El Diario de Chihuahua
07 de junio de 2006
El Universal
Distrito Federal– Investigadores mexicanos comenzarán a sembrar frijol resistente a la sequía a partir de septiembre próximo, el cual también brindará hasta 30% por ciento de mayor producción en comparación con los cultivos tradicionales.
El Universal
Las primeras pruebas con este frijol se realizarán en campos de cultivo del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), de tal forma que podría estar en el mercado mexicano en dos años.
Estos cultivos resistentes a la sequía resultan esenciales para México, teniendo en cuenta que 47.7% de todo el territorio nacional está clasificado como árido o semiárido.
Beatriz Xoconostle Cázares, adscrita al Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (CINVESTAV), y quien encabeza dicho grupo científico, explicó que ese frijol resulta resistente a la sequía gracias a su asociación con un tipo de hongo, el cual provee a la planta de agua y nutrientes.
La asociación entre el hongo y las raíces de la planta, dijo la biotecnóloga, se conoce con el nombre de micorriza y, es una unión de ganar-ganar, dado que cada uno depende del otro.
Este proceso es posible debido a que el micelio (raíces) del hongo se fija a las raíces de la planta y la provee de nutrientes y agua, mientras la planta le brinda los azúcares que el hongo necesita para vivir.
Los hongos crean toda una red de micorrizas a lo largo de las zonas de cultivo, la cual puede extenderse hasta por 8 kilómetros, eso sirve para captar los nutrientes y el agua de toda esa región y llevarla a las plantas con las que está asociado.
Por ello, explica Xoconostle Cázares, este frijol que se sembrará en campos del INIFAP, ha demostrado en pruebas de laboratorio necesitar hasta 60% menos de agua que los cultivos tradicionales.
El objetivo de este estudio fue crear una asociación entre los hongos y el frijol, para hacer un cultivo resistente a la sequía y que fijara mejor el nitrógeno del suelo, elemento esencial para que las plantas crezcan rápido, más verdes y con mayor producto.
Xoconostle, Premio de Investigación de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) 2003, plantea que los campos agrícolas de países desarrollados en donde se han logrado inocular estos hongos, tienen un precio comercial de varios miles de dólares, por lo que se prevé esta técnica tenga mucho éxito en México.
A pesar de que el CINVESTAV cuenta con una planta piloto en la que se podrían producir paquetes biotecnológicos para inocular campos agrícolas de México con hongos a nivel semiindustrial, la investigadora reconoce que eso no es suficiente para salir al mercado comercial.
La asociación con la Iniciativa Privada, reconoce, ha sido el gran «cuello de botella» en este proyecto, por lo que se ha avanzado lentamente en el desarrollo del estudio.
El proyecto ha sido presentado a algunos empresarios, y a pesar de existir cierto interés por el mismo, no se ha logrado concretar una alianza fuerte, suficiente para llevar este producto al mercado mexicano.
Sin embargo, Xoconostle Cázares confía en que luego de cumplir con las pruebas en campo y mostrar más ampliamente las bondades de esta técnica biotecnológica, se logrará un mayor interés de los empresarios, sobre todo, del norte de país, de estados sumamente secos como Chihuahua o Zacatecas.
Para consolidar una alianza con la Iniciativa Privada, el grupo científico cuenta con el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) y la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA).
«Muchos de los cultivos mexicanos de exportación tienen la condición de que hayan sido creados de manera orgánica, y para cumplir con esas norma, los agricultores pueden emplear la técnica de inoculación de hongos micorrízicos», concluyó.