La Jornada
03 de agosto de 2006
José Galán
David Rodríguez y Gabriel Argenis compiten en biología
David Rodríguez Cabezas, de Jalisco, y Gabriel Argenis Ponce Fuentes, de Michoacán, integrantes de la selección mexicana, conquistaron dos medallas de bronce en la Olimpiada Internacional de Biología, realizada en Río Cuarto, Argentina.
Los representantes nacionales, seleccionados a partir de la Olimpiada Nacional de Biología, organizada por la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), se enfrentaron a los mejores estudiantes de 51 países.
En un comunicado difundido por la AMC, David Rodríguez Cabezas expresó que la medalla obtenida conjuga el esfuerzo realizado durante un año de estudio, pero no es el fin de la carrera, sino el comienzo de algo más importante para sí mismo y para México.
«Ahora que ingreso a la universidad, mi principal reto es aplicar lo aprendido para convertirme en un excelente profesionista y demostrar por qué merecía esa medalla», dijo. Agregó que México necesita de la ciencia para crecer: «está en nosotros los jóvenes llevarla más arriba. Abre puertas no solamente en el campo académico, sino en toda tu vida, porque es un estilo de vida».
El examen internacional que presentaron Rodríguez Cabezas y Ponce Fuentes abarcó una parte teórica y otra práctica: en la primera se abordaron los temas de biología celular, bioquímica, genética, fisiología animal y ecología; en la segunda se hizo hincapié en las áreas de microbiología, bioquímica, anatomía y fisiología vegetal y animal.
El examen siempre es revisado por todos los coordinadores que acompañan a las selecciones nacionales, sobre todo para descartar cualquier confusión en la redacción de las preguntas. En opinión de Cristina Revilla Monsalve, coordinadora nacional de la Olimpiada de Biología, los jóvenes que participan en las competencias internacionales tienen un mejor desempeño en la parte teórica que en la práctica.
«La formación académica en biología en la mayoría de las escuelas no hace énfasis en desarrollar habilidades prácticas», comentó. «Inclusive en ocasiones no tienen los espacios para establecer un laboratorio y otros no tienen materiales para sustentarlos». Añadió que durante el periodo de preparación se les imparten clases de laboratorio. Sin embargo, reconoció que nunca será suficiente para instruir a unos jóvenes que no reciben esa capacitación en sus escuelas.
Revilla Monsalve subrayó que el nuevo desafío será involucrar aún más a los delegados estatales en la preparación práctica de los estudiantes seleccionados y motivar a los profesores de los alumnos a que trabajen con los delegados en esta ardua tarea. «A pesar de todos los problemas a los que nos enfrentamos, México nunca regresa con las manos vacías.»