IMPACTO PSICOSOCIAL, TEMA PENDIENTE TRAS EL SISMO DE 1985

Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/221/15
México, D.F., 19 de septiembre de 2015

  • Cuando ocurren desastres como el terremoto de hace tres décadas, las necesidades de la población afectada son muchas, por lo que los esfuerzos de ayuda priorizan resolver los problemas más inmediatos y tangibles, dejando a un lado temas de salud importantes como el impacto psicosocial: Javier Nieto.
  • Al principio lo que se ve en la gente es el pavor y el miedo, pero otros trastornos empiezan a ocurrir meses o años después, el efecto se extiende en el tiempo, añade.
El doctor Javier Nieto Gutiérrez, director de la Facultad de Psicología de la UNAM, hablará sobre el impacto psicosocial del sismo de 1985, durante el simposio A 30 años del '85, los próximos 23 y 24 de septiembre en El Colegio Nacional.
El doctor Javier Nieto Gutiérrez, director de la Facultad de Psicología de la UNAM, hablará sobre el impacto psicosocial del sismo de 1985, durante el simposio A 30 años del ’85, los próximos 23 y 24 de septiembre en El Colegio Nacional.
Foto: Elizabeth Ruiz Jaimes/AMC.
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El doctor Javier Nieto Gutiérrez, director de la Facultad de Psicología de la UNAM, sostuvo que luego de las lecciones que dejó el sismo de 1985, es necesario formar grupos de expertos organizados que intervengan con oportunidad con el fin de contener las crisis psicológicas que disparan desastres naturales como los terremotos, inundaciones y sequías, o aun los ocasionados por la violencia.

Estos grupos tendrían que identificar «cuáles son las recomendaciones que están basadas en evidencias, qué es lo que funciona, elegir las mejores formas de intervención, algunas breves para atender el conflicto emocional que está ocurriendo en el momento y posteriormente abarcar los problemas de la recuperación de bienestar psicosocial de las personas afectadas que quedan marcadas con muchos miedos aún después de muchos año, dijo el especialista.

«Hoy en día -añadió- aún existen personas en la Ciudad de México que vivieron el sismo de hace 30 años y que con cualquier sismo entra en pánico».

Nieto Gutiérrez, presidente de la asociación civil Colegio Nacional de Psicólogos, quien impartirá la conferencia titulada “Impacto psicosocial” en El Colegio Nacional, como parte del programa del simposio A 30 años del ’85, que se realizará los días 23 y 24 de septiembre, aceptó que los simulacros de sismos son una medida importante para saber cómo reaccionar ante fenómenos como esos.

«Pero cuando hablamos de efectos o costos psicosociales no hay ningún tipo de organización, porque estos no ocurren inmediatamente; al principio lo que se ve en la gente es el pavor y el miedo pero otros trastornos empiezan a ocurrir meses o años después, el efecto se extiende en el tiempo».

Otra de las acciones que en el Distrito Federal se tienen que hacer, porque es muy probable que un sismo como el de 1985 vuelva a ocurrir, es estar preparados para hacer lo que en esos momentos se tiene que hacer.

«Sabemos que la severidad del desastre, su duración y la magnitud de la pérdida de vidas influyen sobre el impacto psicológico. Es común observar que después de la catástrofe siga un periodo en el que se rememora la experiencia (…) Se dan episodios de ansiedad, insomnio, trastornos somáticos con base psicológica, como los trastornos por estrés postraumático.

Para medir los efectos e intervenir exitosamente, el doctor Javier Nieto mencionó que la ONU y otras organizaciones humanitarias globales tienen mucha experiencia, porque están siempre atendiendo crisis humanitarias en el mundo: «Lo que ya existe son guías sobre cómo reaccionar y qué se debe de hacer en esas circunstancias».

Abundó que la experiencia internacional también ha demostrado que el gobierno por sí solo no puede atender todas las necesidades de un desastre, sino que deben coordinarse grupos en todos los órdenes de gobierno, con organizaciones no gubernamentales y hasta instituciones de nivel superior como la UNAM.

Pero desgraciadamente «esa también es una de las limitaciones muy importantes que tenemos en la ciudad, que las redes sociales no están armadas, no existen grupos sociales que sepan qué hacer después del desastre, ahí hay un gran hueco y un camino que hay que explorar y atender».

Todas las sociedades, dijo, cuentan con ciertos problemas psicológicos, uno de los que más prevalecen son la depresión, un padecimiento «normal» en la población pero que con eventos como el sismo del ’85 se acentúa,»hay indicadores de la ONU que dicen que pueden duplicarse el número de personas en estas circunstancias, otro padecimiento que también se incrementa es el estrés postraumático».

Hay algunos estudios que señalan que se pueden disparar otros tipos de comportamientos no socialmente apropiados, sobre todo en Latinoamérica, donde la Organización Panamericana de Salud ha documentado que puede aumentar el consumo de alcohol, el uso de sustancias, la violencia, el saqueo, el robo, que son indeseables, pero siempre hay gente que se aprovecha de las circunstancias.

Concluyó que las afectaciones psicológicas no solo se presentan en la población ante desastres que provocan las inundaciones, sequías, la guerra, masacres, movimientos sociales, etcétera, también con temas de violencia como en México, que desde hace 20 años se ha acentuado en algunas áreas del país, donde está habiendo un impacto psicosocial que no ha sido atendido y que es necesario solucionar.

Elizabeth Ruiz Jaimes.


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