detalladas, de la ciencia nacional dentro y fuera del Paí­s», destaca el también investigador del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) del IPN.

«En México tenemos unos 12 mil investigadores y la población pronto llegará a 104 millones de habitantes; la comunidad cientí­fica es mí­nima, de muy alto nivel pero poco representativa», evalúa el doctor en ingenierí­a José Luis Fernández Zayas, presidente del Foro Consultivo Cientí­fico y Tecnológico.

El titular del Foro (instancia creada en 2002 como un organismo de consulta del Poder Ejecutivo Federal y de la junta de gobierno del Conacyt para formular propuestas de polí­ticas y programas de investigación cientí­fica y tecnológica) sugiere aumentar el gremio cientí­fico.

«A partir de ponernos de acuerdo los grupos cientí­ficos, los gobiernos federal y estatales y los empresarios con vocación de innovación para construir una Polí­tica de Estado —así­ con mayúsculas— que detone el desarrollo cientí­fico del Paí­s».

Rosaura Ruiz Gutiérrez, vicepresidenta de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), destaca la importancia de impulsar la ciencia básica y, al mismo tiempo, la ciencia aplicada que ayuda a resolver problemas sociales como la falta de agua, de educación y de alimentación.

Señala la reducción presupuestal al sector en este sexenio y la falta de una polí­tica pública hacia la ciencia como los principales causantes del escaso quehacer cientí­fico en México.

La también secretaria de Desarrollo Institucional de la UNAM argumenta la caí­da presupuestal con los indicadores 2005 del Conacyt, donde se destaca que el gasto federal en ciencia y tecnologí­a en 2001 era de 30 mil 036 millones de pesos, pero para 2004 ese monto disminuyó a 28 mil 948 millones de pesos, lo que representó una reducción de 3.62 por ciento.

Pese a los compromisos de aumentar al 1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) el presupuesto de ciencia y tecnologí­a, el gasto federal al sector se redujo de 0.42 por ciento en 2001 a 0.38 por ciento en 2004.

«Una reducción del 9.52 por ciento que se mantiene hasta ahora», destaca.

Visto desde la parte educativa, otro indicador de la pequeña planta de cientí­ficos mexicanos se ubica en la formación de estudiantes con nivel de doctorado.

«Existe un gran rezago en la formación de personas con posgrado, mientras en 2003 en México se graduaron mil 443 doctores, en España fueron 6 mil 436; en Corea del Sur 7 mil 623; en Brasil 7 mil 729 y en Estados Unidos, 45 mil 75», señala sobre la formación de las nuevas generaciones de cientí­ficos.

Pérez Angón destaca que, desde la formación del SNI en 1984, la planta cientí­fica del Paí­s ha crecido en un 20 por ciento.

«Estamos lejos de los niveles de paí­ses desarrollados, pero el crecimiento del SNI significa que la formación constante de doctores se traduce en una planta productiva de cientí­ficos que podrí­a ser un detonante si hubiera una polí­tica de nación al respecto», concluye el fí­sico, para quien una polí­tica nacional de ciencia puede ser el detonante para incrementar esta productiva actividad en México.

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