Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/220/15
México, D.F., 18 de septiembre de 2015
- En ese año mucha gente tomó conciencia de la importancia de la participación. Se subrayó una cierta conciencia crítica en relación con las instituciones. Mucha gente quedó defraudada por la actuación lenta del gobierno, pero la verdad, la devastación que dejó el sismo había sido tremenda: José Woldenberg.
- El doctor José Woldenberg, investigador en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, ofrecerá la plática «Las condiciones políticas durante y después del sismo», en el simposio A 30 años del ´85, que se llevará a cabo los días 23 y 24 de septiembre en El Colegio Nacional.
Foto: Elizabeth Ruiz Jaimes/AMC.
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Los daños que ocasionó el sismo de 1985 en la Ciudad de México provocaron una emergencia humanitaria. El caos, la falta de organización y la respuesta tardía del gobierno fueron algunas de las causas que orillaron a los habitantes capitalinos a solidarizarse, «la gente transformó la indignación en acción», sostuvo en entrevista el politólogo José Woldenberg.
El investigador social que participará en el simposio A 30 años del ’85 en El Colegio Nacional con la conferencia titulada “Las condiciones políticas durante y después del sismo”, indicó que hace tres décadas a causa del temblor «la gente se transformó, se organizó para buscar a los heridos y damnificados, se volcó en labores como llevar ropa y alimentos».
Pero en medio de una gran tragedia, los damnificados también reclamaron sus derechos, las costureras se organizaron sindicalmente y la movilización social se hizo evidente. En 1985 la Ley Federal de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales (LOPPE), ya tenía ocho años de haber sido publicada, contextualizó.
Esta norma permitía la participación legislativa de otros partidos, nueve en total para 1985 –incluido el Partido Revolucionario Institucional (PRI) –, en las Cámaras de Diputados y Senadores, dijo el doctor en ciencias políticas por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En julio de 1985 se conformó por tercera ocasión a través de una elección la legislatura federal tras la reforma política de 1977. Desde entonces la complejidad de los procesos electorales había aumentado, dado el crecimiento natural de la población y por las transformaciones en la ubicación social de los votantes.
Pese a que la reforma política había incorporado a la contienda electoral a una gama amplia y numerosa de partidos políticos, «de todas maneras seguía siendo un mundo monocolor el de la representación. El PRI tenía mayoría en ambas cámaras legislativas, pero el sismo y sus secuelas impactaron ese mundo”, agregó.
Explicó que en años previos el movimiento estudiantil de 1968 dio lugar a rupturas y conflictos en diversas esferas sociales. “México vivía una paradoja muy grande, una enorme conflictividad en los centros de educación superior, en el campo, en el mundo laboral y había hasta movimientos armados. En 1976, por ejemplo, teníamos unas elecciones en las que había un solo candidato, un solo discurso. Era evidente que había un desfase entre el México real y el electoral”.
Luego, dijo José Woldenberg, cuando llegó a la presidencia José López Portillo, el candidato único en las elecciones, ordenó en 1977 que se redactara la LOPPE, lo que a la postre abrió el camino hacia una mayor pluralidad en el país.
El analista narra en su libro Historia mínima de la transición democrática en México, cómo en el país se pasó, por ejemplo, de un partido hegemónico a una diversidad de partidos; de una presidencia casi omnipotente a un Ejecutivo acotado; de una Suprema Corte de Justicia de escasa relevancia a una que actuó como verdadero árbitro.
En la misma obra, el investigador subraya que la movilización ciudadana que brotó espontáneamente en 1985, cuando era presidente Miguel de la Madrid, acentuó la crisis de representatividad que había heredado López Portillo, aunado a que el empleo informal creció 20% entre 1983 y el año del sismo, se registró una caída drástica del sector productivo y disminuyó el poder adquisitivo de la población. Para hacer frente a esos problemas, en ese mismo sexenio comenzó la privatización de las empresas estatales y la apertura económica.
De acuerdo con Woldenberg en 1985 “mucha gente tomó conciencia de la importancia de la participación. Se subrayó una cierta conciencia crítica en relación con las instituciones. Mucha gente quedó defraudada por la actuación lenta del gobierno, pero la verdad, la devastación que dejó el sismo había sido tremenda”.
Un año después, en las elecciones de julio de 1986, el Partido Acción Nacional perdió la gubernatura en Chihuahua con su candidato Francisco Barrio, y dio lugar a una nueva movilización ciudadana. Luis H. Álvarez, líder de aquel partido, comenzó una huelga de hambre de 40 días, se organizaron marchas y cierres de carreteras pues reclamaban que se había tratado de un fraude electoral.
Más tarde, esa sociedad civil organizada modificó la configuración del Distrito Federal y tuvo un impacto en las elecciones federales de 1988 cuando se dio una ruptura al interior del PRI y se creó el Frente Democrático Nacional (antecedente inmediato del Partido de la Revolución Democrática)), una coalición de diversas fuerzas políticas de centro e izquierda que tuvo como candidato a la Presidencia al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas.
Estos son algunos ejemplos que contextualizan el panorama político de aquellos años, sostuvo el doctor José Woldenberg, quien abundará en este tema en la conferencia que impartirá el 23 de septiembre en El Colegio Nacional.
Woldenberg durante el terremoto
El 19 de septiembre de 1985 José Woldenberg se encontraba en España, ese día volvía a México, pero un problema con los controladores aéreos se lo impidió. Recordó que su viaje se retrasó 24 horas y que el 20 de septiembre, durante el vuelo de regreso, el piloto habló a través de su radio y se dirigió a los pasajeros para informarles que había ocurrido un fuerte temblor en la capital del país.
En ese momento el investigador pensó en lo exagerado que se había escuchado el piloto cuando en la Ciudad de México tiembla casi todos los días. Pero en el trayecto del aeropuerto a su casa se dio cuenta del alcance del terremoto.
El analista comentó que ese mismo día acudió al cruce de las calles de Reforma e Insurgentes donde se encontraba el Hotel Continental Hilton. “Era una zona totalmente destruida, como si la hubieran bombardeado. Habían edificios caídos, pero mucha gente ya el día 20 estaba volcada en las calles junto con el Ejército…Era una devastación, hasta antes de ese momento, inimaginable en la Ciudad de México”.
Luz Olivia Badillo.