ESTUDIAN COMPUESTO ANTIMICROBIANO DE ROEDOR ASIÁTICO PARA COMBATIR BACTERIA RESISTENTE A ANTIBIÓTICOS

Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/440/14
México, D.F., 26 de diciembre de 2014

  • El grupo de investigación del doctor Alberto Huberman trabaja en un péptido antimicrobiano del jerbo de Mongolia para atacar al estafilococo dorado causante de infecciones cutáneas, respiratorias, urinarias e intoxicaciones alimentarias
Doctor Alberto Huberman Wajsman, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición
Doctor Alberto Huberman Wajsman, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición «Salvador Zubirán» y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.
Foto: Elizabeth Ruiz Jaimes/AMC.
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Después de lograr sintetizar algunos péptidos y hormonas aplicando técnicas de biología molecular que han servido para dar paso a otros estudios, trabajos que han sido reconocidos internacionalmente, el doctor Alberto Huberman Wajsman, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, mantiene sus investigaciones en ciencia básica estudiando las estructuras de las proteínas y sus posibles aplicaciones a la salud.

En la actualidad, el integrante de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) trabaja con su equipo de colaboradores en péptidos antimicrobianos, pequeñas proteínas de origen natural con propiedades antibióticas. Estos péptidos han sido producidos por la naturaleza para actuar como medio de defensa en contra de enfermedades inducidas por diversos microorganismos.

“Estamos estudiando un péptido antimicrobiano de un mamífero llamado jerbo de Mongolia –un roedor herbívoro- que tiene actividad contra el estafilococo dorado -bacteria responsable de infecciones cutáneas, respiratorias, urinarias e implicada en intoxicaciones alimentarias-, resistente a todos los antibióticos, excepto en el que estamos trabajando; por eso la importancia de este péptido antimicrobiano, ya que tiene un interés farmacéutico y clínico”, dijo.

Para que esta investigación llegue a impactar positivamente en la salud de la población se requiere transitar por un largo proceso de varios años. Por lo pronto, Huberman trabaja en la purificación de este péptido antes de pasar a la caracterización para conocer toda su secuencia de aminoácidos y sus estructuras secundaria y terciaria.

La purificación es un trabajo delicado y dilatado que consiste en depurar el péptido que viene “contaminado” con otras proteínas. “se trata de ir separando el material que no es de nuestro interés sin perder la actividad –antibiótica, en este caso-, porque muchas veces durante la purificación se pierde la actividad buscada y se tiene que empezar de nuevo”, señaló el investigador.

En el proceso de purificación el especialista ha aplicado sus conocimientos de bioquímica y biofísica, ya que desconoce, a priori, qué método va a ser el mejor. “Lo que más usamos es la cromatografía líquida de alta presión y los distintos tipos de columnas aplicables para nuestro propósito».

Una vez conocida la estructura y estudiado las variantes que podrían potencializar la actividad antimicrobiana de dicho péptido, el siguiente paso correspondería a la industria farmacéutica, es decir, una aplicación que sale de los límites del laboratorio. «El resultado de esta investigación tendría aplicación como un antibiótico que no produce resistencia, a diferencia de los antibióticos comunes”, destacó.

Huberman mencionó que en el mundo existen varios estudios clínicos sobre péptidos antimicrobianos, algunos incluso en la tercera etapa de investigación y unos pocos con aplicación farmacéutica. Los países más avanzados en este tema son Estados Unidos y algunas naciones europeas. En México tenemos, entre otros, al grupo de investigación liderado por Lourival Possani, del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México, así como el grupo de Alejandra Ochoa, de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

Destacó que su equipo de colaboradores cuenta con mucha experiencia “porque hemos purificado varios péptidos y hormonas; por ejemplo, la hormona hiperglucemiante y la hormona inhibidora de la muda –por la que los crustáceos se desprenden de su exoesqueleto viejo y generan uno nuevo y en ese intervalo de intermuda crecen de tamaño-, las cuales fueron aisladas de crustáceos mexicanos, purificadas y secuenciadas hasta conocer su estructura secundaria”.

Explicó que estas hormonas se están utilizando en unos estudios que se llevan a cabo en colaboración con la Universidad de La Habana, con el Centro de Investigaciones Marinas y con el Centro de Biotecnología de Cuba, con miras al aumento de la productividad del cultivo de camarón. Dichas investigaciones, que incluyen la aplicación de la biología molecular, fueron distinguidas con el «Premio Universidad de La Habana a la Investigación Científica», en 2012.

Alberto Huberman indicó que en la actualidad se sabe que el péptido que estudia junto con sus colegas es bactericida, aunque queda por verse si tiene acción antifúngica, antiviral y anticancerosa.

Elizabeth Ruiz Jaimes.


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