A Ciencia cierta
21 de marzo de 2006
Zenón Jiménez y Luis Quintanar*
Cuando sentimos un temblor en la Ciudad de México es frecuente pensar que se originó en las costas de Guerrero, Oaxaca o Michoacán, y es muy probable que acertemos, pues la actividad sísmica relacionada a la subducción de la Placa de Cocos debajo de la Placa Norteamericana es más frecuente y conocida, y también debido a que los terremotos que ahí se generan son de mayor magnitud y por tanto muy destructivos.
Estos temblores se perciben como largas mecidas horizontales, por lo que la gente los califica como temblores oscilatorios.
En la parte central de México también hay temblores, aunque menos frecuentes, como los que ocurren a lo largo del Eje Neovolcánico y localmente en el Valle de México.
Los sismos en el Eje Neovolcánico son pequeños, aunque ocasionalmente ocurren eventos de mayor magnitud, como el ocurrido en Acambay, Estado de México, en 1912 de magnitud 7.0 aproximadamente.
Otros sismos de similar magnitud han sucedido cerca de Jalapa y Guadalajara.
Sin embargo, sólo nos referiremos a los sismos locales que ocurren en la Cuenca de México, cuya característica principal es ser percibidos por la población como una fuerte sacudida vertical seguida de vibraciones rápidas de corta duración y con frecuencia acompañadas de ruidos subterráneos.
Los antecedentes del conocimiento de la sismicidad en la región de la Cuenca de México se remontan a poco antes de la llegada de los españoles. Se sabe que en 1475 aparentemente un temblor local causó severos daños a las construcciones de la ciudad de Tenochtitlan.
Posteriormente, en la Colonia, Orozco y Berra describe el temblor en la Ciudad de México del 12 de mayo de 1776, sentido fuerte con un movimiento trepidatorio, corto pero de gran intensidad, cuyas características sugieren ser de fuente local.
El estudio sistemático de la sismicidad de la Cuenca de México en el siglo XX se inicia con la fundación del Servicio Sismológico Nacional (SSN) el 5 de septiembre de 1910.
Estos estudios de sismicidad del valle muestran varios movimientos locales en la Ciudad de México, en los cuales abundaremos la semana próxima.
*Investigadores del Instituto de Geofísica, UNAM. Espacio de opinión de la AMC.