Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/012/16
México, D.F., 19 de enero de 2016
- Emilio Rosenblueth dejó un legado científico sólido y actual: Daniel Reséndiz.
- En su destacada carrera impulsó y aportó al desarrollo de la ciencia, la innovación y las ingenierías. Sus contribuciones y labor continúan vigentes: Jaime Urrutia.
- El doctor Daniel Reséndiz Núñez, del Instituto de Ingeniería (II) de la UNAM y expresidente de la Academia Mexicana de Ciencias, mantuvo una estrecha relación profesional y personal con el doctor Emilio Rosenblueth, fudador del II y director del mismo.
Foto: AMC/Elizabeth Ruiz Jaimes.
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Una personalidad como la de Emilio Rosenblueth es imposible de soslayar. Su efecto en el entorno es inevitable. “Por eso lo recordamos y seguimos necesitándolo”, decía en el 2004 el doctor Daniel Reséndiz Núñez durante la presentación del libro “Emilio Rosenblueth. Escritos Selectos”, obra del destacado investigador, ingeniero y humanista, fallecido hace 22 años.
A diez años de haber expresado esas palabras, Reséndiz mantiene intacta su opinión, reflexión y sentir; describe a Rosenblueth como un personaje único, sobresaliente, de una influencia extraordinaria en la ciencia, en la ingeniería y en muchos otros campos.
“¡¿Cuál es la contribución de Emilio?!… La ciencia está continuamente evolucionando y lo hace a ritmo cada vez más acelerado. Muchas de las cosas que él hizo han seguido avanzando. Su gran aportación fue sentar las bases en muchas áreas, no solo en la ingeniería, en las que reflexionó, clarificó, trabajó detalladamente y las dejó bien fundadas y establecidas. Esas bases que creó y su forma de enfocar los problemas siguen plenamente vigentes, es fuente de inspiración continua y ejemplo de cómo proceder en estos campos”, destacó el expresidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
A Emilio Rosenblueth se le reconocen, entre otras contribuciones, la formulación probabilística de la sismicidad, el diseño sísmico, la respuesta dinámica de los suelos ante grandes temblores y novedosas maneras de lograr un buen comportamiento de las edificaciones ante ellos.
“Conocí a Emilio- recordó Daniel Reséndiz- cuando apenas terminaba yo mis estudios de licenciatura. Él me introdujo en sus investigaciones y desde entonces mi interacción con él fue siempre continua, cotidiana, y duró hasta su muerte. Hoy sigo recordando y valorando lo que hizo para mí y por muchos otros colegas; su influencia positiva es algo que hoy reconocen todos los que trataron con él: un hombre realmente generoso y de una inteligencia sobresaliente, quizá la persona más inteligente que he conocido hasta hoy”.
Sobre esta destacada inteligencia, Reséndiz Núñez mencionó que quienes conocieron a Emilio Rosenblueth lo recuerdan como una persona muy laboriosa, apenas interactuaban con él y pronto se daban cuenta de que aún más notable era la manera en que utilizaba su talento y sensibilidad para fines prácticos.
Además de su inteligencia, el experto en geotecnia resaltó del que también fuera presidente de la AMC y segundo director del Instituto de Ingeniería de la UNAM, su amplia cultura, algo característico de varios miembros de la familia Rosenblueth. Su tío Arturo Rosenblueth fue fundador del Cinvestav y uno de los pioneros de la cibernética, junto con Norbert Wiener.
“Emilio Rosenblueth era un hombre que muy rápidamente identificaba personas y circunstancias propicias para colaborar. Sabía bien que cuando se trata de hacer cosas que trasciendan y sirvan a la sociedad se necesita trabajar en equipo, y él era perspicaz para identificar posibles colaboradores, por eso mucho de lo que hizo trascendió en todos los campos en que trabajó; nunca fue un investigador encerrado en su torre de marfil, siempre estuvo dispuesto a colaborar dentro y fuera de la UNAM en distintos frentes; se desempeñó como funcionario público y participó en numerosas comisiones en México y el extranjero”.
Daniel Reséndiz, quien también tuvo bajo su cargo la dirección del Instituto de Ingeniería de la UNAM, reconoció en Rosenblueth, Raúl J. Marsal y Fernando Hiriart a sus tres grandes guías, “maestros en la vida, maestros en las actividades científicas y profesionales. Emilio es un personaje central en mi vida. Fuera de mis padres nadie le dedicó más tiempo que él a mi formación intelectual”.
La de Emilio, una obra plenamente recogida…
Reséndiz Núñez recordó que una de las áreas en la que colaboró con Rosenblueth fue en la reglamentación de las construcciones en el Distrito Federal, que describe como un territorio de subsuelo muy difícil, con una alta sismicidad, de la cual, dijo, se necesita hacer aún más investigación para acabar de entenderla y saber cómo mejorar el reglamento.
“Emilio fue la persona que más contribuyó a explicar y entender por qué el sismo de 1985 fue tan destructivo y cómo a pesar de que se habían dedicado muchos años a tratar de reglamentar las construcciones y evitar catástrofes, dicho terremoto fue tan destructor y costoso en recursos y vidas”.
Comentó que desde que Rosenblueth terminó la licenciatura, a finales de los años cuarenta en la Escuela Nacional de Ingenieros, tenía claro que la sismicidad era un fenómeno muy complejo, entonces insuficientemente conocido, de muy difícil formalización científica y complicado de comprender para fines prácticos, como el diseño de mejores edificaciones. Él identificó la necesidad de entender y explicar mejor los fenómenos sísmicos, por ello su doctorado buscó hacerlo en la Universidad de Illinois en Urbana porque sabía que ahí estaba un gran personaje de la ingeniería sísmica, Nathan Newmark, con quien luego haría grandes contribuciones al avance de ese campo.
Daniel Reséndiz, por otro lado, se dijo convencido también de que las obras que trascienden son siempre producto de un equipo de trabajo, no de una sola persona. En ese sentido, comentó que Rosenblueth fue central para muchas de esas cosas. Una de ellas, la reglamentación sísmica del Distrito Federal. Tras el sismo de 1985 se constituyó el Comité Asesor de Seguridad Estructural del Gobierno del DF, que sigue haciendo esfuerzos para concientizar a todos (gobierno, desarrolladores inmobiliarios, ingenieros diseñadores, constructores de edificaciones y público general) de la importancia de este tema y de las medidas que deben tomarse para disminuir el riesgo de otra catástrofe, pues es seguro que seguirán habiendo sismos aunque todavía no es posible saber cuándo ocurrirán. Además, la subsidencia continua del Valle de México aumenta la vulnerabilidad de las construcciones, lo que también amerita urgente atención, consideró.
“Emilio Rosenblueth es pionero de todos esos estudios, y sus contribuciones influyen todavía en las que siguen generándose en la actualidad, y aún falta mucho por conocer”, sostuvo.
Un conocimiento vigente
La publicación reciente de la Unión Geofísica Americana y la Editorial Wiley “Extreme Events: Observations, Modeling and Economics” editado por M. Chávez, M. Ghill y J. Urrutia Fucugauchi, refleja los avances y nuevos desarrollos de las líneas de investigación cultivadas e impulsadas por Rosenblueth.
El libro es dedicado a Emilio Rosenblueth y Vladimir Keilis-Borok, en reconocimiento a su labor pionera y sus trascendentes contribuciones en ingeniería sísmica, geociencias, análisis estadísticos y desarrollo y aplicaciones de modelos matemáticos en un amplio rango de disciplinas.
Jaime Urrutia, actual presidente de la AMC, comentó que las propuestas y desarrollos en ingeniería sísmica, análisis de riesgos y diseño estructural de Emilio Rosenblueth continúan siendo aplicados, incluyendo también sus propuestas sobre educación, importancia de la investigación e innovación y ética.
Sobre la muerte hace 22 años del doctor Emilio Rosenblueth, Daniel Reséndiz admitió con visible sentir que la partida de su maestro, colega y amigo fue una gran pérdida: “Cómo el enorme saber y sabiduría representados por Rosenblueth se perdió súbitamente siendo éste muy joven”.
Fabiola Trelles Ramírez.