Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/283/16
Ciudad de México, 28 de noviembre de 2016
- El turismo masivo, la urbanización caótica, el cambio climático, la sobrepesca y presencia de nutrientes que inducen el incremento de macroalgas han sido factores que han influido en área estudiada en Quintana Roo.
- Llegada de cruceros a Mahahual, Quintana Roo, México, donde se encuentra una de las barreras de arrecifes coralinos más grandes y hasta hace poco mejor conservadas del Caribe mexicano. En esta zona se registró la pérdida de 85 hectáreas (ha) de cobertura vegetal costera, 43 ha de cobertura de coral y desaparición de 40 especies de peces locales asociadas a los corales tan solo del año 2000 al 2006.
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En el año 2000 la población de Mahahual, Quintana Roo, tenía apenas tres hoteles, y tras un proyecto de convertirlo en un sitio turístico, pasó en 2006 a 31 hoteles, diversos restaurantes y zonas urbanas para atender el arribo a la zona de 800 000 visitantes de cruceros turísticos. El cambió del uso de suelo para desarrollar infraestructura turística se vio reflejado en la pérdida de 85 hectáreas (ha) de cobertura vegetal costera, 43 ha de cobertura de coral y desaparición de 40 especies de peces locales asociadas a los corales.
En el artículo “Quantifying the reefscape transformation of a coastal Caribbean coral reef during a phase shift and the associated coastal landscape change”, publicado en agosto de 2015 en la revista Marine Ecology, se hizo un estudio de los cambios realizados del 2000 a 2006 a los arrecifes coralinos ubicados en Mahahual, Quintana Roo, donde se encuentra una de las barreras de arrecifes coralinos más grandes y hasta hace poco mejor conservadas del Caribe mexicano.
Un efecto asociado al desarrollo inmobiliario es la llegada al mar de nutrientes — desechos que se arrojan por las cañerías y que por no existir un eficiente sistema de drenaje llegan a los acuíferos, interconectados a su vez a los cenotes, cuyos conductos tienen salida al mar —, mismos que fomentan el incremento de las macroalgas que puede sobrecrecer la cobertura de los corales, interfiriendo en su crecimiento y fecundidad, ocasionando, incluso, su muerte y con ello la pérdida de bienes y servicios proporcionados por los ecosistemas coralinos. A este fenómeno se le conoce como cambio de fase.
Jesús Ernesto Arias González, coautor del estudio, ha monitoreado desde 1997 a los arrecifes coralinos de Quintana Roo, tanto los costeros como los insulares. Indicó que desde entonces ya existían arrecifes con deterioro, sobre todo en la zona norte por su cercanía a Cancún, donde lo corales presentan signos evidentes de cambio de fase. Pero conforme se avanzaba hacia el sur del estado el dominio de macroalgas o de corales era de un 50% aproximadamente. «Sobre todo Mahahual era el único lugar en términos generales que estaba más dominado por la cobertura de coral que por las macroalgas, un indicador de que los corales estaban en mejor estado de salud».
En el Caribe mexicano las proporciones de macroalgas son extremadamente altas si se compara con el Arrecife Mesoamericano —la barrera arrecifal que se desarrolla a lo largo del litoral costero de México, Guatemala, Belice y Honduras— el promedio es del 35% al 40% y en el Caribe mexicano llega a ser de hasta el 70%.
De 2000 a 2006 se observó en Mahahual el declive de la población de especies de peces asociados a los corales. Esto se debió, de acuerdo con el ecólogo, a que se construyó un muelle de crucero turístico que trajo consigo tala de manglar, reducción de cobertura de corales, que se dragara la laguna arrecifal para obtener arena y crear una playa, y una zona alterna de desarrollo urbano y de hoteles. Además de que, en el 2009, se observó la presencia del pez león (Pterois volitans) en el mar de la zona, una especie exótica que se relaciona con la desaparición de 20 de las 40 especies de peces documentadas.
De las especies de peces que ya no se observan en la zona son el torito cornudo (Acanthostracion quadricornis), manta águila (Aetobatus narinari), jurel común (Caranx hippos), púrpura castañeta (Chromis scotti), doncella arcoíris (Halichoeres pictus), boquilla (Haemulon parra) y el payaso cabrilla (Epinephelus adscensionis), entre otras.
El investigador del Laboratorio de Ecología de Ecosistemas de Arrecifes Coralinos del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) de Mérida, Yucatán, comentó que “no se declaran extintas porque en las zonas aledañas sí se pueden encontrar y es probable que esas especies puedan regresar por migración. Cuando las especies se extinguen localmente es por dos circunstancias, una porque son sobre explotadas por la pesca o son muy raras ecológicamente. Aparentemente, el pez león, una especie invasora e introducida al hábitat por el ser humano, ocasionó la desaparición de 20 especies de peces, adicionales al cambio de fase, y es lo que estamos estudiando actualmente”.
La mortalidad de corales en Quintana Roo se debe a que estos tienen sus bordes o crestas arrecifales muy cerca de la costa, desde los cien metros de distancia, y por lo tanto los deshechos urbanos que contienen una gran cantidad de nutrientes entran muy fácilmente en contacto, favoreciendo el incremento de macroalgas; aunado a la sobrepesca, el incremento de la temperatura del mar debido al cambio climático, y la acidificación del océano por las emisiones de dióxido de carbono.
“De ahí la explicación de la potencial pérdida de 43 ha de cobertura de coral en Mahahual en tan solo seis años, más la pérdida de especies de peces asociadas a la cobertura de coral e introducción del pez león. Pero esta pérdida de barrera arrecifal no ocurre solo en México, es un fenómeno global, algunos estudios estiman que para el año 2050 el 80% de los arrecifes coralinos pueden desaparecer en el mundo debido al impacto del cambio climático y desarrollo costero”, explicó el integrante de la Academia Mexicana de Ciencias.
Ecosistemas coralinos
Los arrecifes coralinos brindan diversos servicios ecosistémicos: son barreras naturales que protegen a la costa de la erosión inducida por olas, tormentas tropicales y huracanes; producen una gran cantidad de peces, crustáceos y moluscos que son fuente de alimentación para los humanos; son un bien cultural esencial por la biodiversidad que albergan; son de los sistemas marinos más productivos del planeta que en sinergia con los manglares y pastos marinos producen una enorme cantidad biomasa de peces; son sitios de interés turísticos y son generadores de la arena que se apila en las playas y una de las razones por las que tantos visitantes llegan al Caribe mexicano, generando una derrama económica de millones de dólares anualmente.
“Los arrecifes coralinos son los ecosistemas marinos más diversos del planeta y las estructuras biogénicas más grandes jamás construidas por un ser vivo. La Gran Barrera de Coral de Australia y el Arrecife Mesoamericano son las estructuras vivientes más grandes del planeta, suman una extensión aproximada de 3 000 km y 1500 km de largo respectivamente”, indicó Arias González.
Actualmente hay diversos esfuerzos por conservar los arrecifes coralinos de Quintana Roo, como es la iniciativa de la Reserva de la Biosfera Caribe Mexicano, pero es necesario un proyecto común en el que se conjunten las iniciativas del gobierno, organizaciones no gubernamentales, centros de investigación y asociaciones civiles, explicó el investigador, quien actualmente trabaja en un modelo de Predicción del Riesgo de Extinción de Especie para implementarlo en los arrecifes coralinos del Caribe, que ya se ha utilizado en otras partes del mundo.
Luz Olivia Badillo.