Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/32/06
México, D.F., miércoles 7 de junio de 2006
- Ofrece agilizar la asignación de recursos para proyectos de investigación prioritarios para la ciudad
- Ofrecen científicos alternativas para solucionar problemas en áreas como agua, salud y desastres, ente otros
- Paredes se pronunció a favor de garantizar la autonomía de gestión a los centros de investigación.
Foto: Claudia Macedo/AMC.
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Establecer un gabinete en ciencia y tecnología encabezado por un secretario ejecutivo con atribuciones para la designación de presupuesto es uno de los compromisos asumidos por Beatriz Paredes Rangel, candidata a la Jefatura del Gobierno del Distrito Federal por la Alianza Unidos por la Ciudad, durante su encuentro sostenido hoy con la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
Paredes Rangel marcó la trascendencia de vincular a la academia con los proyectos estratégicos de la ciudad encaminados a la solución de problemas, para lo cual, consideró, es fundamental generar mecanismos consultivos integrados por expertos en cada área.
¡Se requiere que estos mecanismos consultivos tengan poder de veto argumentado y que participen en la fiscalización y tengan una funcionalidad real, sin que la institución abdique de su responsabilidad, para lo cual se requiere diseñar una nueva ingeniería de participación!, señaló.
Paredes mencionó que se requiere establecer un esquema de fondeo para los proyectos específicos, de manera que la asignación de recursos sea ágil.!Tenemos que respaldar la investigación en serio, sin tantas trabas. Esto no es un tema burocrático sino de conocimientos, ligados a las prioridades estratégicas!.
En el encuentro realizado en la sede de la AMC, la candidata de la Alianza Unidos por la Ciudad también se prometió impulsar una iniciativa de ley para que el Gobierno del Distrito Federal otorgue una aportación anual a las instituciones que prestan servicios a la ciudad, proporcional al número de alumnos nacidos en la capital del país.
Beatriz Paredes se pronunció a favor de garantizar autonomía de gestión para los centros de investigación, a fin de evitar la intermediación en la asignación de presupuestos y permitir que los recursos autogenerados sean aprovechados por los propios centros.
Expresó su certeza de que la AMC está ocupada y preocupada en plantear soluciones y alternativas para problemas importantes. ¡Siempre seré una aliada en donde esté y en las circunstancias donde esté, porque estoy convencida de lo estratégico de la ciencia y la tecnología!, aseveró.
Por su parte, Juan Pedro Laclette, presidente de la AMC, recibió con beneplácito el ofrecimiento de una alianza en pro de la ciencia y la tecnología.
Mencionó la importancia de posicionar este sector como parte de la estrategia de desarrollo económico y no solamente de la educativa, por lo que resaltó la necesidad de vincularlo con la iniciativa privada, que es el motor de los procesos de innovación.
¡Hay un desarrollo incipiente. Ni siquiera logramos comunicarnos con los empresarios, pero tenemos que lograr convertir a la ciencia y la tecnología en el motor de desarrollo nacional!, señaló Laclette.
El también director del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) indicó que se requiere cambiar el paradigma imperante, de manera que el gobierno se apoye en la ciencia y la tecnología.
Laclette refirió que en particular el gobierno del Distrito Federal se encuentra en una situación privilegiada, ya que en él reside el 50 por ciento de científicos del país y concentra el 70 por ciento de la productividad científica. ¡Tenemos que ver de qué manera la AMC pone su potencial al servicio de la sociedad a través de una relación con el gobierno del Distrito Federal!, dijo.
En ese sentido, Mari Carmen Serra Puche, tesorera de la AMC, lamentó que, a pesar de estar en una sociedad del conocimiento, existan muchos problemas que el conocimiento no ha podido resolver.
¡Hay rezagos, descuidos, olvidos y desaprovechamiento de muchos recursos.
Desaprovechamos a los investigadores quienes podrían resolver problemas locales!, señaló la también coordinadora de Humanidades de la UNAM, quien pidió establecer una relación entre investigadores y tomadores de decisiones.
Finalmente, propuso la designación de recursos a proyectos específicos y formación de especialistas en áreas de interés para la ciudad, todo orientado a mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
En el encuentro, especialistas de la AMC presentaron diversas propuestas para resolver algunos de los problemas que aquejan a la Ciudad de México en materia de agua, salud, desastres, género, sociedad civil, zonas rurales y cultura y jóvenes.
Blanca Jiménez Cisneros, coordinadora de la Red del Agua de la AMC, subrayó que la problemática del agua en el Distrito Federal no es exclusiva de la entidad.
¡Como está constituida la infraestructura, es un asunto de toda la Ciudad de México, si el próximo jefe o jefa de gobierno no tiene claro que hay cuestiones políticas que resolver antes, ninguna de las soluciones técnicas que se proponga tendrán éxito,! dijo.
La especialista del Instituto de Ingeniería de la UNAM indicó que hasta el momento los gobiernos se han concentrado en suministrar agua a sus habitantes, pero sin importarles la calidad de la misma, es decir, si esa realidad es adecuada para el consumo humano. ¡Se requiere contar con información pública confiable, sobre la calidad del agua potable!.
Por ejemplo, de acuerdo con un estudio presentado por Jiménez Cisneros, en la delegación Coyoacán se encontró que 70 por ciento del agua no cumple con la Norma de Agua Potable en términos de cloración.
¡Los desastres no distinguen fronteras geográficas,! subrayó por su parte Sergio Alcocer Martínez de Castro, director del Instituto de Ingeniería de la UNAM, al referirse a la necesidad de establecer una política pública metropolitana que atienda este rubro.
Recalcó que la Ciudad de México estará siempre bajo amenaza de sismos, erupciones, deslizamiento de laderas e inundaciones, por lo que es urgente establecer una Política Pública de Manejo de Desastres.
Alcocer Martínez de Castro señaló que entre 1980 y 2005 se gastaron siete millones de dólares anuales para atender los desastres que abatieron la ciudad y se perdieron 500 vidas humanas cada año.
Añadió que se debe evitar el menor número de pérdidas humanas, a través de la reducción de las amenazas y riesgos al nivel de las comunidades y establecimiento de una política y cultura de autoprotección.
En su intervención, José Narro Robles director de la Facultad de Medicina de la UNAM, indicó que si bien el Distrito Federal presenta condiciones favorables en materia de salud, al contar con mayores recursos e infraestructura disponibles, en comparación por ejemplo con Chiapas, urge modificar la distribución de los mismos.
¡Necesitamos poner en práctica nuevos modelos de atención médica, orientados a las áreas de obstetricia, geriatría y salud mental; resultado del cambio en la transición epidemiológica por el que atraviesa el Distrito Federal,! dijo.
Narro Robles propuso además la microregionalización de los servicios y hacer un claro deslinde entre lo federal y lo local de los mismos, fortalecer la educación e salud, la formación de recursos humanos y la investigación médica.
En el encuentro también participaron María Isabel Belausteguigoitia Rius, directora del Programa Universitario de Estudios de Género de UNAM; Sergio Zermeño García-Granados, del Instituto de Investigaciones Sociales; Héctor Castillo Berthier, del Instituto de Investigaciones Sociales, y Joaquín Ortiz Cereceres, del Colegio de Postgraduados.